Gimnasia goleó 4-2 a Argentinos, en una noche de fútbol estelar: los cinco golazos del mejor partido del campeonato

Volante hábil, zurdo picante, categoría 2001. Alan Lescano, Pipa Lescano, tiene solo 21 años, pero juega con una soltura y un desparpajo propios de la segunda edad. Es de los buenos. Marcó dos golazos este lunes, en el estadio Diego Armando Maradona, todo un símbolo. La cancha de Argentinos. Pero, sobre todo, porque Pelusa le dio el bautismo en tiempos de entrenador del Lobo. “Mis primeras prácticas fueron con Diego. Después de un entrenamiento me dijo que tenía muchas condiciones. Imaginate lo que fue para mí...”, contó, tiempo atrás. El pichón de crack juega inspirado en Maradona, nada menos.

No fue el único protagonista de la noche. Del otro lado (¡qué bien juega Argentinos, pero cómo desperdicia sus situaciones!), selló el temporario 2-2 el hijo de Fernando Redondo, Federico, que convirtió con una sutileza, de zurda. El primer grito de su carrera. Fernando jugó 75 partidos oficiales y convirtió la misma cantidad. Fue en 1990, ante Ferro. Todo eso, en un partido extraordinario, que pudo haber tenido cuatro, cinco goles más. Fue una obra de arte de lunes por la noche, el inesperado triunfo del Lobo sobre el Bicho por 4 a 2.

Gimnasia y Esgrima La Plata, donde finalizó su carrera como entrenador Diego Armando Maradona, goleó en el estadio que lleva su nombre al local Argentinos Juniors, donde el “10″ inició su carrera futbolística. El décimo en las posiciones recibió al decimosegundo y eso se notó solamente en algunos pasajes del segundo tiempo, hasta que al final se terminó imponiendo la frescura de los chicos dirigidos por Sebastián “Chirola” Romero, que como los de Gabriel Milito también está afrontando doble competencia. Es que mientras Argentinos participa de la Libertadores donde acumuló dos victorias seguidas, Gimnasia inició su participación en la Sudamericana con dos derrotas.

De un análisis inicial se podía suponer que un Argentinos que venía invicto como local y un Gimnasia que nunca había ganado como visitante tenía por destino que esos valores estadísticos se mantuvieran. Pero nada fue así y todo lo contrario se vislumbró apenas la pelota empezó a rodar por el césped de La Paternal, ya que antes de los 10 minutos Alan Lescano clavó el primero de sus dos golazos con un magnífico tiro libre de zurda.

Luego empataría Leonardo Heredia para los dueños de casa pasados los 20 minutos, tras tomar por sorpresa a la defensa visitante: recibió un pase de cabeza de Redondo, definió de derecha, rechazó el arquero Durso y en el segundo intento, ya desde el piso, anotó el empate.

Pero inmediatamente apareció nuevamente la zurda de Lescano para tomar de aire un rebote afuera del área y la volvió a incrustar apenas por debajo del travesaño sobre un Federico Lanzillota, que se había adelantado a rechazar. Un bombazo, un lujo, un golazo. Otro.

Con todo eso atractivo para los ojos del espectador imparcial se fue el primer tiempo y arrancó el segundo, cuando antes del cuarto de hora Argentinos volvió a igualar a través de otro “veinteañero” como Federico Redondo, el hijo de Fernando, que también de zurda marcó el primer gol de su carrera profesional. Y es derecho, pero tocó de zurda y de primera para darle sentido a una asistencia de taco de Francisco González Metilli.

Sin embargo esto no amilanó a los platenses, que ya habían “olido sangre” en el primer tiempo y se habían dado cuenta que podían dar el zarpazo. Y hacia allí fue el “Lobo” para ponerse arriba en el marcador con otro chico de 20 años que también anotó por primera vez en su carrera, como Ivo Mammini. Hasta ese entonces y desde el empate de Redondo, que fue duramente recriminado por su compañero Lucas Villalba por ese tanto en el que pese a su altura no marcó como debía a Mammini, que convirtió con un impactante cabezazo desde el punto penal, tras un gran centro de Franco Soldano.

Pero a partir de esa conquista “tripera” ya el local no fue el de antes, no llegó más con peligro sobre el arco defendido por Tomás Durso, y en el descuento el ingresado Franco Torres le hizo honor al estadio donde estaba jugando y con una jugada “maradoneana” en la que apiló con gambeta lineal a tres rivales y señaló el cuarto y celebradísimo tanto gimnasista, luego de correr con la pelota desde la mitad de la cancha, amagando aquí y allá y definiendo con un remate de derecha, arriba. Un golazo más para una noche inolvidable.

La jornada fue entonces redonda para Gimnasia, que volvió al triunfo luego de las caídas ante River y Belgrano, y que con muchos pibes le hizo reflejo a Argentinos y le terminó ganando con el mismo fútbol con el que su rival intentó someterlo.

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