El gran baile de técnicos en Europa

En Europa se está por abrir el mercado invernal de pases de jugadores. Por lo general es una ventana sin operaciones muy importantes, utilizada por los clubes para hacer retoques puntuales. Cualquier movimiento que se pueda producir suena poco estridente en comparación con el ruido que desde hace algunas semanas hay alrededor de un grupo de directores técnicos, algunos de ellos de los más caros y prestigiosos, en clubes que son referencia en el continente.

Entre los que se fueron, los que anunciaron que se irán y los que están en la cuerda floja, varios bancos de suplentes están que arden. Son siete técnicos involucrados en una rueda que, al girar, los puede depositar en un lugar que dejó uno de esos colegas. La única pieza suelta es Rafael Benítez con el tembladeral que tiene bajo sus pies.

Desde ayer quedó más comprometida la continuidad de Louis van Gaal en Manchester United , inmerso en una crisis deportiva, mientras Marcos Rojo se recupera de una lesión. Con el 0-2 ante Stoke City, el equipo del entrenador holandés suma cuatro derrotas consecutivas –tres por la Premier League– y siete partidos sin triunfos, una serie negativa que no vivía desde 1992. Sexto en la Liga –fuera de los puestos que dan lugar a las copas–, Manchester United no se clasificó a los 8os de final de la Liga de Campeones y pasó a la Liga Europa. Siempre desafiante, Van Gaal no pierde el orgullo ante la prensa: "El club no tiene que despedirme. A veces puedo irme yo mismo". Mañana, el United recibe a Chelsea en un partido que asoma decisivo para el conductor que llevó a Holanda al 3er puesto en el último Mundial. Difícilmente sobreviva a otra caída. Días atrás, referentes encabezados por Wayne Rooney le plantearon a Van Gaal como una posible solución que no hiciera tantos cambios tácticos y tuviera una relación más cercana con el plantel. Disgustado con sus estrictos métodos, uno de los que emigró en julio fue Ángel Di María.

Y si Van Gaal no sigue, ¿quién podría sustituirlo? José Mourinho se mostró interesado por el desafío, cuando aún está fresca su desvinculación de Chelsea, tras lo cual rechazó una propuesta de Roma. Mou salió de Stamford Bridge empujado por el peor comienzo de Chelsea en la Premier en los últimos 37 años. El defensor del título estaba a un punto de los puestos de descenso cuando el magnate Roman Abramovich ejecutó un despido que fue escenificado como una salida consensuada. El plantel había dejado de responderle desde el momento en que Mou se adjudicaba mucho mérito en las victorias y lo exponía con críticas en la derrota. Desde la ida del portugués, Chelsea ganó un encuentro y empató otro.

Hasta el final de la temporada asumió Guus Hiddink , un cargo que podría ser ocupado a mediados de 2016 por Manuel Pellegrini , que ingresa en su último semestre de los tres años que completará en Manchester City. Aquí aparece una de las piezas principales del rompecabezas: Pep Guardiola, que ya anunció que no continuará en Bayern Munich, del que espera irse con la gloria de la Liga de Campeones tras la aplastante superioridad que prolonga en la Bundesliga.

Pep habrá completado tres años en el club bávaro, uno menos de los que estuvo en Barcelona. En ambos casos, la decisión fue suya, no aceptó la renovación de contrato. Su manera intensa de ejercer la profesión le genera un desgaste que no está dispuesto a extender en un mismo equipo, por más que su familia está muy adaptada al estilo de vida muniqués.

Lógico sería que Guardiola se tomara un año sabático, como cuando dejó Barcelona, pero su deseo de dirigir en Inglaterra lo llevaría a mantenerse en actividad. Y aquí surgen como posibles destinos Manchester City –según versiones, ya tiene un acuerdo–, donde el director deportivo es Txiki Begiristain, con quien ya trabajó en Barcelona, y Manchester United, del que le atrae la mayor dimensión histórica en relación con los vecinos del City.

Pep ya tiene reemplazo en Bayern . La posta la tomará Carlo Ancelotti , cuyo tacto en el manejo de grupo es añorado por la mayoría de los jugadores de Real Madrid, que apenas soportan los modos más ásperos de Rafa Benítez, a quien si los resultados no lo acompañan tiene los días contados. Florentino Pérez encontró rechazo cuando puso a consideración la vuelta de una debilidad suya: Mourinho. En el baile de varios técnicos consagrados todavía no sonó la última función.

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