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Guido Herrera, el arquero que brilla en Talleres, llegó a la selección y fue rechazado por su archirrival
Tiene 26 años, pero Guido Herrera ya tuvo tantas vivencias como un veterano. Lo dejaron libre de las divisiones inferiores de Belgrano, pero triunfó en la primera de Talleres. Se fue a buscar un lugar al ascenso y se relanzó de tal forma que llegó a la selección argentina. Fue tan resistido por los hinchas de la T que se tenía que escapar por la puerta de atrás, pero terminó transformándose en ídolo. De atajar en el Federal A a ser convocado por Lionel Scaloni ... Todo en sólo tres años. Una carrera que parece marcada por los extremos.
"Uno siempre sueña, pero no me imaginé que se diera tan rápido. Fue lindo, pero hay que disfrutarlo y cuidarlo. El fútbol te da muy pocas oportunidades y tenés que aprovecharlas", le cuenta a la nacion el riocuartense, considerado entre los arqueros con mayor proyección del país y que por estos días está de pretemporada con el club cordobés.
–¿Siempre fuiste arquero?
–Me gustaba ir al arco de chiquito, cuando jugaba con mis amigos en mi club, Sportivo Río Cuarto. Ahora, tratamos de disfrutar cuando nos juntamos, pero si el partido se pone serio, atajo.
–Se habla mucho de tu nivel pero, ¿cómo te describirías vos?
–Soy un arquero en crecimiento. Me considero rápido de piernas, trato de tener visión en el juego aéreo y anticiparme a la jugada.
–¿Cómo fue tu paso por Belgrano?
–Estuve desde los 16 a los 20 años. Belgrano me dejó muchos amigos y fue una parte linda porque estuve en la pensión. Es un club que me dio la posibilidad de jugar en inferiores y me dolió que me hayan dejado libre porque es lo peor que le puede pasar a un jugador. Pero bueno, el fútbol cierra una puerta y te abre otra.
–¿Es muy difícil asimilar que de un día para el otro quedés libre de un club…?
– Sí, es como cualquier trabajador cuando lo despiden. Tenés que salir a buscar club y no es fácil. Más siendo arquero, un puesto donde, si no tenés una buena cantidad de partidos, se debe empezar de abajo. No es lindo, pero pasando los años lo ves de otra manera.
–Ahí apareció Defensores de Ramallo…
–Fui a Defensores, me tocó estar un año en el banco de los suplentes y recién ahí empecé a jugar. Si realmente te gusta, tenés que salir de esos momentos malos. Gracias a Dios, Defensores me abrió las puertas y fue un club donde crecí muchísimo. Si estoy acá, es por Defensores de Ramallo.
–¿Te sirvió de aprendizaje?
–Si, pedí jugar en la liga local para agarrar minutos. Un arquero necesita jugar para tomar confianza, así sea en un picado. Me tocó salir campeón en la liga nicoleña. Al venir de abajo, todo lo que vas logrando se disfruta el doble. En el último torneo peleamos el ascenso con Talleres, fue algo histórico.
–Darío Kudelka te llevó a Talleres, pero también fuiste resistido.
–Al principio no fue fácil, porque había jugado en Belgrano. Son cosas que pasan en el fútbol. Entendí el fanatismo de la gente y la bronca que tenían hacia mí por ese pasado.
–¿Fue por ese gesto que le hiciste a la tribuna [NdeR: hizo la seña de taparse un ojo en alusión al Pirata, el apodo de Belgrano] en un partido?
–Sí, son cosas que uno hace en la juventud y enseguida reconocí que fue un error. En su momento pedí disculpas, y era cuestión de que tuviera la posibilidad de jugar y demostrar que quería lo mejor para el club para cambiar la opinión de los hinchas. Cuando me tocó, por suerte me salió bien.
–¿Tenías que irte por la puerta de atrás cuando terminaban los entrenamientos?
–Sí, en dos o tres entrenamientos tuve que salir por la puerta de atrás para evitarlos. Hoy lo recuerdo como una anécdota. Fue gracioso y difícil al principio, pero aprendí que hay que manejarse con respeto y fue una enseñanza para mí. Estoy en una gran institución y tengo que agradecerles a los dirigentes que me cuidaron.
–¿En qué momento cambió la relación?
–El hincha argentino vive de resultados. Sabía que en cuanto me tocara jugar, la opinión iba a cambiar si me iba bien. Con la lesión de ‘Mauri’ Caranta me tocó seguir jugando y logramos el ascenso. En su momento me tocó pedir disculpas, el hincha lo entendió y son cosas que quedaron atrás. Hoy la relación es la mejor.
–Desde ese momento, no faltaste a ningún partido de Talleres...
–Así es mi forma de ser. Siempre quiero jugar, más por las cosas que nos estamos jugando.
–¿Por qué Talleres fue tan irregular?
–En el fútbol lo que más importa son los resultados. Te fijás en la tabla y nuestra campaña es irregular. Nos toca atravesar una etapa de transición y somos conscientes de que nos hace falta mejorar. En un fútbol argentino tan parejo, podemos ganar dos partidos seguidos y nos ponemos entre los 10 primeros. Con el trabajo que estamos haciendo es la manera de salir adelante.
–Hace unos meses Boca preguntó por vos. ¿Lo tuviste en cuenta?
–No. Que pregunten por mi significa que estoy haciendo las cosas bien, pero soy respetuoso de lo que tengo. Talleres me dio la posibilidad de crecer y jugar en primera, que es lo más lindo que le puede pasar a un jugador de fútbol. Siempre me mantuve al margen. Hubo un interés y me lo hicieron saber, pero no fue más que eso.
–Tenés contrato hasta junio de 2021 y Fassi, el presidente de Talleres, dijo que tenés futuro europeo. ¿Tenés presente la idea de dar ese salto?
–Todo jugador quiere poder crecer, pero no tengo la necesidad. El arquero se tiene que curtir y son los partidos los que te hacen sumar experiencia. Entonces, no tengo apuro en irme. Primero quiero alcanzar la experiencia necesaria, hoy lo que tengo en la cabeza en seguir creciendo. Tenemos la posibilidad de jugar la Copa Libertadores [NdeR: el 6 de febrero Talleres jugará la ida del repechaje frente a San Pablo, en Córdoba], que sería una experiencia única. Después se verá.
Un 7 de octubre inolvidable: Clásico, selección y récord
Posiblemente el 7 de octubre de 2018 quedará en la memoria de Herrera por siempre. Talleres había goleado 3-0 a Belgrano en el clásico cordobés. Estaba en el ómnibus festejando cuando lo llamó Martín Tocalli, el entrenador de arqueros de la selección, para avisarle que estaba convocado ante la lesión de Franco Armani. Herrera no tuvo minutos con Irak y Brasil, pero se dio el gusto de vivir una experiencia única: "Tenés que dar el máximo en cada entrenamiento porque te marcan la diferencia y se nota la jerarquía. Uno aprende y también se mide. Las conclusiones fueron las mejores", cuenta Herrara, que lleva 87 partidos consecutivos en la T, desde que debutó el 9 de abril de 2016 ante Almagro, por la B Nacional. Recibió 73 goles. Con 701 minutos invicto, ostenta la mejor marca histórica del club.
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