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Tres horas antes de la última imagen pública de Diego Maradona, frágil como una pluma, sin voz y caminando por la cornisa, Fernando Signorini daba una charla en el marco de la última jornada del Congreso de Periodismo Deportivo, de la Universidad Nacional de La Plata. El panel resultaba una irresistible invitación: Los 60 del 10. “A Diego habría que festejarle los días en vez de los cumpleaños. Lo que le pasa a una persona en un año, a él le pasa en cuestión de horas”, reflexionaba el preparador físico que solía ser el sostén de más de una resurrección, siempre al trote, contra el viento.
El especialista daba una cátedra parecida a una premonición. “Él no tendría que estar dirigiendo, no está para cumplir con las exigencias que demanda dirigir a un equipo profesional. Sí podría tener otro rol dentro del fútbol, pero sin tanto desgaste y tantas presiones”, explicaba. Era el 30 de octubre de 2020. Diego cumplía 60 años de una vida fascinante y explosiva. Atormentado por los excesos, aletargado en pastillas, utilizado políticamente, iba a salir a la cancha por última vez. Nadie lo sabía.
Conflictos familiares, desatinos médicos, rencillas previas. El cóctel fue la antesala de su última vez frente a los ojos del mundo. El Diego que le ganaba a los molinos del viento con una gambeta, fue un espejismo, con los ojos vendados en el Bosque.
#LPFxTNTsports | ¡Tremendo recibimiento! Así saludaban a Diego Maradona por su cumpleaños 60 en la previa del encuentro entre Gimnasia y Patronato por la #CopaLigaProfesional. ¡Feliz cumple, D10S! 🙌🏽😍🥳
— TNT Sports Argentina (@TNTSportsAR) October 30, 2020
Gimnasia 🆚 Patronato pic.twitter.com/jW5afA4w1b
Tiempo después, cuando ya era un recuerdo imposible, surgieron hipótesis y certezas del fatídico 30, la reconstrucción del día del cumpleaños definitivo. Algunos medios publicaron los audios de conversaciones de los especialistas que debieron cuidarlo. Este relato es -aún hoy- estremecedor.
El día fatídico
Se trata de una charla entre el neurocirujano Leopoldo Luque y el kinesiólogo Nicolás Taffarel, en la que debaten acerca del estado de salud de la gloria mundial y dudan de la conveniencia del homenaje público.
Leopoldo Luque: “Decime que, aunque sea, puede hablar, boludo... ¿Puede hablar o no?”.
Taffarel: “¿Sabés cómo se fue [de la casa]? No podía ni caminar, un papelón. Sabes que la cagada se la manda Matías, Leo. En confianza… Lo fue a despertar a las 9 de la mañana, él con Víctor entraron a la pieza y lo quisieron despertar porque era el cumpleaños y se la re mandaron”.
L: “Qué boludos que son, cómo le van a alterar el sueño así”.
T: “Una bronca… la cara desencajada, perdido. Para colmo, fue Gianinna y otra vez lo vio mal, la mina se largó a llorar, un desastre. Matías vino, lo puso de putas a las 9 de la mañana… ‘¿por qué lo despertás?’ Es un pelotudo”.
L: “¿Y él quería ir? No lo tienen que llevar así, boludo”,
T: ¿Sabés qué pasa? Matías dijo ‘che, ¿está para llevarlo? El chabón no está bien...’”.
L: “Yo lo cancelo y le digo no va, punto. Pero bueno, hoy es el cumpleaños, puede ir averiado, puede ir como quiera, es el cumpleaños, que haga lo que se le cante el orto”.
T: “Va a ser un papelón, si te dice dos palabras coherentes, olvidate… es la gloria”.
#LPFxTNTsports | Marcelo Tinelli (@cuervotinelli), Claudio Tapia (@tapiachiqui) y Gabriel Pellegrino nos comentaron sus sensaciones por la vuelta del fútbol en la previa al partido entre el Lobo y el Patrón.
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Gimnasia 🆚 Patronato pic.twitter.com/OeMiJMoI1W
La historia clínica, cuatro semanas más tarde, arrojó cinco conclusiones devastadoras en su cuerpo: cirrosis hepática, necrosis tubular aguda, cardiopatía isquémica, un severo cuadro coronario y una insuficiencia pulmonar crónica.
“El día de su cumpleaños Diego estaba bastante triste porque quería juntar a todos sus hijos. Lo había intentado en una comida, pero no salió como esperaba. A él los cumpleaños lo ponían mal. Todos los cumpleaños los preparativos había que hacerlos a escondidas. En ese cumpleaños en particular estaba muy triste. Fui a la habitación y le dije ‘mirá que no hace falta que vayas [a la cancha de Gimnasia por el comienzo del torneo oficial]’. El día del cumpleaños, cuando le dije esto, me dijo que no, porque tenía que hablar con [Marcelo] Tinelli y pidió que la camioneta lo esperara. ‘Entro, hago eso y me voy’, dijo.”, declaró Christian Maximiliano Pomargo, su asistente personal, ayer, al declarar como testigo en la causa donde se investigan las causas que rodearon el fallecimiento del excapitán del seleccionado nacional de fútbol.
