Se encontraron por primera vez en un departamento en Copacabana, reunidos para una producción de la revista El Gráfico
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Las manos unidas son el resumen de todo. Pelé ha dejado la guitarra y en este momento le está dando consejos a Diego. Ambos se toman de las manos. Temblorosas y emocionadas las de Diego; serenas y apacibles las de Pelé. Veo los ojos de don Maradona que asienten y lloran mientras el rey se despoja de su corona de dólares y se muestra tan humilde y sincero como pocas veces puede parecer. ¿Cuánto hará que este hombre no le puede sacar una propina al día para reír, cantar, relajarse, hablar de lo que se le dé la gana? Siempre viajes (dentro de una hora tomará un avión para Santos), siempre firma de documentos comerciales, audiencias por divorcio, compras, ventas, films, grabaciones, reportajes, ir, venir; nunca estar. Por eso este amigo moreno que lo observa atónito asegurará después que nunca lo vio así, tan abierto y espontáneo, tan dado y contento, tan Edson Arantes do Nascimento como sabrá Dios cuántos años luz hará…Por eso esas manos unidas son el resumen de todo.
El comienzo de la crónica de uno de los momentos más emocionantes de la vida de Diego Armando Maradona es poesía pura. El texto que el periodista Guillermo Blanco escribió hace más de 40 años para la revista El Gráfico relata al detalle el histórico primer cara a cara entre Pelusa y O’Rei.
Pero lo que poco se sabe es cómo se gestó esa reunión. Esa postal eterna, realizada por Ricardo Alfieri más de cuatro décadas atrás en un departamento de Copacabana, fue impulsada por el propio periodista y reportero gráfico.
“La historia de ese encuentro nace cuando Diego, en enero de 1979, me dice que su sueño es conocer a Pelé”, contó Blanco a LA NACION. Y amplió: “Me lo dijo en una de las playas de Atlántida, Uruguay, durante una nota que le hago en el medio del Sudamericano Juvenil, que meses más tarde termina consagrando a la Argentina en el Mundial de Japón”.
El periodista, oriundo de 9 de Julio, describió: “Me acuerdo que estaba Diego junto a su amigo y primer representante, Jorge Cyterspiller, y el tucumano Juan José Meza. Todos en la playa. También estaba Chitoro, el papá de Diego, que por primera vez disfrutaba del mar y se tiraba en la arena y daba vueltas como si fuera una milanesa.”
Ya en Buenos Aires comenzó el operativo. Blanco recordó: “Cuando vuelvo, comento esto en la reunión de redacción de El Gráfico. Sabía que podía convertirse en algo eterno. Y así fue. Empiezo a gestionar la reunión con el periodista Tarlis Batista, el contacto brasileño para llegar a Pelé. Se da una situación muy curiosa, que es que Pelé nos manda a decir que podía los lunes y Diego también. Pero cada vez que Pelé avisaba que podía el lunes siguiente, Diego me decía: “No, este lunes no”. ¡Y así varias veces, y yo no entendía por qué!”
Se da una situación curiosa, que es que Pelé nos dice que podía los lunes y Diego también. Pero cada vez que Pelé ofrecía una fecha, Diego me decía: 'No, este lunes no'. ¡Y yo no sabía por qué!
Hasta que se dio la gran chance. “La semana anterior al encuentro entre ellos hubo un partido a beneficio en Rio, que jugó Pelé. Él se había retirado dos años antes en Estados Unidos y volvió a jugar en ese partido con Zico, para el Flamengo, contra el Mineiro. Era el momento, y entonces lo apreté a Diego y le dije: ‘Vamos ahora o no vamos más”. Y fuimos”, explicó.
La narración de Blanco no escatimó detalles: “Osvaldo Ricardo Orcasitas, conocido como O.R.O. y una pieza fundamental de El Gráfico en esa época, había hecho todos los arreglos de vuelo y hotel en Copacabana. Después de un partido que Argentinos le gana a Huracán 3 a 1 en Parque Patricios comienza el viaje. Diego sale, habla con los medios, yo me hago el distraído y cuando termina me lo llevo y lo subo a un auto rumbo a Ezeiza, donde ya esperaban Cyterspiller y don Chitoro, que habían ido más temprano para hacer el check in. ¡Nadie sabía nada! ¡Ni siquiera Próspero Consoli, el presidente de Argentinos! ¿Vos te imaginás intentar hacer eso hoy? ¡Imposible!”.
Después de un Huracán 1 - Argentinos 3 me lo llevo a Diego a Ezeiza ¡Nadie sabía nada! ¡Ni siquiera Próspero Consoli, el presidente de Argentinos! ¿Vos te imaginás intentar hacer eso hoy? ¡Imposible!
