El impensable 2019 de Argentinos: de último a primero de la Superliga

En el "semillero del mundo", como le gusta definirse a Argentinos, quizá no surjan tantos talentos como en décadas pasadas, pero para épocas de sequía, como las hubo con el último puesto en la Superliga pasada y la ubicación en descenso en que comenzó el actual torneo, hay piernas laboriosas y mentes inteligentes para recuperar la fertilidad. Mucho le debe al esfuerzo y el sacrificio, como en el empate de anoche ante Estudiantes, que encontró el 1-1 con un cabezazo de Nazareno Colombo cuando quedaban menos de 15 minutos.

Argentinos despide 2019 en lo más alto de una Superliga a la que le quedan siete fechas y le sobran pretendientes, lo cual no le resta méritos a la gestión de Diego Dabove, que asumió a principios de año y lentamente fue sacando al equipo de las catacumbas hasta llevarlo a lugares que ni él sospechaba. "La idea era estar entre los diez primeros y pelear por la clasificación para las copas, pero nos soltamos en los últimos partidos y ya llevamos ocho fechas como punteros", dijo el director técnico, que confirma que cumplirá con los seis meses de contrato que le quedan cuando lo consultan por el interés de Racing.

Es muy probable que deba afrontar la recta final de la Superliga sin el desequilibrio y la potencia ofensiva de Damián Batallini, que si no se incorpora a River tendrá otro destino porque generaría el ingreso económico por ventas que el club no tuvo en el mercado de pases de mitad de año. Las últimas y suculentas ventas del Bicho fueron a mediados de 2018 y a principios de 2019, con los 16,5 millones de euros que en total reportaron las transferencias de Nicolás González (Stuttgart) y Alexis MacAllister (Brighton, que lo dejó en préstamo en Argentinos y Boca).

Pese al último lugar de la anterior Superliga, Argentinos ya daba signos de mejoría en las últimas fechas, a medida que Dabove armó una estructura sólida y de juego intenso. Los síntomas positivos se prolongaron en la Copa de la Superliga, al eliminar a Independiente, San Lorenzo y Gimnasia, hasta caer ajustadamente en una semifinal frente a Boca por un gol de Lisandro López.

Sin costo por sus pases, en julio llegaron el veterano Santiago Silva ("vuelve a sentir el gustito de pelear por un título, está enganchado", dijo Davobe) e Iván Colman ("nos da la cuota de fútbol y pausa que nos estaba faltando desde la ida de Alexis", describió el DT).

Con un plantel corto, ante Estudiantes concedió en defensa más que lo habitual por las ausencias de Jonathan Sandoval y Carlos Quintana, dos puntales. La suerte del puntero lo acompañó en el cierre del partido, con dos tiros en los postes de Lucas Chaves y una mano de Marcos Angeleri que Facundo Tello no sancionó con penal. Se salvó de milagro, uno no muy diferente del que parecía necesario a principios de año para que aquel colista se transformara en líder al cabo de doce meses.

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