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Foster Gillett, el primer inversor atraído por el fútbol argentino: “Esto no se trata de dinero”
El empresario estadounidense, cuyo patrimonio está estimado en US$ 700 millones, se reunió con el gobierno; “el talento que el mundo quiere está aquí”, afirma
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Desde el piso 54 de una torre de Puerto Madero, el multimillonario estadounidense Foster Gillett puede ver la costa uruguaya y la Bombonera. Invitado por el empresario Guillermo Tofoni, mantuvo reuniones con el gobierno argentino y dejó en claro que quiere ser el primer inversor privado si se confirma la apertura hacia las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). En una charla con LA NACION, el magnate de 47 años habla de sus planes a futuro, de su fanatismo por Javier Mascherano y del videojuego de fútbol que tiene en su teléfono celular. No quiere que nadie se deje llevar por su cuenta bancaria, pese a que es dueño de un patrimonio estimado en US$ 700 millones por la prensa estadounidense. “Esto no se trata de dinero”, dice sobre un eventual aporte en un club argentino.
Gillett es uno de los cuatro hijos de George Gillett, un empresario de la comunicación y los deportes en Estados Unidos que llegó a comprar el equipo Harlem Globetrotters y a tener un conglomerado de medios. Con un portfolio diversificado, George adquirió el Liverpool inglés junto a Tom Hicks en 2007. Su hijo Foster fue nombrado director en la junta del tradicional club inglés. Los Gillett se mantuvieron al mando hasta 2010, cuando vendieron las acciones a Fenway Sports Group.
A Foster se lo vinculó años más tarde con Derby County, de Inglaterra; Hearts, de Escocia, y Lyon, de Francia. “Mi primer recuerdo del fútbol argentino es el de un joven Javier Mascherano cuando jugaba para Liverpool, el equipo de mi familia”, evoca Gillett. Por su pronunciación impecable no parece estadounidense, sino inglés. “La intensidad y el compromiso del juego de Mascherano fueron algo que raramente había visto. Su profesionalismo era incomparable y fue una experiencia maravillosa para todos en Liverpool”, agrega el magnate estadounidense, que ya se encontró con Daniel Scioli, el secretario de Deporte de la Nación, para evaluar cómo invertir en algún club argentino.
–¿Quién es Foster Gillett?
–Soy un hombre joven que ha pasado su vida en los deportes y en el entretenimiento. Creemos fuertemente en los deportes, en el negocio de los deportes, en la cultura de los deportes. Y yo, en particular, vivo y respiro este deporte. No hay nada que me haga más feliz que estar en un ambiente en el que pongo sonrisas en la cara de la gente. Y en el momento en el que un se anota un gol veo a gente que nunca se conoció abrazarse y gritar. Y en ese momento no estamos pensando en Covid o en la inflación: estamos llenos de pasión. Esos instantes son lo que la gente recuerda. Gente joven con sus familiares, hermanos juntos, desconocidos. Tener eso como negocio, poner sonrisas en la cara de la gente, son una oportunidad única. Y, de nuevo, es más provechoso que cualquier cantidad de dinero.
–Y todos somos iguales en un estadio de fútbol.
–Todos hicieron el mismo sacrificio en ese día en particular, que fue donar un tiempo a un final desconocido. Lo hermoso del fútbol es la impredecibilidad. Cualquier equipo puede ganarle a cualquier equipo en un día determinado. Los resultados pueden cambiar. Es como donar su tiempo a esta narrativa desconocida, esta impredecibilidad.
–¿Cuándo se dio cuenta de que el fútbol argentino era una oportunidad para invertir?
–Aún no hubo una conversación específica, pero emocionalmente he estado mirándolo desde lejos por un tiempo. Y recientemente me di cuenta del potencial de tener esta conversación. Entendiendo que los hinchas tienen la decisión final en cómo se resuelve esto. Así que decidimos venir y hacer todo el trabajo preliminar para asegurarnos de que esta teoría fuera correcta. Y también para llegar a un punto en el que pudiéramos presentarlo a un club, para ver si lo aceptaría.
–¿Y cuál es ese trabajo preliminar que está haciendo?
–Estamos reuniéndonos con gente del gobierno y con ejecutivos locales, para ver su apetito en esta discusión.
–¿Y cuáles son sus primeras impresiones de ese apetito?
–Creo que el apetito es fuerte. La gente cree que esto va en dirección hacia los mejores intereses del juego, los hinchas, los clubes en sí mismos. No solo en el campo, sino también en sus entornos sociales deportivos. Y éste es un carácter distintivo que he vivido toda mi vida: el crecimiento por medio del deporte es muy importante. Y estar involucrado en una actividad de grupo, en la que el compromiso, la comunicación, los objetivos compartidos, la comprensión del papel propio en un grupo, son cosas que ayudan en la vida. El deporte es una manera de aprender las lecciones de la vida de una manera muy divertida. Y creo que en el mundo moderno lidiamos con la gente joven usando videojuegos y teniendo una experiencia muy individual. Así que creo que el papel del deporte en nuestra juventud continuará creciendo.
–El principal patrocinador de la liga española es EA Sports, por caso.
