Enzo Fernández llega a Chelsea y rompe récords con “inteligencia” y “personalidad”

El mercado de invierno en Europa tuvo a un argentino como protagonista central del cierre del libro de pases. La transferencia más importante de enero involucra a una de las figuras de la selección campeona del mundo en Qatar. Enzo Jeremías Fernández, a casi seis meses de haber debutado en Benfica, fue contratado por Chelsea en 120 millones de euros en el último día del mercado. Un impacto que fue de Lisboa a Londres y tuvo rebote también en Buenos Aires.

El volante nacido el 17 de enero de 2001 en San Martín (Buenos Aires) firmará un contrato hasta 2031, por alrededor de 10 millones de euros por temporada. La transacción también le deja un suculento beneficio a River, que había vendido a Fernández en 10 millones a Benfica (más 4 que ingresaron luego por objetivos alcanzados en el club portugués) y mantenía un 25 por ciento del pase. En Núñez debería ingresar una suma aproximada a los 30 millones, más un 3,5 por ciento (alrededor de 4 millones) por el mecanismo de solidaridad, más un 0,5 por ciento (aproximadamente 600.000 euros) para Defensa y Justicia, club en el que Fernández estuvo cedido en préstamo durante un año.

En limpio: por todo concepto, River terminará embolsando alrededor de 48 millones de euros, la transferencia más alta para un club argentino. Además, Enzo Fernández se transforma en el jugador más caro de la historia argentina, muy por encima de los 90 millones de euros que Juventus le pagó a Napoli por Gonzalo Higuaín en 2016.

La “inteligencia” y la “personalidad” de Enzo

Dice Enzo Fernández que su mayor virtud es “la inteligencia”, lo que le permite reconocer como un error no haber terminado la escuela secundaria. Y quizá también admitir que se precipitó a principios de este año, cuando no del todo bien aconsejado intentó forzar la venta que se acaba de concretar, situación que enmendó ajustándose a la postura de Benfica.

Cuando le piden que describa su juego con una palabra, elige “personalidad”. Son atributos que trascienden su condición de muy buen futbolista, sintetizada en su capacidad técnica, atlética y táctica. Con estos últimos recursos se solventa la carrera de un jugador promedio, de nivel aceptable y con un techo. Con inteligencia y gran personalidad se pasa a una escala superior, más restringida, a la que accede Fernández, que en un año y medio quemó etapas a velocidad de vértigo.

Con 22 años cumplidos hace un par de semanas, la “inteligencia” y la “personalidad” seguirán siendo su principal suministro para asimilar otro salto gigante: aterrizar en la Premier League como la transferencia récord para un futbolista argentino, por una cifra que lo ubica entre los 10 pases más caros del mundo. Y también establece una plusmarca para Chelsea, cuyo mayor desembolso por un jugador habían sido los 113 millones de euros por Romelu Lukaku en agosto de 2021.

Otro movimiento sísmico bajo sus pies, que ya se mostraron muy bien adiestrados para no tambalear cuando volvió a River desde Defensa y Justicia. Pies también muy firmes y correctamente direccionados desde el momento en que se incorporó a Benfica, donde sobresalió desde el primer minuto, acortando los tiempos de la adaptación a Europa como pocos jugadores argentinos lo consiguieron. Y ni hablar del seleccionado argentino. Le alcanzaron tres amistosos para meterse en el plantel del Mundial, en la formación titular, ser campeón y recibir el premio al Mejor Futbolista Joven.

Donde pone un pie, arranca y sube. No para. Más que un estilo de juego, parece una filosofía de vida. No hay desafío que lo intimide, y así como siempre se muestra para pedir la pelota en la cancha y es agresivo cuando rompe líneas para llegar al área rival, también le gusta manejar los tiempos de su carrera. Le alcanzó un año para explotar en River, que no tuvo manera de retenerlo cuando llegaron las primeras ofertas de Europa.

Lo que hizo en Benfica, un club con un gran ojo reclutador de perlas a pulir, también fue meteórico. En apenas un semestre causó un tremendo impacto. Más allá de que la Liga de Portugal está en un segundo plano en Europa, su rendimiento pronto llamó la atención de los gigantes del continente, porque no solo se destacaba contra Gil Vicente, Paços de Ferreira y Famaliçao, sino que también dejaba una huella en la Champions League, desde los play-off contra Midtjylland y Dinamo Kiev, hasta los choques frente a Paris Saint Germain y Juventus.

El combo se completó con el Mundial. Su progresión futbolística fue geométrica. Quedó instalado en la gran vidriera global, ya nadie se preguntaba quién es Enzo Fernández, como ocurría hasta hace menos de un año en el Viejo Continente. Su ambición viaja a la par en los asuntos inherentes a su trayectoria. River tuvo que dejarlo volar y Benfica, a través de su presidente Rui Costa, alguien que conoce muy bien la psicología del jugador, negoció hasta sacar la mayor tajada para el club y a la vez cumplirle el deseo a Enzo.