Paso lento
A paso lento, recorre el túnel y sale a las 18.53 en la inmensidad del vacío del Bosque. Sujetado por dos guardianes, con la salud frágil, cruza la cancha respaldado en el mito, en la envergadura del futbolista que emocionó hasta las lágrimas a varias generaciones de argentinos. Diego Maradona es una estatua con pies de barro y rodillas maltrechas. Mientras, vuelan fuegos artificiales y desde los parlantes suena la melodía más maravillosa: “Ole, ole, Diego, Diego,”, primero; “Maradó, Maradó”, un rato después. La pandemia destroza todo a su paso: la fiesta en el día del cumpleaños del fútbol y el primer capítulo de la Copa Liga Profesional, es en silencio.
Con un barbijo a medio vestir, rompe todos los protocolos cuando se encuentra en un abrazo con Marcelo Tinelli, el presidente de la Liga Profesional, que le regala una plaqueta que encabeza la frase “Felices 60 años”. Hay una torta enorme con el 10, el número que inmortalizó en el mundo, con los colores de Gimnasia, que cobija a Pelusa como entrenador. Chiqui Tapia, el presidente de la AFA, también quiebra el protocolo: hablan al oído, se tocan las manos. Son tiempos, hay que recordarlo, de cuarentena (casi) estricta. Y le obsequia otra plaqueta. El Lobo completa el extraño día de felicidad: le gana por 3 a 0 a Patronato en el nuevo torneo, por la Zona 6 que comparten con Vélez y Gimnasia.
Sobre la platea, cientos de hinchas desde las pantallas virtuales cantan desde sus casas. Cantan por Diego. “Recibimos a él, al más grande de todos los tiempos, el pueblo tripero te saluda… ¡Feliz cumpleaños!”, afirma una efusiva locutora. Diego logra el imposible: lo aplauden hasta los suplentes y auxiliares de Patronato que, un rato antes, se cambian debajo de la platea, una de las situaciones de la nueva, vieja normalidad.
“Feliz cumple Diego. La 22 te saluda”, es una de las banderas en el vacío existencial. Se sienta en el sillón y espera. Horas después de darle negativo el estudio de coronavirus, Diego intenta decirle algo a Tinelli, a Tapia, a Gabriel Pellegrino, el presidente de Gimnasia. Antes de que empiece el encuentro, se retira, vuelve a su casa. Todo un misterio.
A Gimnasia lo dirigen el Gallego Méndez y Adrián González. Diego espía al Lobo y cuida sus pulsaciones desde el otro lado del mostrador. Los 60 lo encuentran sobre el césped, como más le agrada, pero no puede cruzar ciertos límites. “Estaba pactado de esa manera”, informan desde el club.
“Estamos muy contentos, estar aquí con el presidente de la AFA y en el cumpleaños del más grande del fútbol argentino... Estar con él es lo mejor que podíamos hacer”, describe Tinelli. “Es un día especial, no solo por el cumpleaños de Diego, sino por el comienzo de la Liga Profesional. Lo que nos dio con la camiseta de la selección es único”, suma Tapia.
Un rato antes, unos 500 fanáticos de Gimnasia se reunieron en las cercanías del country en donde vive Diego para celebrar su aniversario, envueltos en banderas del Lobo. Pelusa ni los escucha.
Apenas el reloj europeo había marcado la medianoche italiana, el inicio del 30 de octubre, apareció en las redes sociales el saludo del club en donde fue verdaderamente feliz. “¡Feliz cumpleaños, Diego!”, lo celebraron desde Nápoles. La primera entre miles de felicitaciones cariñosas del mundo. A través de alguno de sus acompañantes, Diego compartió en su cuenta de Instagram un video en el que lo saludan diversas personalidades. “Arranco mis 60 años con estos maravillosos mensajes que me da la vida. Gracias por tanto cariño, gracias por su amistad. Este es el mejor regalo de cumpleaños que ustedes me podrían haber hecho. Y gracias, también, a todo mi equipo por prepararme esta gran sorpresa”, escribieron en nombre del más grande. Cuando ya era de noche, Gimnasia le obsequia el último regalo. Un triunfo.
La operación
Días después, fue internado para hacerle un chequeo de rutina. Sin embargo, al día siguiente fue operado.
