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Emmanuel Gigliotti vuelve al Monumental, un lugar en el que festejó más de lo que sufrió
La memoria y las miradas tienden a ser selectivas. Cada cual observa el mundo desde la perspectiva que más se asimila a sus gustos o conviene a sus intereses; y recuerda lo que mejor le sienta a su espíritu. Por estos días previos a la revancha por los cuartos de final de la Copa Libertadores entre Independiente y River, Emmanuel Gigliotti debe andar seleccionando entre sus recuerdos los mejores que pueda rescatar de sus visitas al estadio Monumental, porque colecciona unos cuantos y con sensaciones bien diferentes.
Para el público en general, el más reciente sea tal vez el único que permanece intacto. El 28 de noviembre de 2014, a los 15 segundos de comenzado el partido de vuelta por las semifinales de la Copa Sudamericana, Germán Delfino sancionó penal a favor de Boca, el equipo donde entonces militaba el Puma. La ida había terminado 0 a 0 y convertir un gol de visitante condicionaba toda la serie.
Entre discusiones y un láser que una y otra vez le apuntaba a los ojos, la ejecución de Gigliotti se demoró casi tres minutos. El final es conocido: el número 9 abrió el pie derecho y golpeó la pelota a media altura, sin demasiada potencia, a la izquierda del arquero. Marcelo Barovero le adivinó la punta y con el brazo zurdo desvió el remate. Después Pisculichi marcaría el tanto del triunfo millonario y el River de Gallardo comenzaría su cadena de títulos.
Injusta como es a veces, la memoria olvida que en el minuto 75 y a la salida de un córner, el Puma recibió un pase bombeado a espaldas de la defensa y sacudió la red local. Delfino anuló el tanto por un fuera de juego que nadie protestó, ni siquiera el goleador, pero que la televisión comprobó que no existía. Tampoco el VAR se había inventado allá por 2014.
"Estoy contento de jugar en cancha de River con Independiente, pero no tiene ningún tipo de connotación diferente", afirmó Gigliotti hace algunas semanas, cuando el cruce entre ambos quedó sellado. Fue su única expresión al respecto. Después no quiso hablar más del tema e incluso se llamó a silencio absoluto en los últimos días.
Lo cierto es que la historia del Puma en el Antonio Vespucio Liberti dista mucho de ser negativa. Lo visitó cinco veces con cuatro camisetas distintas y marcó en todas, más allá de que el árbitro no diera validez a la última.
El detalle del paso por el Monumental del 9 Rojo indica que vivió su primera experiencia el 15 de noviembre de 2009, durante su etapa en Atlético Tucumán. A los 2 minutos, Gigliotti aguantó con el cuerpo a Lucas Orbán y con un cabezazo corto abrió el marcador. Después River terminaría ganando 3-1, con la particularidad de que el empate fue obra de Marcelo Gallardo.
Gigliotti regresó a Núñez el 8 de mayo de 2011, jugando para All Boys. A los 36 minutos, en una contra llevada por Mauro Matos y tras un leve agarrón para desacomodar al peruano Ballón, el jugador con la camiseta 32 cruzó el remate desde el balcón del área para poner el 1-0. Los albos acabarían ganando 2-0, un resultado que de algún modo fue el inicio del tobogán final que llevaría a River al descenso a la B Nacional.
Un año y medio más tarde, el 10 de marzo de 2013, el Puma volvió a pisar el Monumental, esa vez con la camiseta de Colón. Los sabaleros ya perdían 2-0 cuando a los 75 minutos se anticipó a Bottinelli para recoger un rebote largo de Barovero y establecer el descuento definitivo.
El 6 de octubre de ese mismo año, vistiendo de azul y amarillo, mantuvo la racha. Iban 22 minutos de Superclásico, llegó un centro bajo del Burrito Martínez desde la derecha, Gigliotti se lanzó al suelo, le ganó a Maidana y estableció el 1-0 del triunfo de Boca.
La siguiente ocasión fue la ya referida por la Sudamericana, un partido que le cambiaría la vida. "Si lo miro a la distancia, tener que irme a China tuvo su lado positivo. De no haber fallado aquel penal quizás no me habría movido de acá y hoy no sería tan feliz como lo soy en Independiente", analizaba a principios de este año.
Hoy, con 20 tantos convertidos en 60 encuentros jugados con el Rojo desde su regreso al fútbol argentino a principios de 2017, Emmanuel Gigliotti se ha ganado el cariño del hincha (es uno de los más ovacionados del plantel), parece haber convencido a Ariel Holan de que debe ser el centrodelantero del equipo en las paradas bravas y lidera con 5 goles la tabla de artilleros de la Superliga.
El martes vuelve al Monumental tras cuatro años de ausencia y otra vez con una camiseta diferente a las anteriores. Algunos podrían verlo como una oportunidad para tomarse revancha. El Puma, posiblemente, solo piense en mantener su vieja costumbre.
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