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Encrucijada. Estudiantes quedó atrapado entre el nuevo estadio y el proyecto futbolístico
LA PLATA.– Estudiantes necesita terminar su cancha de forma imperiosa, pero ya no por una cuestión de comodidad. Precisa finalizar su estadio, de una vez por todas, para volver a poner el foco en el plantel superior de fútbol. Un plantel devaluado, conformado por ídolos veteranos y jugadores demasiado jóvenes.
Tras la derrota contra Talleres (0-1), renunció su director técnico Leandro Benítez. Sin embargo, el cambio permanente de entrenadores no pareció la solución. De hecho, en un año y medio tuvo a razón de un DT por semestre… Desde mediados de 2017 desfilaron Gustavo Matosas, Lucas Bernardi y, finalmente, Benítez. Para hallar el último oasis hay que retroceder hasta Nelson Vivas.
Quienes dirigieron al equipo en ese lapso son responsables del complejo presente, claro está, aunque en dosis moderadas. El gran problema para el club platense fue haberse obsesionado con retornar a su casa –esa obra que avanza, pero nunca concluye– y haber descuidado el proyecto futbolístico. Tanto que lo redujo hasta ponerlo casi en jaque.
Estudiantes casi no posee futbolistas que atraviesen el auge de sus carreras (entre los 24 y los 29 años). Basta con analizar la formación del pasado domingo: Andújar (35); Sánchez (28), Schunke (32), Jara (33), Díaz (20) y Erquiaga (19); Gómez (21), Braña (39), Kalinski (31); Castro (23) y Pavone (36). Solo Facundo Sánchez se encuentra en la franja mencionada, pero se avecina su cumpleaños: el 7 de marzo llegará a los 29 y alcanzará el límite superior del segmento etario.
El Pincha cuenta con un plantel devaluado: los ídolos son cada vez más grandes y a los chicos les falta rodaje. ¿Cómo llegó a esto? A través de varios mercados de pases en los que priorizó las salidas a las llegadas. La premisa fue, sin dudas, vender mucho y reforzarse poco. ¿El plan? Terminar su cancha. Pero cada decisión tiene sus riesgos.
Entre 2017 y 2019 se alejaron, por citar algunos casos, Juan Foyth, Santiago Ascacibar, Israel Damonte, Sebastián Dubarbier, Gastón Giménez, Juan Otero, Lucas Melano, Fabián Noguera, Gastón Campi, Fernando Zuqui y Lucas Rodríguez; jugadores que pueden gustar o no, pero que contaban con nivel de primera división y aseguraban futuro a mediano plazo.
Como agravante, a la comisión directiva les salieron mal casi todas las apuestas de los últimos dos años. Un posible top 5 de incorporaciones que terminaron en un chasco: Christian Alemán, Jacob Murillo, Andrés Escobar, Matías Laba y Marco Borgnino.
La venta de Ascacibar le dejó a Estudiantes 5,6 millones de dólares, mientras que la transferencia de Foyth (quien recién comenzaba su carrera) significó un ingreso récord para la institución: 9,5 millones de euros. Ambas operaciones se dieron a mediados de 2017 y esa fortuna no representó una jerarquización para el primer equipo. La CD, además de invertir en obras en el Country de City Bell y aumentar el presupuesto de las divisiones inferiores, destinó (según consta en el balance 2017/18) 9,1 millones de dólares a la construcción de su cancha.
Los números concuerdan con el discurso de su presidente, Juan Sebastián Verón. "La prioridad, hoy, es terminar el estadio. El club no está en condiciones de hacer dos inversiones fuertes al mismo tiempo y entonces esta situación repercute en lo deportivo", repite la Bruja cada vez que le consultan por la delicada actualidad futbolística. Hace exactamente dos años, Verón le decía a LA NACION: "Encaramos la parte más costosa de la obra, que tiene que ver con vestir al estadio […] Pienso que vamos a terminarlo en los plazos que dijimos: este año". La meta no se alcanzó y la constante postergación del regreso a casa hizo que el fútbol quedara cada vez más relegado.
El capitán Mariano Andújar ya manifestó en varias oportunidades: "La prioridad de Estudiantes es terminar la cancha y está bien. A nosotros nos queda tratar de ser competitivos con lo que tenemos". Rodrigo Braña, otro de los referentes, analizó hace un par de semanas: "Estamos con lo justo, porque prácticamente no tenemos jugadores de edades intermedias: estamos los viejitos y los pibes".
Al "Jorge Luis Hirschi", escenario histórico del Pincha, le resta la última etapa: colocación del campo de juego, instalación de los sanitarios, terminaciones en las cabinas de prensa, nivelación del playón de precalentamiento y otros detalles finales. Mientras tanto, Gabriel Milito –quien ya estuvo en el Pincha– aceptó la propuesta y será el sucesor del Chino Benítez. La mayor preocupación, por el momento, empieza a asomar por otro costado. El Pincha comenzará la Superliga 2019/20 con un promedio raquítico (por ahora 1,212) y la dirigencia deberá volver a nutrir de categoría a un plantel albirrojo que fue desmantelado.
Estudiantes se obsesionó con su estadio y descuidó el proyecto deportivo. Los ladrillos fueron más importantes. Si no cambia a tiempo, las preocupaciones futbolísticas pasarán a estar por encima de las estructurales.
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