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El enojo de San Lorenzo tras la eliminación frente a Mineiro: “Fue el jugador número 12 para ellos”, dijo Gastón Campi sobre el árbitro
En Belo Horizonte, el equipo argentino mereció pasar a los cuartos de final de la Copa Libertadores, pero se quedó con las manos vacías; Romagnoli: “Si deciden que venga otro DT, voy a entenderlo”
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BELO HORIZONTE, Brasil.– “El árbitro estuvo todo el segundo tiempo hablando con Vargas; capaz que van a comer juntos ahora. ¿La verdad? Fue una vergüenza. Dio 10 minutos y no jugamos ni 5. Fue un papelón. Abrieron la manga para hacer tiempo... un equipo que gasta 50 millones por año. Hacen tiempo contra nosotros, que venimos rompiéndonos el alma. Ellos no jugaron a nada, no hicieron una jugada. Estoy recaliente con el árbitro. Merecimos pasar. El árbitro fue el jugador número 12 para ellos”.
Gastón Campi es el capitán de San Lorenzo. Hervía de enojo luego del 1-0 con el que Mineiro acababa de eliminar de la Copa Libertadores a su equipo en un octavo de final. El contexto lo predisponía: el conjunto azulgrana, muy de capa caída en su torneo doméstico y con un clima pesado entre los simpatizantes y los dirigentes, había sido mejor al cabo de cada partido de la serie, en Argentina y en Brasil, y además en este caso el público visitante había sido maltratado por la policía local, incluidos gases lacrimógenos que llegaron al campo de juego y afectaron a futbolistas.
"ESTUVO TODO EL PARTIDO HABLANDO CON VARGAS, CAPAZ VAN A COMER JUNTOS AHORA..." Gastón Campi MUY ENOJADO con el arbitraje del chileno González en Brasil.
— SportsCenter (@SC_ESPN) August 21, 2024
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Más tranquilo, en cambio, estaba Leandro Romagnoli, a pesar de los días difíciles que vive, entre las derrotas en el ámbito nacional y la marginación del equipo en el internacional. “Felicité a los jugadores por el partidazo que hicimos. Los neutralizamos y tratamos de jugar de contragolpe. Merecimos más, pero no se nos está dando. Eso nos duele y nos genera tristeza. Hacemos bien las cosas y falta el resultado, que es importante. El trabajo se vio, el esfuerzo se vio, pero otra vez nos vamos con las manos vacías”, comentó el director técnico luego la derrota decisiva en el encuentro de vuelta de la serie, en el estadio Arena MRV, o Arena de Galo, la casa de Mineiro desde 2023.
Épica no consumada. San Lorenzo jugó con el corazón, fue de lo improbable a lo posible, pero volverá a Buenos Aires con las manos vacías. En la cálida noche del barrio California, de Belo Horizonte, tenía una oportunidad de dar vuelta la página después el traspié en el clásico ante Boca; además, una victoria resonante en instancias decisivas de Copa Libertadores podría ser un paliativo –no una solución, claro– para la crisis institucional que se respira en Boedo.
El partido de ida, en el Nuevo Gasómetro, había dejado, más allá del 1-1, buenas sensaciones entre los dirigidos por Romagnoli. Además de que había habido un interesante funcionamiento colectivo de San Lorenzo, el Galo de Gabriel Milito, uno de los “cucos” de esta Libertadores, que venía de atropellar en la etapa de grupos, mostró algunos puntos débiles que, en una definición, podrían implicar su condena.
"Cuando el equipo tuvo que luchar, luchó. San Lorenzo supo neutralizarnos. Lo importante es haber superado esta instancia, a pesar de que no jugamos como solemos hacerlo. Creo que es mérito de San Lorenzo, que jugó una eliminatoria sensacional"
Gabriel Milito, director técnico de Mineiro
Además, la ausencia de la gran estrella del equipo brasileño, Hulk, que continúa recuperándose de una lesión en la pantorrilla derecha (no jugó durante todo agosto), reducía la lista de preocupaciones para San Lorenzo que, aun así, era extensa. En el arco propio, Facundo Altamirano, de flojas actuaciones ante Atlético Tucumán, Boca y Mineiro en Argentina (entregó el empate a Paulinho), dejó su lugar a Gastón “Chila” Gómez, que, por antecedentes recientes, tampoco representaba una garantía para el equipo. Inclusive, durante las últimas horas se especuló con un retorno de Augusto Batalla, pero no hay nada acordado por ahora.
En ese contexto, ante más de 40.000 personas que colmaron el Arena MRV y con un terreno de juego en malas condiciones, que no se condice con la fastuosidad del escenario, San Lorenzo mostró desde el comienzo del partido que no se dejaría arrollar. Frente a la tenencia de balón, por momentos excesiva y muy errática, de los dirigidos por Milito, el Cuervo esperaba agazapado y, siempre que tenía la posibilidad, intentaba sorprender en la laguna que dejaba Otávio a sus espaldas; sobre todo, mediante el desequilibrio de Elián Irala.
