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El reparto de los 1110 millones de pesos entre los clubes de la Superliga y la próxima apuesta por los videojuegos
Los clubes de la Superliga ya saben cuánto dinero cobrarán en el primer semestre del año. River y Boca , los dos clubes que más reciben de la TV, recibirán más de $60 millones cada uno. Racing, Independiente, San Lorenzo y Vélez percibirán $48 millones. El resto de los equipos, $36 millones cada uno. El prorrateo del contrato de los derechos televisivos, sumado a la distribución en partes iguales de los ingresos por auspiciantes, posibilita que las tesorerías de cada institución puedan armar un presupuesto aproximado para la segunda parte de la temporada. Era una de las prioridades que tenía la nueva estructura de la primera división: crear previsibilidad económica.
Los números muestran un aumento en la facturación, en línea con la inflación acumulada entre 2016 y 2017 y, además, exhiben una redistribución de los ingresos. En 2018, Boca y River (los que más cobran según el mecanismo de reparto vigente) tendrán ingresos 53,52% superiores a los de 2016, el último año del Fútbol Para Todos. Independiente, Racing, San Lorenzo y Vélez (los clubes del segundo escalafón) verán un incremento del 55,99% en las cifras. Los restantes 22 clubes de primera, que reciben la menor porción del dinero proveniente de la TV, tendrán una suba del 59,56% en sus ingresos. Todo esto, una vez aplicados los descuentos del 25%: 7% por el decreto 1212 y el 18% que queda en la AFA para las categorías de ascenso.
La mejora en los ingresos se explica por los $88 millones anuales provenientes de los nuevos sponsors (Quilmes, Banco Comafi, Adidas), a los que se agregaría en los próximos días una bebida isotónica. Con este cuarto contrato, al que solo le falta la rúbrica definitiva, Superliga recibirá de sus socios comerciales cerca de $100 millones cada doce meses. “El fútbol argentino no tenía dinero generado por sponsoreo”, dice Mariano Elizondo , presidente de la Superliga. El máximo ejecutivo de la nueva primera división agrega: “Hoy tenés empresas que apuestan y acompañan al fútbol argentino. La Superliga lleva cuatro meses de vida, pero pudo firmar contratos de auspicio a largo plazo”. Un detalle: todos los convenios que acordó la liga se actualizan año a año según el índice de inflación elaborado por el Indec.
A las cifras anteriores hay que agregarles los US$ 6 millones anuales de los derechos internacionales, un contrato que paga la productora Torneos y que rige hasta el 31 de diciembre de 2019. Hasta el 31 de diciembre del año pasado, el dinero de ese convenio fue a la AFA: el convenio de coordinación entre la AFA y la Superliga establece que a partir de este año, el ingreso será exclusivo de la primera división. En las modernas oficinas de Puerto Madero en la que funciona la liga están convencidos de que la exportación de los partidos puede rendir aún más. “El número está entre 15 y 20 millones de dólares”, asegura un informante que conoce el mercado. Y agrega: “El problema es que hay que dotar al fútbol argentino de herramientas (seguridad, infraestructura) para que pueda competir con las principales ligas europeas en las grillas de los canales. Y eso lleva tiempo”, añade la fuente. Por lo pronto, en la Superliga planean adoptar un sistema parecido al de la Conmebol: vender los derechos regionalizados. Es decir, subastarlos por mercados. Sudamérica por un lado, Estados Unidos y México por otro, Asia y Europa. Pero para eso, saben, deberán negociar con Torneos. Fox y Turner ya hicieron pública su intención de pujar por los derechos internacionales cuando se presentaron a la licitación del fútbol argentino a comienzos del año pasado, que finalmente ganaron. En los últimos días de 2017, los representantes de ambas compañías le hicieron saber a la Superliga y a Torneos que ese interés persiste.
