"Tres cosas hay en la Boca, Potente, Ferrero y Cambón…" No demoró mucho la hinchada xeneize en darle un lugar en su cancionero a Carlos María García Cambón. Y el delantero tampoco tardó en derribar los prejuicios porque el 9 sobre la azul y oro no respetaba el estilo de Alfredo Rojas y Hugo Curioni, entre otros goleadores fuertes, potentes, que jugaron en la Ribera. En su primer partido, García Cambón convirtió cuatro veces para el Boca 5-River 2. Ocurrió el 3 de febrero de 1974.
Era el equipo xeneize conducido por Rogelio Domínguez, ofensivo, de llegar por abajo. Por eso se eligió un 9 que bajaba a construir paredes con Osvaldo Potente y Enzo Ferrero; y con Marcelo Trobbiani, un 5 precursor del estilo de Fernando Redondo y Fernando Gago, al que el DT llevó a la primera a los 18 años. El wing derecho era Hugo Ponce y el Chino Jorge José Benítez, el 8. Un equipo capaz de goleadas como aquella ante River en la Bombonera, o un 6-0 a San Lorenzo en el Gasómetro (dos goles de García Cambón). Todos al ataque. Escribió Juvenal (Julio César Pasquato), en El Gráfico: "Un solo hombre, en rigor, confiaba antes del puntapié inicial del ‘74 en que Boca tenía el número nueve que necesitaba: era Rogelio Antonio Domínguez".
García Cambón había sido campeón con Chacarita en el torneo Metropolitano de 1969, donde empezó entre los titulares, pero al establecerse Rodolfo Orife como 9 y Horacio Neumann (la Chancha) como extremo izquierdo, fue al banco de suplentes. Convirtió 2 goles en 10 partidos de los 24 que jugó el Funebrero ese año. En total, completaría su foja en el club de San Martín con 54 tantos.
Pero además de sacudir la historia y de tranquilizar a los que esperaban un 9 de área, goleador y pescador, García Cambón les tapó la boca a los escépticos con dos goles de cabeza (uno de ellos indirectamente, porque luego le pegó en un muslo). De una zurda que tanto podía ser punzante como elegante, el delantero suplía la potencia de un cabeceador con un timing notable para buscar la pelota que venía por arriba. Así hizo dos de sus tantos aquella tarde.
Empezó la cuenta a los 2 minutos de juego, tocando ante la salida de Ubaldo Fillol, en el arco del Riachuelo; el segundo (2-1), en el mismo arco, con lo que parecía un cabezazo un tanto defectuoso porque saltó detrás de la salida de Fillol , esperando que fallara, pero con escasa certeza de dónde caería la pelota. Luego diría el goleador: "Entré en el arco con pelota y todo después de que la pelota me pegara en el muslo".
En el segundo tiempo, otro cabezazo, sin marca (4-2), y el último un mano a mano con el humillado –a esa altura– Fillol, al que esperó que saliera, como haría Maradona siete años más tarde), para tirarla larga a su izquierda antes de definir después de un pared que Potente le devolvió de taco. El 3-1 había sido de penal.
"Siempre me fue bien contra River", diría García Cambón años después, en 1998, cuando llegó a ser técnico interino de la primera de Boca, donde trabajaba en las inferiores, ante la renuncia del Bambino Veira, y poco antes del arribo de Carlos Bianchi. "Con estos cuatro goles ya justificó plenamente su compra", había asegurado el presidente de Boca Alberto J. Armando, exultante, en los vestuarios tras el 5-2.
Boca jugó un desempate con Ferro por el segundo puesto de su zona y en la semifinal cayó ante Rosario Central . Newell’s , que a su vez venció a Huracán, fue el campeón (por primera vez) tras ganar en la final el clásico de Rosario. El Nacional, en el que fue campeón San Lorenzo, Boca perdió siete de ocho partidos en el octogonal final. Luego, el bicampeonato de River en 1975 precipitó la salida de Domínguez.
El equipo del 75 había sido el más goleador del Metro con 80 tantos y su remontada final no le alcanzó, después de descontar la diferencia con River de 16 a 3 puntos. En 1976, Boca fue a buscar al Toto Lorenzo, que estaba en las antípodas de Domínguez. "Boca va a aprender a empatar", dijo entonces Rubén Suñé, "repatriado" desde Unión, de donde llegaron también Hugo Gatti y Ernesto "Heber" Mastrángelo, tras una gran campaña de la mano de Lorenzo, que incluyó el subcampeonato en el Nacional. El tiempo del fútbol vistoso había terminado en Boca y a cambio llegarían el bicampeonato de un conjunto cuyo estilo se calificaba de "práctico" en esos tiempos.
El final de aquellos versos que cantaba la hinchada en 1974, "… el que tenga esas tres cosas, que grite Boca campeón", resume el recuerdo de un gran equipo, aunque el deseo no se haya cristalizado con una estrella.
LA SINTESIS
Boca 5: Rubén Sánchez; Vicente Pernía, Roberto Mouzo, Roberto Rogel y Alberto Tarantini; Jorge Benítez, Marcelo Trobbiani y Osvaldo Potente; Ramón Ponce, Carlos García Cambón y Enzo Ferrero. Entrenador: Rogelio Domínguez
River 2: Ubaldo Fillol; Pablo Zuccarini, Horacio Coll, Hugo Pena y Héctor López; Enrique Wolff, Reinaldo Merlo y Norberto Alonso; Ernesto Mastrángelo, Carlos Morete y Jorge Ghiso. Entrenador: Néstor Pipo Rossi.
Cambios: ST 25 m, Claudio Casares por Trobbiani y 27, Edgardo Di Meola por Merlo.
Árbitro: Roberto Barreiro.
Goles: PT 2m y 37, García Cambón (B); 16, Ghiso (R). ST 1m, Ferrero (B), de penal; 16, Wolff (R), de penal; 21 y 26, García Cambón (B).
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