–Me encanta EA Sports. Me encanta jugar; lo tengo en mi teléfono. Me encanta EA FC. Creo que tengo 900.000 hinchas. Estoy aprendiendo. Pero también creo en el ejercicio, el trabajo en grupo, el aprendizaje, el escuchar, el crecer juntos. Creo que estas son lecciones que siempre serán importantes en nuestra sociedad. Y el deporte es una manera maravillosa de aprender esto.
–¿Con qué equipo juega?
–Tengo mi propio equipo.
–¿Con futbolistas argentinos?
–Tengo algunos, en un plantel bastante bueno. Digamos que mi banco de suplentes podría ser muy exitoso.
–¿Nombres de algunos jugadores?
–Los que tenemos todos. Es un proceso del juego; no se puede elegir siempre, no siempre están disponibles cuando uno quiere. Es cuestión de ganarse a los jugadores y hacer crecer su valor. Es un juego, es una realidad. Pero tengo una formación titular maravillosa.
–Dijo que tenía que convencer a los hinchas. ¿Cómo lo haría? Porque los hinchas argentinos no se acostumbran a aceptar inversiones en sus clubes.
–Bueno, no sé si alguna vez alguien ha convencido a todos. Inicialmente, antes de que tengamos la oportunidad de hacerlo, debemos ganar el derecho de hacerlo. Y creo en mi corazón que no hay negocio del fútbol sin los hinchas. Hacerlo sin ellos sería una herida autoinfligida, sin sentido. Un gol en contra. Siempre habrá detractores. Siempre hay un argumento saludable contra lo que uno hace. Y eso es justo. Siempre. Y siempre uno cometerá errores. Pero esto se trata de hacer bien las cosas, consistentemente, durante un período. Y hacer bien las cosas no es solo hacerlas en la cancha.
–¿Hicieron el due-dilligence, el examen de las finanzas de lo que se quiere comprar, en los clubes argentinos? Porque muchos están en deuda.
–Ésta es la razón por la que estamos aquí. Creo que el producto está aquí. El talento que el mundo quiere está aquí. La cultura y la pasión que todos los demás mercados intentan emular ya están aquí. Lo que creo importante es que traigamos la parte de negocio del juego en sintonía con lo que ya existe. Y lo que ya existe es la cosa más difícil de construir. Podemos construir un negocio que se sostenga correctamente alrededor de lo que ya está aquí. Lo que pasa es que el mundo tiene acceso a jugadores argentinos demasiado jóvenes a un precio demasiado bajo. El hecho de que los clubes europeos compren a un joven argentino, hombre o mujer, en su juventud, lo sienten en el banco de suplentes y luego lo vendan por dos o tres veces el dinero que el club argentino obtuvo, es una calamidad para el club argentino en múltiples frentes. Primero, financieramente. Segundo, les quita a los hinchas y los auspiciantes parte del poder de su capacidad de asociación. También toma a un potencial ídolo, un héroe, de una comunidad, a una edad demasiado temprana. E indudablemente no permite a esa persona dejar su marca en su propia sociedad. Así que el objetivo aquí es crear un escenario en el que los jugadores estelares tengan un ambiente donde puedan permanecer más tiempo. Y eso será un beneficio para todos en el club.
–Comparados con los jóvenes brasileños, los argentinos están más baratos.
–No hay razón por la que el fútbol argentino no pueda ser visto alrededor del mundo. No hay razón por la que estos jugadores que están actuando en sus clubes aquí no puedan ser expuestos al mundo como pueden serlo los de un mercado diferente. Así que esto es una disfunción del sistema. Y creo que, como cualquier cosa en el deporte, la gente ve la debilidad y la aprovecha. Esto debería ser un esfuerzo unificado entre alguien como yo, los clubes, los hinchas y la comunidad, para permitir a estos jugadores desarrollar sus habilidades aquí, en Argentina, antes de elegir cuándo se irán.
–¿En cuántos años se podría corregir esa “disfunción”?
–Todas las cosas buenas toman tiempo. Así que es difícil decirlo. Pero puedo decirte cuándo empieza. No cuándo termina. Empieza cuando un club se une bajo esta idea, abraza el concepto y decide avanzar. Y cuando alientan y se mantienen juntos. No puede haber animosidad entre el esfuerzo de privatizar y el grupo de hinchas. Sería un fracaso.
–Pero usted tiene un plan a largo plazo.
–Sí.
–¿A cuántos años?
–Tantos como sea necesarios.
–No está diciendo si 10, 20, 30...
–El compromiso es a largo plazo. Y soy joven. Y tendré mucho tiempo en esta tierra... espero.
–En términos de cantidad de hinchas, ¿le gustaría invertir en un gran club, en uno mediano o en uno pequeño?
–Queremos invertir en el club que nos quiera. Con el objetivo de ser exitosos en cualquier club con el que nos asociemos.
–¿El éxito no está relacionado con el dinero, sino con el ambiente?
