Enzo Fernández, en “modo selección”: fue suplente, superó críticas y hoy es titular, capitán y símbolo del mejor Chelsea

Ya le pasó. Y volvió a ocurrirle: Enzo Fernández se nutre de los tropiezos, de los cuestionamientos y, sobre todo, de cuando lo miran de reojo. Inmediatamente después, se transforma en un fuera de serie.

A los 20 años, le cerraron la puerta del Monumental, en donde creció, con un mensaje: “Mejorá, aprendé y volvé”. En Defensa y Justicia fue un faro, se consagró en la Copa Sudamericana con Hernán Crespo en la conducción y nueve meses después, volvió a River, bajo el aura de Marcelo Gallardo, que advertía en marzo de 2022: “El nivel de Enzo Fernández es el crecimiento propio de alguien que da pasos adelante; sigue pisando fuerte. Es muy completo, muy joven, hace méritos para destacarse, en la búsqueda del funcionamiento colectivo. Toma vuelo propio. Pero tiene que ser consciente de que tiene que seguir evolucionando”. Un puñado de meses después, fue figura eterna en Qatar.

Campeón mundial que jugaba de 5, de 8, hasta de 10. Un monólogo del Muñeco (de aquel Muñeco), le hizo ruido en el estómago al joven de San Martín. Advertía sobre su clase, aunque no solo de él: “El futbolista tiene que hacer un poco de todo. Ese futbolista que siempre va a sacar ventaja por su calidad técnica y por creatividad, que me encanta, también tiene que estar disponible para encontrar los espacios. Y como los espacios nadie los encuentra estando parado… Vos no te podés quedar parado y diciendo ‘este es mi espacio y acá voy a jugar’ porque no te lo van a permitir. Dentro de esa evolución o diferentes formas en la que el fútbol ha ido evolucionando, está también la parte física. Si hoy no estás en condiciones para encontrar esos espacios moviéndote permanentemente, el jugador creativo desaparece. No te podés quedar solamente con la creatividad y el talento sino le das todo el valor de las otras cosas”.

Le mojaron la oreja, como recitan en el barrio. Benfica, campeón mundial (llamado a último momento y convertido en salvador en la zona media), Chelsea. Indispensable en el doble campeón de América, empezó esta nueva temporada en el gigante de Londres como un 5 de salida, delante de los centrales, algo aparado del círculo central y lejos del área rival, según la visión del otro Enzo, Maresca, el conductor.

Al mismo tiempo, los 121 millones de euros que había pagado Chelsea a Benfica lo convirtieron en un actor principal. Un crack universal, un jugador 10 puntos, que jugaba raspando el 6. Le encontró su verdadero lugar en el mundo, de enganche moderno a primer salida desde las zonas bajas, delante de los centrales, a metros del ecuatoriano Moisés Caicedo, en un equipo que juega 4-2-3-1. Algo parecido a cuando Scaloni lo ubica más retrasado en la selección. A veces le toca arrancar más atrás a Enzo Fernández, en otras a Alexis Mac Allister.

Inmediatamente, el técnico le dio la cinta de capitán en Chelsea. “El entrenador sólo sacaría cosas positivas si desarrolla la mente de un buen jugador de ajedrez. La prueba es el desarrollo de una serie de habilidades mentales, que son excelentes para la corteza prefrontal”, contó alguna vez Maresca. Con esa lucidez, sacó a Enzo Fernández de la zona caliente. En la cancha y detrás de escena, por aquellos cantos racistas. Lo reinventó delante de los centrales y con la responsabilidad del primer pase, la salida limpia. El encargado de romper la presión del equipo rival. Hasta que...

Un mes y una semana atrás. Uno, dos, tres partidos como suplente. Puntualmente, en el empate 1-1 frente a Manchester United, ingresó en los últimos 20 minutos por Romeo Lavia, el centrocampista belga que llegó por pedido del entrenador, tras el pago de 62,10 millones de euros a Southampton. Lo sacaron de la portada: una vez más. Justo a Enzo, que cuando toma nota, vuelve mejor que nunca.

El entrenador italiano le cambió a Moisés Caicedo el compañero en el doble pivote: Lavia por Enzo. “Lavia y Caicedo dan equilibrio en general, ofensivo y defensivo. Desde que llegamos, Moi (Caicedo) lo está haciendo fantástico”, expresó Maresca. ¿Y el Mejor Futbolista Joven del Mundial 2024? “Está haciendo un buen trabajo en el tiempo que le damos. La única razón por la que no juega es porque prefiero la fortaleza física de Caicedo y Lavia”, sostenía.

El crack fue parte involuntaria de una separación mediática. Su sonrisa suele ser motivo de debates sentimentales. Al mismo tiempo, el DT no suele arrojarle flores. “No me gusta... le cuesta el juego físico en el mediocampo”. Y se metió en la tesorería mundial. Las expectativas de los hinchas con los altos montos que se pagan por los pases de las figuras.

“Lo dije durante la semana: el problema con ellos es que el club les paga mucho dinero y la gente espera que sean los mejores. Es normal tener altibajos. Tengo uno de las mejores planteles de la Premier League, no tengo ninguna duda. Desde que llegué, lo primero que dije es que estaba enamorado de este plantel. Quizá no siempre haya que ver quién es el jugador más caro”.

El mejor Chelsea de los últimos cinco años está segundo en la Premier League, a cuatro puntos de Liverpool y encabeza las posiciones en la Conference League. Con Enzo, otra vez figura, capitán y hasta goleador. La volea de zurda en el triunfo por 4 a 3 sobre Tottenham, un clásico inglés, lo retrata muy bien. Grita, manda, ordena, hasta canta y juega cada día más cerca del área rival.

Es otro... ¿o se trata del mismo, que se transforma en la tempestad? Los números son una locura: en los últimos seis partidos, estableció seis asistencias y marcó tres goles (9 G+A). Hasta la cuenta oficial de Chelsea le dedica variadas publicaciones personales. Cuando a Enzo lo sacan de la lista de invitados, vuelve mejor vestido que nunca. No habría que desconfiar de la moral de un campeón del mundo.

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