Ernesto Mastrangelo: "Aquel equipo marcó una época"

¡No puede ser, viejo! No nos podemos perder ese gol; si el arco mide siete metros..." Está distinto, con algunos kilos de más y con canas. No es para menos. Pasaron 25 años, pero nunca se desprendió de la pasión que siente por el fútbol. Ernesto Mastrángelo, una de las figuras de Boca, de aquel equipo hegemónico que dirigía el Toto Lorenzo en la década del 70, recuerda con alegría la conquista de la Copa Europeo-Sudamericana de 1977, aunque el ahora director técnico, de 55 años, está con bronca. Ayer, al mediodía, la 5a división xeneize empató con Los Andes 1 a 1 en el predio de Casa Amarilla y quedó algo relegado de la punta.

"Estoy recaliente. No podemos empatar un partido en el que creamos doce situaciones claras de gol", arranca Heber, y sigue: "Ahora me doy cuenta de que es más difícil ser DT, porque pasás a depender de los demás, de lo que hacen los jugadores. Jugar era lindo y divertido; hoy vos no ganás más partidos, los ganan los jugadores."

Extraña los viajes a Rufino, su pueblo natal: "Antes le pedía permiso al Toto y me iba; ahora tengo a cargo más de 30 juveniles. No me puedo ir ni a la esquina", explica Mastrángelo, autor de un gol en la revancha jugada en Karlsruhe, Alemania, en la victoria ante Borussia Moenchengladbach por 3 a 0, el 1° de agosto de 1978, el día de la consagración. El primer partido se jugó en la Bombonera el 21 de marzo del mismo año y finalizó 2 a 2; el conjunto alemán la disputó porque Liverpool, ganador de la Champions League, le cedió el lugar por problemas de fechas y cierto desinterés.

Mastrángelo, que acumula 20 años trabajando en la Ribera, se va despegando de la bronca por el empate ante Los Andes y le hace un lugar a las anécdotas. "Lo primero que me acuerdo es que pasó mucho tiempo. Hay una bárbara. Estaba en el hotel de Alemania tomando un café con Juan Carlos Lorenzo y viene Alberto J. Armando. El presidente le preguntó el equipo, pero el Toto apenas llegó a nombrarle los cuatro defensores y... Armando lo interrumpió: ¿Está seguro, maestro? El tema es que no figuraban ni Pancho Sa ni Mouzo; aparecían Bordón de seis y Suárez de tres. "Sí -le contestó Lorenzo-; necesito gente rápida." Armando se fue. Menos mal que no le dijo toda la formación, porque si no creo que el presidente se moría ahí mismo... Pero ésa era la genialidad del Toto, que estaba 20 años adelantado a todos los demás técnicos."

No se queda ahí. Lorenzo dio la nota por lo que hacía dentro y fuera de la cancha: "El Toto infiltró a Claudio von Foster, que era un preparador físico que hablaba muy bien alemán; lo hizo pasar como periodista y lo mandó un mes antes a Karlsruhe. Les hizo notas a los rivales, siguió las prácticas y le avisaba todo a Lorenzo. Nosotros sabíamos los detalles jugador por jugador. Es más: si entraba uno de la reserva, también conocíamos cómo jugaba".

-¿Qué sucedió en los partidos?

-No pensábamos que Borussia, que tenía un equipazo, nos iba a empatar en La Boca. Hice dos goles; uno acá y otro en Alemania. Siempre me marcó Berti Vogts, lo hacía muy bien y era un jugador extraordinario.

-¿Y en la revancha?

-Nadie creía en Boca. Ni siquiera nos televisaron; las imágenes que se ven hoy son de un aficionado. ¿Si nos dio bronca? Tuvimos la suerte de ser los primeros campeones de América y del Mundo en Boca. Como puede pasar ahora; el último título, que se consiguió hace unos días, también será viejo dentro de 15 años. A nosotros siempre nos van a recordar por ser los primeros.

Mastrángelo marcó goles decisivos: "En la Bombonera fue un pase de Zanabria; entré por la derecha, gambeteé para adentro y le pegué de zurda al segundo palo. Y en Alemania fue un muy buen desborde de Felman; tiró el centro, yo paré la pelota y veo que tenía todo el arco para mí solo (fue la primera vez que Berti Vogts me dio cinco metros de ventaja); ahí se me vinieron todos los alemanes encima y yo toqué tac al gol. Me di vuelta, levanté los brazos y les dije: ¡Gol muchachos! . Después me insultaron todos; mi papá, mi mamá, todos. Yo no me di cuenta, pero me dijeron que tardé mucho en definir, que parecía que estaba jugando un partido de solteros contra casados .

-¿Cómo define al Boca de Lorenzo?

-Aquel equipo marcó una época. En Boca ganamos cinco títulos, pero nos quedamos sin jugar una final de Copa del Mundo, y en 1979 salimos subcampeón de América porque una pelota picó arriba de una naranja que le habían tirado a Gatti en Paraguay y salió campeón Olimpia. El tema que acá salir segundo no sirve. La Copa Libertadores de 1979 fue la que mejor jugamos, pero nadie se acuerda de eso.

Mastrángelo hace un paralelismo entre el equipo de Boca de 1977 y el de hoy: "El Boca del Toto y el de Bianchi son casi iguales. Los comparo con Carlos Monzón. Venían a verlo los rivales y decían: Ah, son simples para jugar. Les ganamos , pero no. Boca te mete el uno-dos y retrocede; vuelve a sacar el uno-dos y retrocede. Podés pensar cualquier cosa, pero Boca siempre le terminó ganando por knock-out a los demás".

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