–Cualquier hombre que se centra en ganar solo, gasta su vida solo. Esto no se trata de dinero. Esto es un movimiento social. Esto se trata de usar el fútbol para empujar este concepto de deportes y de comunidad. Y en cualquier deporte elegido, hombres y mujeres merecen el derecho, el mismo acceso a las instalaciones, a los entrenadores, a las oportunidades. Por medio del juego, los activos generados llegan a una comunidad. Cuanto mejor lo hacen, cuantas más instalaciones, habrá más gente, más ingresos. Esto ayuda a una comunidad, a una ciudad, a una provincia, a un país.
–Entiendo el enfoque global, pero si no fuera por dinero, usted no estaría aquí.
–Esto no tiene nada que ver con el dinero.
–¿No tiene nada que ver con el dinero?
–Esta es una pasión de mi vida. Y creo que en esta comunidad, en este país, son creados los mejores futbolistas del mundo. Y creo que con más acceso, con más inversión, veremos más. Las superestrellas vienen de todas las regiones. Pero amo el fútbol argentino. ¡Lo amo! Y si hubiera un lugar en el mundo que pudiera elegir para invertir, decidiría hacerlo aquí. Porque me encanta la forma en la que se juega el fútbol aquí.
–¿Ha estado en un estadio argentino?
–No, no.
–No en ese estadio en azul y amarillo, por ejemplo [La Bombonera, que aparece a lo lejos].
–No, señor. Mañana será mi primera vez. Vamos a ir a un partido de Copa Libertadores [River vs. Talleres, en el Monumental, este miércoles]. Y ése será mi primer encuentro en Argentina.
–¿Verificará aquella impresión sobre el fútbol argentino?
–La pasión y la experiencia de vivir los partidos en persona en Argentina han sido muy bien documentadas. No puedo esperar a ser parte de ello. Verlo por mí mismo, vivir toda la experiencia, desde caminar al estadio hasta estar con los hinchas. Estoy esperando ser parte de esa experiencia. Y mientras estemos aquí, vamos a intentar ver tantos partidos como podamos.
–¿Y cómo calificaría esta idea del gobierno argentino de abrir los clubes argentinos a las inversiones privadas?
–Creo en la libertad de elección.
–¿Es un liberal?
–Soy un creyente en la libertad de elección. Para que hombres y mujeres puedan elegir lo que quieran hacer. Para que los negocios puedan elegir lo que quieran hacer. Y también hay consecuencias que hay que absorber por esas elecciones. Entonces, para mí se trata de la libertad de elegir. Y estoy aquí como un ejemplo vivo de lo que esto significa. Quiero estar aquí. Soy un ejemplo de esta nueva teoría que se ha puesto en práctica, esto que se ha convertido en un movimiento en el país. Así que... vamos.
A Gillett se le escapa la única palabra en castellano en la entrevista. Ese “¡vamos!” es casi una expresión de deseo.
–¿Es usted quien dio el primer paso para invertir en el fútbol argentino?
–He dejado saber que este es un objetivo mío y he buscado esta oportunidad. Llevó un poco de tiempo conectarme con la gente correcta. De nuevo: el éxito es todo por la gente. Un grupo maravilloso de gente está apoyándome en este tema.
–Los recientes ejemplos de inversiones privadas en los clubes argentinos fueron totales fracasos. ¿Tiene miedo a las críticas?
–El miedo nunca me motiva ni me preocupa. Creo que hay un cierto nivel de miedo en todo lo que uno hace. Como humanos, instintivamente miramos nuestro camino mediante nuestros propios miedos. También aprendemos de los errores de otros para avanzar y progresar. ¿Tengo miedo? Soy pensante. Entiendo que habrá una intención de hacer retroceder este concepto [el de las inversiones]. Lo reconozco y me gustaría aprovechar la oportunidad de mostrar lo que puedo hacer.
–¿Qué club argentino elegiría?
–Vamos a investigar esta oportunidad y lo que esperamos es facilitar conversaciones. El sueño mío es que se cree una trinidad sagrada entre un club, los hinchas, y los entrenadores más los jugadores. El propietario de un club debería ser insignificante. El fútbol en sí es esta hermosa mezcla de los tres componentes que acabo de explicar.
–Tuvo reuniones con Daniel Scioli y otros funcionarios. ¿Qué puede decir de esas reuniones?
–Fueron una experiencia increíble para aprender. Y lo primero que he aprendido es que este carácter distintivo de permitir que la gente haga su elección está en marcha hoy. Soy un ejemplo de esto. Y lo que escucho de todos con quienes he hablado es que no solo van a garantizarnos la entrada. Lo que van a hacer es ofrecernos la oportunidad de presentar lo nuestro a un grupo de gente para que la elija. Y lo que escucho mucho es “libertad de elección”. Permitir que la gente haga su elección. Esto es un ejemplo de eso. Hay muchos ojos en el fútbol por su popularidad. Es por eso que estamos aquí. Creo que habrá muchos ojos en esto. Lo que escucho es: “Sr. Gillett, gracias por estar aquí. Le presentaremos la oportunidad de llegar a este país con la teoría de invertir en este campo. Y vamos a permitir que los clubes, los hinchas de los clubes, tengan su propia decisión”. Ése es el mensaje que me han pasado.
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