Los minutos corrían y San Lorenzo se afirmaba cada vez más; lo ocurrido en La Bombonera no parecía representar ningún trauma. A los 23 minutos, Irala casi sorprendió a Everson desde lejos, tras un rebote proveniente de un tiro de esquina. Enseguida, la hinchada azulgrana comenzó a hacerse sentir desde uno de los codos del estadio, donde retumbaba su fe.
El cuadro local, paralizado, se repetía en transiciones lentas y pases sin destino, provocando una oleada nerviosa entre su público, que fue perdiendo la paciencia hasta despedir al equipo con silbidos mientras se retiraba a los vestuarios para el entretiempo. Con decir que Mineiro consiguió rematar por primera vez al arco a los 35 minutos, mediante una diagonal de Paulinho, se obtiene una pintura de la etapa inicial, de la cual San Lorenzo se habría retirado arriba en el marcador si un bombazo de Iván Leguizamón que se estrelló en el travesaño hubiese salido unos centímetros más bajo.
"En Copa Libertadores, todos los equipos argentinos se hacen fuertes, no importa cómo estén en su campeonato local. Esperábamos un juego duro ante San Lorenzo y lo fue. No fue una sorpresa para nosotros, pero por momentos tuvimos muchas dificultades"
Junior Alonso, defensor de Mineiro
De los murmullos en el entretiempo se pasó a la etapa final, en la que pocas cosas parecían cambiar, a pesar de que Milito mandó al chileno Eduardo Vargas y al experimentado Bernard a la cancha. La primera oportunidad clara, otra vez, fue para los dirigidos por Romagnoli. En el área, Alexis Cuello tuvo el gol tras una maniobra individual, pero fue trabado en última instancia por el argentino Rodrigo Battaglia.
La clasificación de San Lorenzo para los cuartos de final, que antes del partido parecía improbable, casi un “milagro”, fue convirtiéndose en una posibilidad real y, sobre todo, merecida. Pero a pesar de que tuvo las chances más claras, el visitante no supo dar el golpe de nocaut que las noches de Libertadores requieren. En el mejor momento del Ciclón, cuando Mineiro tambaleaba y sus hinchas bordeaban la locura, un cabezazo de Battaglia en un córner le dio la ventaja al local. Un mazazo inesperado, de los que duelen. Máxime porque el autor futbolísticamente oriundo de Huracán, al punto de que festejó el tanto con un gesto de inflar un globo.
El resto del segundo tiempo pasó casi como una anécdota, un capítulo desconectado del resto de la trama. San Lorenzo, golpeado y cansado por el esfuerzo a esa altura, fue con ímpetu, pero ya las balas parecían no entrarle a Mineiro, que después del gol de Battaglia dejó de ser un manojo de nervios y se concentró en cerrarle los caminos al adversario.
Hubo incidentes, otra vez. La policía castigó a los hinchas de San Lorenzo y eso, lo de maltratar a simpatizantes argentinos, ya no es novedad para nadie. A pedir del local, el partido fue neutralizado. Así, se deshizo, y no hubo tiempo para mucho más.
Al igual que en el encuentro con el Galo en el Nuevo Gasómetro y que en La Bombonera, San Lorenzo mereció más. Pudo más, pero se quedó sin nada por no tener el punch, el golpe de KO, y por falencias al defenderse en momentos cruciales. Una noche que pasó de la necesidad de un milagro, de lo improbable, a una clasificación alcanzable y que, en apenas un cabezazo, esfumó por completo el logro merecido.
Compacto de Mineiro 1 vs. San Lorenzo 0
Pese a la buena producción y a lo injusto de la marginación, Romagnoli se permitió aludir a una posible renuncia. “Siempre pasa por la cabeza de uno, cuando no se dan los resultados, dar un paso al costado. Pero no quiero dejar al equipo en banda, porque me responde en lo futbolístico, aunque no se den los resultados. De cualquier forma, hablaré con Marcelo [Moretti, el presidente] y veremos qué es lo mejor para el club”, comentó en la conferencia de prensa en el Arena do Galo. “Hay mejora y evolución, pero después, todo se resume a resultados, que no conseguimos como para que el equipo respire. Saben lo que quiero al club, y si deciden que venga otro DT, voy a entenderlo. No hay ningún problema”, se abrió el entrenador, con tanta calma como sinceridad.
"San Lorenzo es un equipo joven, con mucha energía, que no nos permitió tener claridad para generar peligro. Jugaron una eliminatoria enorme, pero al final supimos desequilibrar a nuestro favor"
Gabriel Milito, director técnico de Mineiro
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