Con Enzo, Benfica, tras adjudicarse el grupo que compartió con Paris Saint Germain y Juventus, se sentía con legítimas aspiraciones para pelear por la Champions League y terminar con la maldición de Bela Guttman, el entrenador que le dio dos copas europeas en la década del 60 y se sintió ofendido al ser despedido: “Benfica no volverá a ser campeón en los próximos 100 años”. El mal augurio va por 60 años, mientras a Benfica lo espera Brujas en los octavos de final. Sin Enzo, el optimismo no es el mismo.

Si bien River y Benfica no lograron convencerlo para que se quedara, no pueden quejarse del gran beneficio económico que les dejó. Fue un cheque al portador por ganancias millonarias. Por su alta cotización, el aterrizaje en la liga más rica del planeta se intuía inevitable. Será otro sueño cumplido. Cuando hace un tiempo le preguntaron por la liga en la que le gustaría jugar, no dudó: “Premier League”.

Su perfil de futbolista parece diseñado para la Premier: mediocampista “box to box”, de área a área, dinámico, intenso, de corte y llegada, con remate y capacidad para el retroceso. Transmite don de mando, de cada intervención suya cabe esperar algo útil o importante. Se hace notar, tiene impronta. La clase de jugador que hace que el equipo se sienta protegido y levanta al hincha de la butaca. Quizá lo que le está faltando a este Chelsea alicaído, mustio.

Las diez transferencias más altas de la historia

• Neymar: de Barcelona a PSG - 222 millones de euros
• Kylian Mbappé: de Monaco a PSG - 180 millones
• Ousmane Dembélé: de Borussia Dortmund a Barcelona - 140 millones
• Phillipe Coutinho: de Liverpool a Barcelona - 135 millones
• Joao Félix: de Benfica a Atlético de Madrid - 127,2 millones
• Enzo Fernández: de Benfica a Chelsea - 120 millones
• Antoine Griezmann: de Atlético de Madrid a Barcelona - 120 millones
• Jack Grealish: de Aston Villa a Manchester City - 117,5 millones
• Cristiano Ronaldo: de Real Madrid a Juventus - 117 millones
• Eden Hazard: de Chelsea a Real Madrid - 115 millones

Más que por la actualidad de Fernández, las dudas pasan por Chelsea, inmerso en una transformación aun no concluida desde que Roman Abramovich fue obligado a renunciar a la propiedad por la invasión de Rusia a Ucrania. El nuevo dueño es el norteamericano Todd Boehly, en una operación cercana a los 5000 millones de euros, la más alta de la historia para una franquicia deportiva.

Los cambios en Stamford Bridge también llegaron a la dirección deportiva. Cabezas con nuevas ideas. No se privaron de decisiones fuertes, como la del despido de Thomas Tuchel, el entrenador de la conquista de la Champions League 2021. No le perdonaron una derrota contra Dinamo Zagreb por la etapa de grupos. Contrataron a Graham Potter, el director técnico que potenció a Alexis Mac Allister en Brighton. Una buena señal para Enzo, que le puede pedir referencias a su compañero del seleccionado.

Los resultados con Potter todavía están por verse, el despegue se demora. Chelsea es 10° en la Premier, un puesto demasiado rezagado para sus aspiraciones, por ahora fuera de las copas europeas de la próxima temporada. Fue eliminado de la Copa de la Liga (Carabao Cup) y de la FA Cup por Manchester City. En los octavos de la Champions se cruzará con Borussia Dortmund.

Los cinco pases argentinos de mayor valor

• Enzo Fernández: de Benfica a Chelsea - 120 millones de euros
• Gonzalo Higuaín: de Napoli a Juventus - 90 millones
• Ángel Di María: de Real Madrid a Manchester United - 75 millones
• Lisandro Martínez: de Ajax a Manchester United - 57,37 millones
• Hernán Crespo: de Parma a Lazio - 56,81 millones

Enzo llega a una zona del campo que Chelsea necesita renovar, con N’Golo Kanté (31 años) inactivo desde agosto por una lesión y un Jorginho (31) que ya dio lo mejor y acaba de pasar a Arsenal. Mateo Kovacic tampoco es imprescindible.

La política de refuerzos de las nuevas autoridades viene siendo un tanto errática. Invirtieron fuerte en el zaguero Wesley Fofana (80,40 millones de euros), Marc Cucurrella (65,30), Raheem Sterling (56,20) y Kalidou Koulibaly (38). En esta ventana invernal europea, además de Fofana, se incorporaron Benoit Badiashile (38), el juvenil volante central brasileño Andrey Santos -enfrentó a la Argentina en el Sudamericano Sub 20- (12,5), Mykhaylo Mudryk (70, que pueden llegar a 100 de acuerdo a objetivos), João Félix (11, préstamo), Noni Madueke (35) y Malo Gusto (30).

Con media temporada ya transitada, Chelsea toma nota de que el recambio es tan necesario como impostergable si pretende que el balance sea más positivo dentro de un semestre. Por eso desembolsa una fortuna por Enzo, el sexto argentino que se pondrá la camiseta del club londinense. Sin gran suceso pasaron otros nombres de peso, relevantes, como Gonzalo Higuaín, Hernán Crespo, Juan Sebastián Verón, Franco Di Santo y Willy Caballero. Es el turno de Enzo Fernández, con “inteligencia” y “personalidad” para generarse un reto detrás de otro, todos a su medida.

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