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El fútbol femenino en Haití y una historia que estremece: denuncias de violaciones y abuso de menores
PUERTO PRINCIPE, Haití (AFP).- En un centro de entrenamiento en las afueras de la capital haitiana, donde las jóvenes jugadoras del fútbol femenino transitan el confinamiento por coronavirus, el ambiente es pesado, tras denuncias de que el jefe de la federación nacional violó a varias adolescentes. Pero en la academia, que alguna vez fue propiedad del ex hombre fuerte de Haití Jean Claude "Baby doc" Duvalier, las jugadoras y el personal se inclinan en su mayoría a favor de Yves Jean-Bart, considerado una figura paterna.
"El presidente Jean-Bart es como un padre para todos nosotros ... ama y respeta a todos", dice Yvette Felix, una ex capitana del equipo nacional de 38 años que trabaja como entrenadora desde 2006. Las denuncias provienen de un informe de The Guardian, en el que las presuntas víctimas y sus familiares dijeron que Jean-Bart, de 73 años, las había violado o agredido sexualmente en los últimos cinco años.
Varias de las presuntas víctimas, que aseguraron haber sido presionadas para guardar silencio, contaron al periódico británico que al menos dos menores fueron obligadas a abortar para cubrir las violaciones.
La policía haitiana lanzó una investigación sobre las acusaciones, reveladas por primera vez a fines del mes pasado, y un juez ya convocó a interrogatorios a varios empleados de la federación. Dos grupos de defensa de las mujeres, SOFA y Kay Fanm, emitieron una declaración en apoyo a las presuntas víctimas.
"Insulto a la nación"
En el centro de la Federación del Fútbol de Haití, fundada después del devastador terremoto de 2010, varias personas dijeron a la AFP que estaban conmocionadas por las denuncias. "El presidente nos trata como a sus propios hijos. No creo que todo eso haya sucedido realmente. No lo creo", dijo una jugadora de 12 años, que vive en el centro desde diciembre.
En la comunidad deportiva de Puerto Príncipe, la visión de Jean-Bart como figura paterna es reconocida por varias generaciones. El dirigente ha comandado la federación de fútbol del país a lo largo de dos décadas y su reelección en febrero para un sexto mandato fue una mera formalidad, a la que acudió sin tener oponente.
Al ser consultado por teléfono, Jean-Bart negó categóricamente todas las acusaciones en su contra. "Esto es un insulto a la nación", dijo. El dirigente aseguró que planea presentar una queja en París contra el periodista francés que coescribió el artículo de The Guardian. "Difamó a nuestro país. Dejó una mancha en nuestra bandera. Insultó a las chicas", acusó.
Mancha a la selección
Venerado en Haití, el fútbol ha dado a la empobrecida nación caribeña momentos de protagonismo en el mundo del deporte. Atacar a Jean-Bart –a menudo llamado por su apodo "Dadou"– es para muchos como atacar al país.
Tras la publicación del artículo de The Guardian, varios jugadoras organizaron una protesta en el campo de entrenamiento. "Hicimos carteles que decían 'Deja de manchar nuestra imagen, deja de manchar la imagen de la nación'", explicó Kerly Theus, la arquera de 21 años de la selección femenina.
A medida que el movimiento #MeeToo, contra la agresión y el acuso sexual, gana terreno a lo largo del mundo, en Haití todavía está en pañales. Aún es común que se culpe a las víctimas y la libertad de denunciar a un agresor no se fomenta.
"Cuando hablamos de abuso aquí, a veces la gente piensa que es culpa de la víctima ...que ella lo deseaba, que ella lo aceptaba", dijo Theus. "Antes, cuando publicábamos una foto o un vídeo nuestro en las redes sociales, la gente estaba orgullosa", añadió. Ahora, "si publicamos una foto, la gente dice: 'Esa es la mujer del presidente'".
Antes de decretarse el confinamiento como medida de seguridad en marzo, cuando se confirmó el primer caso de COVID-19 en Haití, las jugadoras ya vivían en malas condiciones, hacinadas en dormitorios con paredes dañadas. Colgar una sábana entra las camas en las habitaciones es la única forma de tener un mínimo de privacidad, y no es necesariamente una garantía de seguridad personal.
"Compartimos habitaciones. Estamos juntos todo el tiempo y somos amigos, pero podrías tener un problema en tu vida del que yo no sé nada", dijo Melissa Shelsie Dacius, de 20 años. "No puedo decir que no le haya pasado nada a la gente que vive aquí conmigo", señaló, antes de aseverar: "Nunca me ha pasado nada".
Webens Prinsime, ex jugador de la selección masculina, dice conocer a Jean-Bart por más de 30 años. "Nadie quiere estar involucrado con alguien que violaría a una menor o la obligaría a abortar", dijo Prinsime. "Si el presidente es culpable, entonces debería pagar, pero al menos dejemos que el fútbol siga adelante ... Si no es culpable, deberíamos dejarlo en paz", concluyó.
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