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Preocupante: Independiente tampoco pudo con Villa San Carlos en Avellaneda
Los Rojos igualaron 0 a 0 y llegaron a los siete partidos sin victorias; de todos modos, siguen en el tercer lugar de ascenso
Hace rato que Independiente perdió la cuenta de con cuántos rivales se enfrenta fecha tras fecha. Tiene los que mira directo a los ojos, los que, más allá de las propuestas, tratan de hacerlo caer en el campo: ambiciosos o especuladores. Están, además, los invisibles, figuras fantasmagóricas que deambulan por su mente. Cobran diferentes formas y le desfiguran la cara: problemas financieros, asedio de la barra brava, entredichos con los dirigentes y, en las últimas horas, escándalos policiales. Juegan. Por más que se intente disimularlos, todos juegan en contra de la frenética búsqueda del ascenso. Los Rojos lo saben. Se dan cuenta frente al más poderoso, como Banfield, la fecha pasada, y también contra el más modesto, como Villa San Carlos , anoche, que abrió bien grande los ojos para no olvidarse nunca del estadio Libertadores de América.
El buen juego y la eficacia siguen sin aparecer por Independiente. A sus hinchas nada le importa, por ejemplo, que Sessa, en una noche casi perfecta, haya sido la figura, que se hayan creado casi una decena de situaciones de gol. La vuelta a primera exige triunfos. Y hace rato que no llegan por Avellaneda. Son siete partidos sin victorias, con tres derrotas y cuatro empates. Ya casi ni se acuerdan del 2-1 a Brown, de Adrogué, en el primer partido oficial de 2014. Aunque la dura B Nacional se empeña en tenderle una mano. Los que vienen atrás no consiguen enderezarse e Independiente, aún con sus problemas, se mantiene desde fines de 2013 en los puestos de ascenso.
Se quejan. Todos se quejan. Algunos aún lo hacen contra Cantero. Otros les apuntan a los jugadores, justo cuando Sessa, en el último minuto, le saca un tiro libre increíble a Insúa. En el rebote se lo pierde Pisano, de cabeza. Increíble. Los abucheos ya habían empezado. Se triplicaron en el final, cuando De Felippe caminaba y miraba la nada. El DT es el único que mantiene el crédito general, por más que los menos empiecen a dudar de algunas decisiones.
Fue un cambio abrupto en poco tiempo. Independiente tuvo que adaptarse a una situación totalmente distinta a la que le propuso Banfield, el sábado pasado, en el electrizante 3-3, en Peña y Arenales. Humilde y apremiado, Villa San Carlos hizo lo que pudo: correr, protegerse y, dentro de lo posible, animarse con algún contraataque. Nada más podía exigírsele. Lo suyo duró apenas cinco minutos, los primeros, en los pisó un par de veces el área. Nada más.
VARIANTES OFENSIVAS
Como en los últimos partidos, Mancuello, por la izquierda, se volvió una de las alternativas más interesantes de ataque. Todo, claro, por las discontinuas apariciones de Pisano, activo, pero impreciso, y de Montenegro. Parra, que reemplazó a Penco, lesionado, casi no entró en contacto con la pelota en la primera parte. Ante la falta de profundidad, los defensores se hicieron notar en el área de Villa San Carlos. Primero fue Tula, cuyo cabezazo fue bien resuelto por Sessa. Después, tras un buen enganche, Vallés, cuyo intento de zurda salió muy cerca.
Una sola cosa le dio tranquilidad al conjunto dirigido por De Felippe: Villa San Carlos casi no pateó al arco. Eso le dio una seguridad defensiva que no tuvo en otros tiempos. No debió descuidarse, claro, pero durante muchos momentos los platenses tuvieron a todos sus jugadores en el campo propio. Independiente trató de no desesperarse para encontrar algún hueco. El murmullo de la gente no pareció un buen indicador. Daba la sensación de que el gol de los Rojos llegaría en cualquier momento. Una y otra vez. La demora no contribuyó, pero los locales trataron de no aliarse con el nerviosismo ni con el clima EXTERNO.
La tendencia casi no se modificó. Mancuello siguió como el más criterioso. Parra casi convierte tras un centro del mediocampista. Y fue el mismo Mancuello quien estuvo cerca con un tiro libre pegado al travesaño y, más tarde, tras dos pases entre líneas de Pisano. También lo tuvo Tula. Ya no era una cuestión actitud. Parra, antes de irse fastidioso, también se lo perdió. Independiente mantuvo la paciencia, pero le falló el pulso en el último toque. La mala lo acorrala en varios aspectos. Pero, de ahora en más, tendrá que enfrentarse con un adversario a la vez.
PROBLEMAS DE TRASLADO: El partido se demoró 15 minutos -empezó a las 19.45- porque el plantel de Villa San Carlos tuvo inconvenientes con el ómnibus y llegó al estadio de Independiente en remises y autos particulares.
NUNCA GANÓ FUERA DE CASA: Villa San Carlos todavía no ganó como visitante en la B Nacional, con nueve derrotas y siete empates. El último triunfo en esa condición fue el 4 de mayo de 2013, cuando derrotó a Villa Dalmine por 2-0, por la primera B.
PENCO SEGUIRÁ AFUERA: Sebastián Penco, con una lesión en el cuádriceps izquierdo, tampoco jugará ante Sarmiento, en Junín. El DT de Independiente, Omar De Felippe, además seguirá la evolución del mediocampista Marcelo Vidal, que anoche terminó con un golpe frente a Villa San Carlos.
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