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"No voy a opinar de este partido, eh... No tengo ganas de hablar." El semblante desencajado de César Luis Menotti lo decía todo. ¡Qué tarde Central! Tarde de lamentos por el cada vez más amenazante descenso... Tarde de desatenciones, de ese controvertido juego de dar el paso adelante para forzar el offside... Tarde sin astucia. Porque la sensación es que los rosarinos le facilitaron inconscientemente la goleada a Arsenal, que se comportó como un anfitrión benévolo en el estadio de Lanús y cerró la fábrica de goles con el resultado 4 a 1 a su favor.
Central no aprende más la lección. Por cabezadura , dicen. Sigue aferrado a una disciplina de juego que lo hace caminar por la cornisa. Y lo hace sin equilibrio. Por eso no gana desde hace seis jornadas e invita a que hagan a cuestas de sus errores un festín de goles.
Arsenal tomó las riendas del partido desde el arranque. A los 13 minutos, Silvio González se aprovechó de los huecos de la defensa visitante y logró la ventaja con un remate de 25 metros.
Mientras Central recuperaba la memoria de cómo jugar al ras del piso y levantaba la mano pidiendo algunos fuera de juego inexistentes, Silvio González habilitó a los 39 minutos a Piersimone, que rompió la trampa del offside (lo hizo toda la tarde) y puso el 2 a 0.
Los 300 hinchas rosarinos que viajaron hasta Lanús comenzaron a hacerse oír. "... Sáquense la camiseta y dénsela a la hinchada que juega mejor" .
Para la segunda parte, Central pareció haber cargado ese combustible que lo llevó a ser un equipo sensación en las primeras jornadas del Apertura y a los 14 minutos consiguió el descuento con un tanto de Figueroa. Pero le duró poco. Arsenal guardó la reposera, dejó de tomar sol y volvió a sacar provecho de esa inagotable fuente de hacer goles que produce el jugar al offside sin eficiencia.
A los 19, Andrizzi arrancó en su propio campo, tiró un autopase, y definió de emboquillada ante el arquero. Para ese momento, el volante, gracias a la tibia defensa rosarina, parecía Maradona y puso dos pases magistrales para González y Piersimone, que derrocharon sus respectivos mano a mano. Las ocasiones eran infinitas y a los 28 Piersimone, después de eludir Mariano González y a Castellano, decretó el 4 a 1.
Central pudo sufrir más goles, pero Arsenal, cada vez más consolidado en primera, le hizo precio.
Arsenal se ha convertido en una grata revelación del campeonato. Con un juego prolijo, ordenado, el equipo de Sarandí sueña con permanecer en primera. "Este triunfo vale doble para nosotros, porque Rosario Central es un rival directo por el descenso. Los jugadores están haciendo muy bien las cosas y si seguimos en este nivel no tengo dudas de que mantendremos la categoría", comentó el entrenador Jorge Burruchaga.
En el vestuario visitante, los jugadores solamente atendieron a los medios periodísticos de Rosario y luego, cuando debían hablar con el resto de la prensa, se subieron de inmediato en el ómnibus. El DT Menotti se retiró en un auto particular, firmó un par de autógrafos, y le cerró la puerta en la cara a los periodistas.