Sobre el encuentro en sí, el hombre que supo ser jefe de prensa de Diego durante tres años, de comienzos de 1983 a principios de 1986, rememoró: “Fue una hora increíble, porque la noche anterior yo estaba en la habitación con don Ricardo Alfieri, que era conocido de Pelé por habérselo cruzado en diversos partidos. Y eso simplificaba todo a la hora de romper el hielo. Lo esperábamos en la casa de un magnate donde él paraba en Rio, frente a la playa. Nos hacen pasar y Pelé había salido, era media mañana. Vimos el lugar donde dormía, recorrimos la casa. Y después se produjo el encuentro esperado, que fue inolvidable de principio a fin.”
Blanco aportó una anécdota más, que pinta de cuerpo entero la extraordinaria relación entre él, Cyterspiller y toda la familia Maradona: “La noche anterior a la reunión con Pelé, me suena el teléfono de la habitación cerca de la medianoche. Yo dormía con Alfieri en una habitación doble, y el que me llama es Jorge, que estaba en una triple, con Chitoro y con Maradona. Atiendo y Cyterspiller me dice: ´Hola Guillermo. Perdóname la hora, pero Diego me pregunta si podemos abrir la heladerita y tomarnos una coca´. Como era una invitación de El Gráfico, me estaban pidiendo permiso.”
Sobre el final, Blanco reveló el por qué de las repetidas negativas de Maradona a encontrarse un lunes con Pelé. “Cuando volvíamos del encuentro con Pelé, pasábamos por el Corcovado para conocer el Cristo y le pregunté porqué se negaba a encontrarse un lunes. Y con toda humidad, sinceridad y amor adolescente me respondió: ‘Porque son sagrados. Para mí los lunes son de Claudia´.”
"Cuando volvíamos de ver a Pelé, pasamos por el Corcovado y le pregunté porqué se negaba a encontrarse un lunes. Y con toda humidad y amor me dijo: ‘Porque los lunes son sagrados. Son de Claudia’"
Guillermo Blanco
Guillermo Blanco conoció a Maradona durante la cobertura de los Juegos Evita de 1973, donde los Cebollitas sorprendieron con su nivel y calidad. Y desde entonces fue construyendo un vinculo de menor a mayor, no solo con Diego, sino con toda la familia, con Claudia Villafañe y con Jorge Cyterspiller. Esa relación le permitió en 1977, cuando ingresó a El Gráfico, convertirse en el maradonólogo de la revista, y durante su paso por ese medio realizó la mayor cantidad de notas sobre el Nº 10. Además de reunirlo con Pelé, gestionó los primeros encuentros con otros grandes futbolistas, como don Alfredi Di Stefano o el alemán Karl-Heinz Rummenigge. Con el arribo de Maradona a Barcelona, Diego y Cyterspiller consideraron necesario contar con alguien que les ordene la agenda de atención a los medios, y fue entonces cuando Blanco comenzó a trabajar como jefe de prensa del crack, cargo que ocupó hasta comienzos de 1986. En Italia escribió el libro "Maradona, il uomo, il mito, il campione". Fue uno de los fundadores de la escuela de periodismo TEA y dirigió DeporTEA durante más de 20 años.
Los consejos que Pelé le dio a Maradona en abril de 1979
- Nunca hagas caso cuando te digan que sos el mejor. Debes pensar siempre que no sos el mejor. El día que te sientas el mejor dejarás de serio para siempre.
- Acepta los aplausos pero no vivas de aplausos. Yo a los dieciocho años fui silbado muchas veces. La hinchada cuando uno juega tres partidos mal ya te grita, deja de quererte.
- Quiero decirte algo con respecto a los contratos. Cada jugador tiene su problema propio. Es una cuestión muy personal, pero siempre tené en cuenta que debes luchar por lo que realmente vales. Hacete respetar siempre, nunca te regales; pero, eso sí, cuando firmes tu contrato después no protestes ni pidas más. La firma es como una palabra.
- Con respecto a la venta al exterior de la cual se habla en la Argentina, tenés que decidirlo después de haberlo analizado muy bien. Vos me decís que tenés ocho hermanos, tu madre y tu padre. A la hora de la decisión poné eso en la balanza. Los dirigentes de los clubes pasan cada dos o tres años. Vos tenés que pensar en tu familia, porque hay muchas bocas para dar de comer.
- El físico es tu herramienta de trabajo. Por lo que puedo ver, tenés muy buen físico. Cuídalo. En la vida hay tiempo para todo, incluso siendo jugador. Hay tiempo para salir, para tomar una copa, fumar un cigarrillo, acostarse tarde, comer una comida que a uno le guste. Pero hazlo con equilibrio. Haz siempre lo que no dañe a tu físico porque si no se acaba todo. ¿Te gustaría ir a jugar a Estados Unidos? No, es un chiste para que te rías. Aún eres muy joven. Tenés mucho por dar aún. Allá hay muy buen dinero. Pagan por doce meses y sólo jugás cinco. Pero espera, espera, hay mucho tiempo por delante...
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