Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.
El llanto de Nicolás Otamendi al recordar sus comienzos, y cómo ve a Cuti Romero y Lisandro Martínez en la selección argentina
El defensor se refirió a momentos claves en el camino al título y en los inicios de su carrera
- 5 minutos de lectura'
En la serie denominada “Campeones, un año después”, el especial de Star+ relacionado con la consagración del seleccionado argentino en el Mundial de Qatar 2022, Nicolás Otamendi se refirió a momentos claves en el camino hacia el título en lo personal y en lo profesional.
De 35 años, el defensor compartió la zaga central con dos jugadores que son 10 años menores, Cristian “Cuti” Romero y Lisandro Martínez. Otamendi era la voz de la experiencia y uno de los pilares del grupo. “Nosotros les remarcamos siempre que ellos están viviendo un momento único. Que la selección por distintos motivos nunca había podido disfrutar de un momento lindo, que era levantar un trofeo y que tienen que aprovechar porque hoy es todo color de rosa. Los jugadores jóvenes son más maduros, van para adelante, hay un grupo muy bueno y eso ayuda muchísimo”, señaló en la entrevista.
Y puntualizó sobre Romero y Martínez: “Son jugadores muy temperamentales. El Cuti es un jugadorazo, tiene todo para estar muchos años en la Selección, lo mismo que Licha. Tienen ganas de estar. Están viviendo un momento extraordinario en sus clubes y no hace falta hablarles tanto, aunque el Cuti a veces agarra la lanza y se pone a jugar de nueve. Tiene esas cosas que tal vez lo tenés que calmar un poco. O es tan agresivo en la marca que un poco se le vuela la cabeza y lo mismo el Licha”.
Otro de los pilares de la conquista fue Emiliano Martínez, el arquero, que tuvo intervenciones determinantes a lo largo de la Copa del Mundo, especialmente cerca del final del partido ante Francia que se definió con el título para la Argentina en los penales. Sobre el Dibu, destacó Otamendi: “Es un arquero que sabés que va a estar. Es importante para un defensa saber que tenés esa clase, esa jerarquía de un arquero temperamental. Es un arquero que se impone y quedó a la vista que es importantísimo para la selección, y eso se disfruta”.
Más allá de su rol en los penales contra Países Bajos y Francia, la atajada más recordada de Dibu Martínez fue el mano a mano ante Kolo Muani, en el último minuto el suplementario. Lo recuerda Nico: “Esa fue durísima, porque a mí me agarró en un despeje y nunca pensé que la iban a controlar y meterla otra vez a la olla. Volví tranquilo y ya cuando vi que la pelota se iba abriendo, entonces me di cuenta de que no llegaba y no llegué, pero intenté despejarla con la punta. Después, el pie izquierdo de la bestia nos salvó y creo que se nos paralizó el corazón. Después me cayó la pelota a mi e hicimos el contraataque que le quedó a Lautaro. Son segundos que en una final no te podés dormir, porque te pasan factura”.
Y en medio de los lindos recuerdos por levantar la copa, en el especial hace una mención a lo que representó la ayuda de su familia en su carrera. Llega a las lágrimas al repasar sus inicios, se quiebra. “No teníamos dinero. Sabía que mi madre me daba lo poco que tenía para que pudiera viajar, que le costaba y que ella no se alimentaba bien. Que yo comiera después del entrenamiento con esos dos pesos que llevaba. Ella trabajaba en Capital, limpiaba casas. Sabía el esfuerzo que hacía. Lo recuerdo hasta hoy. También conté con la ayuda económica de mis hermanos y de mi viejo. Siento que les debo todo eso. Mi deseo era darles este trofeo”.
“Cuando estaba en infantiles era salir de casa a las 7 y media para el colegio, cuando volvía mi vieja me esperaba con una vianda, me iba y volvía a las 9 de la noche. Así todos los días. Era un sacrificio enorme. Mío, pero también de mi familia que tenía que bancarme. Mi vieja me acompañó hasta los 12 o 13 años y después dejó de acompañarme por un tema de viáticos, no daba el presupuesto. En ese momento viajaba de guardapolvo, porque así pagaba (el boleto) 10 centavos”, agregó, con algunas risas por la picardía.
El defensor de Benfica también contó que uno de los primeros en llamarlo para felicitarlo por la consagración en Qatar fue Pep Guardiola, el DT de Manchester City, al que tuvo como entrenador hasta septiembre de 2020, cuando pasó al fútbol portugués. “Me llamó Guardiola, sí. Obviamente para felicitarme, porque él lo vivió también. Yo estuve cinco años en el City y él vivió los momentos no tan buenos en la selección, de no poder ganar. Él sabía lo importante que era para nosotros ganar un título tan importante como la Copa del Mundo”, remarcó. Y reveló: “Después me preguntó cómo hicimos para tener la mentalidad de estar ganando 2-0, que te empataran, y poder bancar el resultado y jugar así”.
Seguí leyendo
Polistas. La nueva bocha que revoluciona el juego y una premonición: "Van a llegar al arco fácil desde media cancha"
Unidos por la vida y el deporte. Son mellizos, nunca lloraron ni se quejaron, son buenos compañeros y aman el golf
Sin vueltas. La preocupación de un ex Puma: "La tradición del rugby se llenó de vicios, hay violencia, alcohol y estimulantes"
Otras noticias de Nicolás Otamendi
A los 36. El General, en su mejor momento: hace goles, lo amonestan muy poco y revirtió la suplencia de la Copa América
Los goles del partido. De la jugada del 1 a 0 argentino con un autor impensado al cabezazo perfecto en el empate venezolano
"El túnel de los horrores". Di María brilló en una inesperada posición para el triunfo de Benfica en el infierno serbio
- 1
Diego Simeone, antes de Barcelona vs. Atlético de Madrid: “Nadie te asegura que ganando se abra la puerta para algo importante”
- 2
Yuta Minami, el arquero japonés que se metió un insólito gol en contra en su partido despedida... ¡y llamó al VAR!
- 3
Dibu Martínez y un partido especial ante Manchester City: pase de billar en el primer gol, discusión acalorada con Grealish y Haaland y saludo navideño
- 4
Simeone, De Paul, Álvarez, Molina: el Asadito mecánico del Atlético de Madrid cocinó un triunfo histórico en Barcelona