Había sido internado en Ipensa, una pequeña clínica de La Plata. “Tuvo una semana complicada desde lo emocional y eso generó un bajón anímico. Lo vi desganado y le dije que había algunos aspectos que podíamos mejorar en la clínica. No hace falta que pase algo grave. La idea es dejarlo en la clínica hasta optimizarlo. Diego está bien; si quiere, se para y se va”, había expresado Luque, su médico personal.
Todo cambió cerca de las 15.30 del 4 de noviembre, cuando se supo que presentaba un hematoma subdural en la cabeza (acumulación de sangre entre el cerebro y su cubierta externa) y debía ser operado cuanto antes. En un impresionante operativo –había fanáticos, cronistas, curiosos, banderas -, fue trasladado a la Clínica Olivos, en Avenida Maipú al 1600.
Se pareció a una película, a una ficción. A las 19.10, a toda velocidad por la autopista, la ambulancia de Swiss Medical que trasladó a Diego llegó a Zona Norte. Dalma y Giannina, las hijas de Maradona, estuvieron a su lado en casi todo momento y, según se supo, pidieron la tutela y el acceso exclusivo a la historia clínica. Jana y Diego Junior, sus otros hijos reconocidos, adhirieron: se solicitó que solamente puedan ingresar al hospital los familiares directos de su padre. Apuntaban, entonces, al entorno de Diego, en el que se encontraban Matías Morla, Verónica Ojeda y Rocío Oliva.
Afuera, un grupo de hinchas cantaba, arropados en banderas y críticas a Morla, el abogado, con el que Diego habría tenido una fuerte discusión horas antes de su internación. También, horas antes de los 60.
Las redes sociales, a veces, ofrecen señales. “Me duele ver a Diego así, como estaba hoy. Lo tienen dopado, no hay razón de ser para que alguien de 60 años, lúcido y fuerte como él este así, caminando del brazo de alguien, ido, casi sin poder hablar”, escribió un tal Diego. En otro posteo, agregó: “Ojalá @gianmaradona y la gente que lo aman de verdad puedan sacarlo de este nuevo infierno”. Gianinna le contestó, casi inmediatamente: “Me parte el alma”.
La noche de ese mismo viernes, hubo más repercusiones. “El único deseo que tengo es que esté bien, hoy no lo vi tan bien. No vi al Diego que yo conozco y me da tristeza… Mirá lo que voy a decir, pero prefiero al Diego del año pasado. Que se arme un quilombo en el cumpleaños y ver a ese Diego que baila, que canta, que tiene color en la cara y que está más gordito. Yo prefiero a ese Diego toda la vida”, contaba Rocío Oliva, en el programa Polémica en el Bar. El cumpleaños anterior había sido un alboroto descomunal.
En abril de este año, en declaraciones al portal platense Cielo Sports, Gabriel Pellegrino, el presidente de Gimnasia, decía (demasiado tarde...): “En el último tiempo no quería que siga dirigiendo por cómo lo veía. La mayoría de los dirigentes creían que sí. Yo no lo veía como en los primeros meses que fueron hermosos, y él estaba alegre, se reía y se dejaba retar porque no llegaba a horario. A mediados de 2020 terminó renovando porque la mayoría quería que siguiera”.
Lo mejor de la vida de Diego era sobre el césped; la zurda y la pelota. Pero el cuerpo no le respondía. No lo ayudaban, no se dejaba ayudar. Estuvo a un paso de dejar Gimnasia en junio; sin embargo, renovó su contrato hasta fines de 2021.
Diego murió el 25 de noviembre. Un día después, el torneo impregnó su nombre: Copa Diego Maradona, certamen que logró Boca. Ahora, al cumplirse el 61° año del nacimiento, la Liga Profesional de Fútbol hará un homenaje en todos los estadios por la 19ª fecha.
“Al ser el primer año con su ausencia física, habiéndose habilitado la presencia del público en los estadios y dada la importancia de su figura excepcional para nuestro fútbol argentino, la LPF diagramó el siguiente esquema de homenaje:
A los 10 minutos de iniciado el encuentro, el árbitro que esté dirigiendo el encuentro detendrá las acciones y dará comienzo a un minuto de aplausos/ovación, de modo de celebrar el nacimiento de Maradona.
Mientras dure ese minuto de homenaje, en los estadios que tengan pantallas gigantes se exhibirá una imagen icónica de Diego Armando Maradona.
Desde los altavoces de los estadios, durante ese minuto se oirán las estrofas del tema de Rodrigo Bueno dedicado a Maradona
Además, mañana se estrena Maradona, sueño bendito, una serie de Amazon. Argentinos, el seleccionado, hasta los Cebollitas harán agasajos. El corazón de Maradona dejó de latir ese mismo 30 de octubre. Apagó su luz, se lo mostró en vivo y directo al mundo entero. Y nadie lo quiso ver.
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