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Gimnasia - River, por el Torneo 2021: el equipo de Gallardo tuvo más empuje que claridad y apenas empató en La Plata 1-1
Luego de quedar afuera de la Copa Libertadores, el Millonario pretendía relanzarse en el certamen local, pero no pudo conseguir los tres puntos; Matías Suárez y el Pulga Rodríguez, los goles
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River apenas empató con Gimnasia 1-1, en La Plata, en un partido válido por la 7° fecha del Torneo 2021 de la Liga Profesional. Tras haber sido eliminado por Atlético Mineiro de la Copa Libertadores, el conjunto de Marcelo Gallardo pretende apostar todo en el certamen local, pero las expresiones de su entrenador suelen ser elocuentes: y el DT nuevamente se fue con más fastidio que satisfacción por el nivel observado en el equipo.
Desde el arranque River salió mentalizado en dar vuelta la página. Y así fue como Matías Suárez convirtió un gol a los dos minutos, de caño al arquero Rodrigo Rey tras recibir una habilitación frontal de De la Cruz. Pero el Lobo no se quedó atrás y tuvo como principal mérito empatar rápido: el Pulga Rodríguez cabeceó un buen centro desde la derecha de Gerometta (uno de los mejores de la cancha) y ubicó la pelota junto al palo izquierdo de Armani.
El gol de caño de Matías Suárez
River salió con el esquema que más utilizó Gallardo en los últimos partidos: un 4-1-3-2, con Enzo Pérez de volante central táctico; por delante suyo Santiago Simón, Bruno Zuculini y Nicolás De la Cruz; y como referencias más ofensivas, Matías Suárez y Braian Romero.
Gimnasia, con el tablero de la dupla Martini-Messera en un 4-4-2 ofensivo: Mancilla de volante de marca, pero luego dos volantes externos muy veloces (Eric Ramírez por la derecha y Carbonero por la izquierda) y Matías Miranda, un enganche zurdo reubicado como doble 5. Como delanteros bien definidos, Luis Rodríguez y Rodrigo Holgado.
El empate del Pulga Rodríguez
Si algo tienen Matías Suárez y Braian Romero es que pueden ser indescifrables para su marcadores, porque manejan muy bien los gestos técnicos con amagos y salidas para los costados que menos esperan los defensores. Y más si Gimnasia no lograba presionar a los mediocampistas lanzadores, como en el gol del 1-0.
Pero Gimnasia, que da la impresión de ser muy bien conducido por la dupla de entrenadores hace tiempo (al margen de diferentes contratiempos) no salió a especular ni defenderse en su campo. Por momentos intentó incluso presionar alto a una defensa millonaria que se puso bajo la lupa en los últimos partidos. Y así llegó al empate del Pulga Rodríguez, movimiento que generó un fastidio en Gallardo por un despeje deficiente de Paulo Díaz en el arranque de la jugada.
La voracidad de River, el orgullo herido, hacía ver que podía generar peligro con juego asociado pero también con la pelota parada. Tras un par de córners, generó alarmas en Rey con un cabezazo de Paulo Díaz que dio en el techo del travesaño y otro intento de Suárez.
El plan B de Gimnasia fue retrasarse algunos metros y taparle el primer pase a Enzo Pérez. Ahí presionar, robar y salir rápido de contraataque, sobre todo hizo un sacrificio muy bueno de Eric Ramírez por el sector derecho. A los 31 minutos, esa fórmula logró poner de frente al arco a Carbonero, con un pique por la izquierda, aunque fue bien marcado por Paulo Díaz en el mano a mano. No le disputó la tenencia a River (en el primer tiempo fue del 36% para el local), pero tuvo un par de caminos para preocupar al Millonario.
El golpe involuntario de Suárez sobre Rodrigo Rey
En los últimos cinco minutos del primer tiempo sí Gimnasia se defendió más cerca de su área. Y River contó con un tiro libre a colocar de De la Cruz que se fue cerca del ángulo superior derecho de Rey. En esa presión constante que ejercen los delanteros millonarios sobre los defensores rivales, en una acción Matías Suárez golpeó involuntariamente con su rodilla izquierda el rostro del arquero Rey, que debió ser atendido por los médicos.
El final del primer tiempo se fue en empate 1-1 y el resultado se ajustó a lo que sucedió en el desarrollo. Ninguno había hecho méritos para irse vencedor.
“¡Vamos con los pases!”
River salió más decidido todavía en el segundo tiempo. Presión alta y personalidad para imponerse en las divididas. De una recuperación de Simón ante Mancilla, siguió una progresión de Bruno Zuculini que finalizó con un remate desde afuera que contuvo bien Rey.
Marcelo Gallardo insistió con gritos e indicaciones para que sus jugadores rompan líneas con pases filtrados y verticales. Ante un Lobo que luego sí se ubicó para defender en un bloque bajo, la posesión iba creciendo para el visitante. “¡Vamos con los pases!” se repite como grito de guerra de Gallardo en los últimos partidos, con rendimientos que generan en el DT más fastidios que satisfacciones. “Tocá y pasá”, también se escuchó desde el banco millonario.
Sin ver justeza en las entregas en los últimos metros, a los 13 minutos dispuso de dos modificaciones: adentro Julián Álvarez y Tomás Galván por Romero y Zuculini, respectivamente.
El arquero Rey, condicionado todavía por el golpe que le dio Suárez en el primer tiempo, debió ser reemplazado a los 18 minutos: ingresó Tomás Durso. Y en la primera intervención salió con personalidad para despejar con los puños, ganó confianza de entrada. En la acción siguiente, Tomás Galván (enganche de 21 años) tuvo el gol tras un pase de Paulo Díaz, pero no resolvió con precisión.
A los 20 minutos, tras otra buena jugada de Galván en una acción de handball de derecha a izquierda, lo perdió entrando por el segundo palo Matías Suárez; pareció patinarse justo cuando pisaba el área chica. Cada vez le costaba más hacer pie a Gimnasia. El partido era otro.
El aluvión River
Gallardo seguía con los cambios: el tercero en ingresar fue José Paradela, justo un ex Gimnasia. La vocación ofensiva del Millonario era cada vez mayor. Suárez, Alvarez, Paradela, De la Cruz y Galván; hasta el central Paulo Díaz era un delantero más. Y cada falta ganada por un futbolista del Lobo en la mitad de la cancha era sinónimo de respiro. River no era claro, pero no paraba de respirarle en la nuca a Gimnasia con centros y presionándolo alto.
El equipo de la dupla Martini-Messera defendía con uñas y dientes. Ganó oficio con los ingresos de Aleman y Licht, y apostaba a algún contraataque vía Carbonero.
River fue pura voluntad y convicción para conseguir los tres puntos, pero al empuje le faltó claridad. El camino en el Torneo 2021 es largo, pero Gallardo se sigue yendo de los campos de juego con más muecas de frustración que de conformismo con lo que ve en cuanto al funcionamiento de su equipo.
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