El partido 100 de Messi en la selección, bajo la lupa: cuando el capitán no extendió las alas

VIÑA DEL MAR, Chile (De un enviado especial).- Fue un tema personal. Sólo con él. Lionel Messi seguramente no guardó el recuerdo que más le habría gustado de su partido N° 100 con el seleccionado mayor. Así es su carácter. Quien lo conoce bien sabe que en un día tan especial le habría encantado ser más influyente en la victoria ante Jamaica por 1-0. No es que el capitán haya jugado mal, sino que le faltó aquel valor agregado que acá y allá lo distingue sin discusión como el N° 1. Fueron un par de toques con su sello. Se vieron tres o cuatro corridas fieles a su estilo. Estuvo activo, pero el fastidio creció a la par de la muralla amarilla a su alrededor. Los caribeños le bloquearon todos los caminos que pudieron y como pudieron. Eso sí: fueron leales, sin golpes ni malas artes. Sólo que la mira de la Pulga no estuvo del todo bien calibrada en el partido de la efemérides.

Lo mejor de Lío se vio en la primera parte, al compás del resto del equipo, que tuvo muchas situaciones de gol, aunque no tanta puntería. Messi, movedizo, aportó buenas asistencias y se entendió bien con Javier Pastore. No tuvo el desequilibrio individual acostumbrado y le taparon varios remates de media distancia. Algo por cansancio y otro poco por impotencia, no tomó las mejores decisiones en los alrededores del área.

"El primer tiempo fue mucho más rápido y tuvimos varias situaciones de peligro. No pudimos concretarlas, pero lo importante fue que se crearon. Jugamos un gran primer tiempo", diría más tarde Messi, ya en la zona mixta.

Durante el resto del juego estuvo algo más desconectado. En realidad, pocas veces estuvo encendido el circuito colectivo del seleccionado dirigido por Martino. Fue cuando Messi se recostó sobre la derecha y trató de adivinar por dónde llegaría la oportunidad. Todavía estará lamentándose por aquella emboquillada a la que el arquero Dwayne Miller llegó con lo justo, después de un desajuste casi amateur de la defensa de Jamaica. No era la noche. Ni así.

Es un torneo muy parejo y puede complicarse contra cualquier adversario. Ya quedó demostrado que nadie regala nada

"Me habría gustado hacer un gol, pero es el mismo deseo que tengo en todos los partidos. Ahora hay que pensar en los cuartos de final. Es un torneo muy parejo y puede complicarse contra cualquier adversario. Ya quedó demostrado que nadie regala nada", manifestó la Pulga, que debutó en el seleccionado mayor de la mano de José Pekerman, el 17 de agosto de 2005, en un partido contra Hungría, en Budapest, en el que apenas jugó 1m32s porque fue expulsado ni bien entró por Lisandro López. Y cuánto pasó desde entonces.

Otra vez recibió la devoción del público y de los adversarios. El N° 6 de Jamaica, Deshorn Brown, lo corrió ni bien terminó el partido y le pidió una selfie. Siete u ocho futbolistas jamaiquinos más lo esperaron en los vestuarios por más fotos. Varios quisieron llevarse su camiseta, pero, al parecer, se la prometió al otro N° 10, Joel Mcanuf. Messi tenía todo preparado para un festejo en su partido N° 100, jugado con unos botines celestes y blancos alusivos a la marca alcanzada. Quedará para el 101 o el 102 o el... Porque queda la inequívoca sensación de que lo mejor esta por venir. Al menos, eso desea Messi cada vez que sueña con los ojos abiertos. No pide un gol, una gambeta o una genialidad. Sólo ruega por un título tan esquivo como sus propios firuletes.

jp.

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