La captación de auspiciantes no se limita a los tres contratos ya firmados y al cuarto que está por rubricarse. La intención de la Superliga es sellar al menos otros dos acuerdos antes del final de la temporada, que este año será más corta por el Mundial. Entre los rubros a explorar figuran el de los seguros (puede ser uno médico, o bien general), un operador de telefonía celular, una petrolera y una automotriz. En este último caso, más que aparecer la marca, lo haría su plan de ahorro. Las conversaciones ya arrancaron y tienen la aprobación de los clubes. Saben que si la Superliga factura más, eso redundará en una mejora de sus propios ingresos.
El estatuto de la Superliga establece un nuevo mecanismo de reparto del dinero a partir de la próxima temporada, que arrancará una vez terminado el Mundial de Rusia. El 50% de los ingresos se distribuirán en partes iguales; el 25% por mérito deportivo y el restante 25% por una serie de variables (entre los que podrían incluirse parámetros económicos, cantidad de socios e infraestructura) que estudiará un grupo de trabajo formado a fines de 2017. Se espera que las conclusiones estén listas en los próximos meses, para que cada uno de los clubes sepa con antelación cuánto dinero recibirá en el segundo semestre del año y pueda armar su presupuesto con previsibilidad económica. Después de todo, esa era una de las premisas con las que nació el nuevo orden de la primera división del fútbol argentino.
Sponsors para todos
En una de las últimas reuniones de 2017, la Superliga decidió que el dinero de los auspiciantes se repartirán en partes iguales. Como el número de clubes disminuirá en los próximos años hasta llegar a 22 equipos, los que se mantengan en primera división cobrarán cada vez más.
Sin definición por el 25% de los ingresos que falta
El grupo de trabajo creado a fines de 2017 debe definir cómo se distribuirá el 25% de los ingresos del contrato de TV. Originalmente se iba a usar alguna medición de rating y se repartiría en función del “share de TV”, aunque luego se descartó.
Nuevos negocios: de e-sports a los equipos de fantasía
La Superliga también piensa a futuro, allí donde los deportes electrónicos (e-sports) tienen un lugar asegurado. Las proyecciones estiman que los videojuegos profesionales facturarán cerca de US$ 1500 millones a nivel mundial para 2020. Para entonces, la Superliga tendrá su propia competencia oficial. La idea, en realidad, es estrenar el formato a partir del próximo torneo, que comenzará en agosto de este año: ya recibieron cuatro propuestas concretas para hacer una e-league de FIFA, el popular juego de EA Sports que tiene más licencias oficiales que su competidor, Pro Evolution Soccer (de Konami). El plan es que los partidos de la e-league entre los representantes de los diferentes equipos se jueguen en simultáneo con los partidos oficiales. Lo más probable es que se elija una sede para todo el torneo, y que durante el fin de semana hospede a los partidos virtuales. Cada equipo podrá elegir a sus representantes para la competencia.
Habrá más novedades. La idea de la Superliga es parecerse a los principales torneos europeos, que tienen sus propias competencias de “fútbol-fantasy”: un juego virtual en el que los participantes seleccionan a los futbolistas de sus equipos antes de que empiece la fecha, y dentro de un presupuesto acotado. Hay puntos por goles, por figura, por penal convertido, por penal atajado, y otras incidencias más. Gana la fecha quien hace más puntos. El de la Premier League, por ejemplo, tiene millones de jugadores alrededor del mundo.
La tecnología promete ser una de las principales aliadas de la Superliga durante los próximos años. Además de abrirle infinitas posibilidades para comercializar sus productos (internet, redes sociales y hasta realidad aumentada), también la ayudará en lo deportivo. El presidente de la Superliga, Mariano Elizondo, ya visitó a dos compañías interesadas en proveer el servicio de VAR (“video assistance referee”, en inglés).
El sistema se implementó en forma experimental en los partidos decisivos de las Copas Libertadores y Sudamericana del año pasado. Pese a que su desarrollo aún está en fase embrionaria, nadie descarta que a partir de la próxima temporada los árbitros de la Superliga cuenten con la asistencia de un grupo de árbitros de video. Al igual que en la Conmebol, sólo será para jugadas puntuales y en ocasiones de errores manifiestos.
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