Elecciones en Boca: la intimidad del triunfo de Ameal, Pergolini y Riquelme

Jorge Amor Ameal y Mario Pergolini caminan abrazados junto a las vías del ferrocarril. A la derecha de ambos queda el esqueleto de la carpa donde la mayoría de los 38.352 socios de Boca los eligieron como flamante presidente y vice del club de la Ribera. A su izquierda está la Bombonera.

Es la una de la mañana del lunes 9 de diciembre, y aunque en ese momento todavía falta que se escrute la mitad de las 143 mesas, en el conteo más lento de la historia, ellos llevan siete horas de un triunfo garantizado, que también reconocieron por lo bajo desde temprano tanto del lado de la lista oficialista compuesta por Christian Gribaudo y Juan Carlos Crespi como del equipo de campaña de José Beraldi. Con el correr de las horas, la única incógnita estuvo en conocer la ventaja final.

Se dio un hecho curioso. Y fue la cautela con la cual se celebró. Hubo aplausos, claro, cada vez que una mesa quedaba en manos de Ameal y Pergolini. Pero poca efusividad. Incluso, cuando el conductor y empresario radial inició un pogo al ritmo del histórico "Dale Boooo y dale Boooo" o aquel hit que culmina con "las buenas ya van a venir", todo duró poco más de un minuto. Como si tuvieran que pedir permiso para celebrar.

Todo tiene un porqué. Fuera del salón Filiberto, donde los socios y los medios aguardaban la información de cada mesa, buena parte de la barra brava de Boca, con Rafael Di Zeo y Mauro Martin a la cabeza, intimidaba con su presencia y sus miradas. Y así como durante la jornada les habían garantizado a los tres candidatos que, ganara quien ganara, no habría incidentes. Y poco después caminaran por toda la carpa de los comicios, acusando de traidores a aquellos que votasen en contra del oficialismo, por la noche controlaron a distancia que nadie se salga de libreto. Si hasta cuando dos seguidores de Ameal amagaron con el ya clásico "Angelici botón", inmediatamente fue silenciado por sus propios amigos. Y fue Pergolini el que convenció a Ameal de que sus seguidores más efusivos permanezcan en el búnker y no se acercaran al estadio, para evitar cualquier chispazo. Los barras cantaron y permanecieron en el pasillo que conecta el vestuario local con el hall central de la Bombonera hasta las 0.30. Entonces, emprendieron la retirada.

¿Cómo y dónde se definió la elección? El voto de los socios del interior fue un fuerte impacto para la fórmula Gribaudo-Crespi. La ajustada derrota oficialista allí no estaba en los planes de nadie. Y como si eso fuera poco, la gran sorpresa fue en las mesas de las mujeres, donde el candidato de la Agrupación Juntos por el Cambio sacó el doble de votos que el candidato de Angelici (cerca de 2200 a 1100).

Poco antes de las dos de la mañana, Gribaudo se acercó al salón Filiberto y saludó a Ameal. Lejos de hacer las paces, el presidente electo le recriminó: "Hay que ser serios", a lo que Gribaudo le contestó que felicitaba al que él pensaba que ganó y le recomendó que festeje con los suyos en lugar de enojarse con los que no lo votaron. A lo que Ameal le esgrimió: "Vos estás equivocado. Ustedes no representan a los que no nos votaron".

Jorge Amor Ameal y Mario Pergolini caminan abrazados junto a las vías del ferrocarril. Poco antes, saltaron y cantaron. Asumirán como presidente y vice de Boca el viernes 13 o el lunes 16. Pero la sensación es que aún no tomaron la real magnitud de lo sucedido. Porque ellos, junto a Juan Román Riquelme, no solo ganaron una elección, sino que interrumpieron una era de 24 años liderada por Mauricio Macri, o por sus delfines. Los vientos de cambio también llegaron a Brandsen 805.

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