Enzo Pérez, en su hora decisiva, en un incómodo Estudiantes vs. River que abre el juego del futuro

Dónde tiene la cabeza Enzo Pérez, el último gran caudillo del fútbol argentino. Juega en Estudiantes, en donde es querido, respetado y su sentimiento está del lado del corazón. Se enfrenta con River, en donde es el último ídolo, con el recuerdo fresco de cuando se marchó por algunos chispazos con Martín Demichelis, el anterior entrenador. Con Marcelo Gallardo (un camarada de su vida, que le enseñó lo mejor de su obra) otra vez en Núñez, el regreso para el retiro definitivo es algo más que un fuerte rumor. Parece un hecho.

En el medio, el Estudiantes vs. River de este viernes, por la 25° fecha de la Liga Profesional, que se disputará en La Plata.

Símbolo, bandera, un 5 veterano más propenso a ser la extensión del entrenador en el campo de juego, vive horas decisivas. ¿Volver a casa y retirarse a lo grande, con el afecto a flor de piel, una película, al fin, con final feliz? ¿O quedarse en donde es reconocido, titular indispensable, rumbo a la segura próxima Copa Libertadores, seguramente su última experiencia copera? En River, será una suerte de Leonardo Ponzio en los últimos tiempos: no tiene el lugar asegurado, en un mundo de números 5 que entran y salen. Nada es lo que parece en el círculo central.

Su valor sería más testimonial, el actor que podría recuperar la armonía definitiva en un vestuario con matices, desde Demichelis a hoy, que ni siquiera el Muñeco pudo domar definitivamente. Se supone que la próxima pretemporada será esencial para ese desafío. Evidentemente, el Enzo Pérez de hoy, el de medias bajas, el que suele ser amonestado por llegar a destiempo y que en la fotografía siguiente mete pelotazos al pie de 30 metros y hasta llega a posición de gol, quiere seguir jugando.

¿Y si River, aún con posibilidades matemáticas de alcanzar la Liga Profesional, ni siquiera alcanza el status copero de 2025 y se debe conformar con la Sudamericana? ¿Para Enzo, ídolo, tatuaje y bandera millonaria, será exactamente lo mismo? Según Eduardo Domínguez, el entrenador de Estudiantes, es un imprescindible. Para el Muñeco, mucho más que un futbolista.

Rodrigo Villagra es el último 5 elegido. Pero todo puede cambiar: jugó muy mal en la derrota contra Independiente Rivadavia, en Mendoza. En realidad, todos lo hicieron. Gallardo hizo su presentación en el segundo ciclo al mando de River en un gris 1-1 con Huracán, en el Monumental, cuando dispuso de un doble cinco, compuesto por Rodrigo Aliendro y Felipe Peña Biafore. De arranque, en ese primer vistazo, se expuso un problema central de River de todo el año, surgido con Demichelis y potenciado con Gallardo. El volante central representa todo un enigma. Un misterio que nadie puede resolver. Ni los entrenadores (antes y ahora) ni los involucrados. Así, el juego casi nunca fluyó.

Una moneda al aire. En la serie copera con Talleres alternaron Matías Kranevitter-Aliendro, con Felipe Peña-Aliendro en modo doméstico, la aparición de Nicolás Fonseca casi tímidamente (con una buena producción contra Boca en la Bombonera -1-0- y una fallida tarea ante Mineiro en Belo Horizonte (0-3). Siempre con Kranevitter como primera pluma (el 5 que más le agradaba al entrenador), ahora reemplazado por un movedizo Rodrigo Villagra.

En un primer momento, pareció recuperar al mejor Kranevitter, pero fue una fugaz expresión de deseos. Al uruguayo Fonseca, el cuerpo técnico lo ve más de “juego” y a Villagra no lo observaron bien física y futbolísticamente, por eso tardaron tanto en ponerlo. Ahora, se lo nota más suelto, un poco alejado de las palabras de su representante, que había sugerido que iba a salir a préstamo. Y costó una millonada.

De todos modos, Gallardo ya tomó una drástica decisión: uno (o dos) de ellos va a marcharse al final de 2025. “Lo del volante central tiene que ver con los rendimientos y estados emocionales. Si tengo un jugador que está con buenos rendimientos y emocionalmente se siente bien, no soy de sacar a ese jugador. En base a eso hay algunos que apuesto a darle más tiempo porque confío y creo que necesitan tiempo para dar su mejor versión futbolística y otros... no. Para eso están los entrenadores, para tomar decisiones y ver los mejores resultados para el equipo”, sostuvo tiempo atrás el conductor.

Próximo a cumplir 39 años en febrero, Pérez tiene una vía rápida de llegada: su contrato en Estudiantes finaliza en diciembre. Así, en enero tendrá el pase en su poder para definir dónde terminará su carrera y una de las alternativas concretas es volver a tener un año más con la camiseta millonaria tras su problemática salida en 2023 luego del conflicto. En aquel entonces, el volante central tenía un contrato a disposición para firmar de cara al 2024 desde abril y eligió postergar su decisión hasta optar por su partida. Las otras dos alternativas apuntan a tener sus últimos meses de carrera en el León o hasta en Deportivo Maipú, de Mendoza, el club que lo vio nacer y donde siempre dijo que desea ponerle punto final a su etapa como profesional.

Nada mal: lleva 78 minutos por encuentro, mientras que anteriormente logró 83 en 2021, 76 en 2022 y 75 en 2023. Su vigencia física (con la lengua afuera en los últimos 30 minutos) permanece; su temporada terminará el 21 de diciembre próximo, con el Trofeo de Campeones en Santiago del Estero. Otro título al alcance de la mano con la camiseta del gigante platense.

Mientras, River, que aún mantiene la utopía de pelear por la Liga Profesional, visita este viernes a Estudiantes de La Plata con la obligación de obtener un triunfo que le permita mantener la ilusión de quedarse con el título en el marco de la vigésimo quinta fecha. El encuentro será en el estadio Jorge Luis Hirschi, desde las 21, con el arbitraje de Ariel Penel, secundado por Andrés Gariano y tendrá la televisación de ESPN Premium.

River viene de una semana de descanso, ya que su encuentro fue postergado por la final de la Copa Libertadores 2024 que disputarán Atlético Mineiro y Botafogo, este sábado, en el Monumental. El pasado lo condena: Manu Lanzini, Nacho Fernández, Pity Martínez (incluso, Kranevitter y Ramiro Funes Mori), los últimos regresos de símbolos de la banda roja siguen acurrucados en la columna del debe. Lo de Enzo sería diferente, porque el retiro está a un paso. Un doble comando (vestuario y cancha) para el último caudillo.

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