Eurocopa: Francia venció a Alemania con una lección de fútbol y confirmó por qué es el favorito de todos

¿Cómo se define un partidazo? ¿Es sólo aquél en el que se suceden las ocasiones en un ida y vuelta constante? Dicho de otro modo: ¿puede serlo un encuentro que tiene emociones contadas en las áreas porque el trabajo defensivo supera la calidad y a variedad de los ataques? Alemanes y franceses demostraron en Múnich que esto es posible, que se puede asistir casi sin pestañear a un espectáculo de altísimo nivel futbolístico, aunque no sobren las imágenes para el resumen final y la chapa muestre un escuálido 1 a 0, en este caso para el seleccionado azul y por la Eurocopa.

Resulta muy difícil encontrar un equipo capaz de manejar todos los registros del juego. Mucho más si se trata de una selección. Lo consigue el conjunto dirigido por Didier Deschamps. El vigente campeones del mundo puede ser tan práctico y directo si cuenta con espacios para correr, como paciente y preciso cuando debe atacar con el rival metido en la trinchera. Le sobran músculos y pulmones en el medio, derrocha clase con la pelota si pasa por los pies de Karim Benzema, Antoine Griezmann o Paul Pogba. Es dinamita ofensiva con Kylian Mbappé, e inteligente, rápido y duro atrás con Raphaël Varane y Presnel Kimpembe. Tiene marca y despliegue en los laterales e incluso sabe sufrir en los momentos en que se ve desbordado y arrinconado contra su arco.

El gol de Hummels en contra

Con semejante caudal de virtudes, descubrirle las fisuras cuesta una enormidad. Incluso para otro equipazo, como el alemán. El conjunto bleu fue dueño y señor de los 45 minutos iniciales. Pletórica en cada sector del campo, Francia hizo absolutamente todo bien sin importarle que su rival tuviera la pelota por más tiempo, y controló siempre el desarrollo. Dio permanente sensación de peligro cuando se acercó hasta Manuel Neuer al mismo tiempo que logró que Hugo Lloris ni siquiera tuviera que ensuciarse la ropa.

Compacto de Alemania 0 vs. Francia 1

Un cabezazo apenas elevado de Pogba a los 15 y un remate bajo de Mbappé que Neuer desvió al córner un minuto después anticiparon la apertura del marcador a los 19. Tres toques certeros y veloces entre Benjamín Pavard, Benzema y Pogba; un perfecto cambio de frente hacia Lucas Hernández; un centro de primera, y Mats Hummels, que en contra batió a Neuer por evitar que a sus espaldas empujase el balón Mbappé, pusieron el 1-0, que sería definitivo.

A Alemania no le quedó otra que ponerle una marcha más a su andar, hasta entonces parsimonioso, acentuando la seguridad para evitar pérdidas y contraataques furibundos. El entrenador Joachim Löw ha sido fiel a sus convicciones durante la larguísima etapa que está a punto de concluir al frente de la selección germana. Sus equipos jamás renuncian a ser dueños de la pelota y marcar la cancha basándose en su dominio.

A partir de ese punto, su éxito depende del talento para gestar movimientos que pongan a un jugador cara a cara con el arquero de enfrente, algo que no ocurrió hasta el octavo minuto del segundo tiempo. La secuencia de pases, cortos o largos, moría en el portal del área francesa. La exacta colocación de los mediocampistas vestidos de azul y el impasable vallado formado por los descomunales Varane y Kimpembe cerraban todos los caminos. En ese instante, una extensa jugada finalizó en un centro de Robin Gosens y la volea de Serge Gnabry picó y se fue apenas alta. Se pudo pensar en el anuncio de una arremetida decisiva rumbo al empate. La excepcional seguridad defensiva francesa lo convirtió en un oasis.

Probó Alemania con el retroceso de Gnabry para las diagonales de Kai Havertz y Thomas Müller, con las subidas permanentes (aunque sin sorpresa) de Joshua Kimmich y Gosens, con la brújula de Toni Kroos y la puntada que tejía Ilkay Gündogan, pero nunca encontró el resquicio. No tienen los germanos un delantero que equipare la calidad del resto. No lo son Timo Werner, Gnabry ni Kevin Volland, y ésa es una carencia muy difícil de disimular.

De hecho, en un segundo tiempo cerrado fue Francia el que estuvo más cerca del gol. Se lo negó un poste a Adrien Rabiot a los 6, y dos fueras de juego mínimos anularon festejos de Mbappé (era un golazo) y Benzema a los 21 y los 39.

Terminó 1 a 0, con los alemanes pensando en cómo solucionar la falta de gol. Con Francia confirmando por qué es el favorito de casi todos. Y con los espectadores saludando un partidazo en el que los defensores demostraron que a veces los cracks pueden ser ellos.

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