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El defensor argentino que estuvo entre los 100 mejores de 2019 y que en México es referente a los 34 años
Para el Diario Marca, Nicolás Sánchez estuvo entre los 100 mejores futbolistas del mundo en el 2019. Sánchez, el defensor que surgió de Nueva Chicago y luego pasó por River, Godoy Cruz y Racing, a los 34 años se transformó en figura en el Monterrey de México: es el capitán y hasta se hace cargo de los penales del último campeón de la Liga MX. Incluso en medio del receso por la pandemia, mientras busca pasar el tiempo con su familia y se entrena con la bicicleta fija y otros elementos que le dio el club para no perder el ritmo, dice que trata de no pararse a pensar cómo se dio ese salto.
"No había soñado con nada de lo que me pasó en Monterrey. Vine -relata Sánchez- con desafíos por cumplir, la primera experiencia fuera de mi país a los 30 años. Pero la verdad que no imaginé tanto. Por eso trato de no pensar para no relajarme, ya tendré tiempo de pensar y disfrutar cuando deje de jugar. Ahora no quiero relajarme ni pensar tonterías porque en el fútbol es fácil encontrar un relajo después de ganar. Lucho contra eso".
-¿Cómo se vive en México este momento? ¿Cómo son tus días?
-Acá se suspendió el fútbol antes de que se dicte el aislamiento obligatorio. Creo que no lo han manejado bien desde el gobierno. Por mi parte, desde que se suspendió el fútbol que paso los días en casa y no salgo para nada. El club se portó muy bien y nos dio a cada jugador los elementos necesarios para llevar adelante los entrenamientos, al menos los ejercicios de cardio y de prevención. Después aprovecho para estar en familia, con mis hijos, ayudarlos con sus cosas. Se extraña un poco el vestuario, porque eso no hay manera de sustituirlo, pero hay que estar fuerte de la cabeza y seguir adelante de todos modos.
-¿Tal vez esa puede ser la explicación a tu presente: la mentalidad?
-En el fútbol, como en la vida, la cabeza manda. Nosotros, los futbolistas argentinos, nos destacamos por eso. El jugador argentino no se deja vencer con un tropiezo, con la primera piedra: pierde, se levanta, gana, vuelve a perder y se vuelve a levantar. Es muy difícil que perdamos y quedemos derrotados. Somos muy fuertes de la cabeza y seguimos insistiendo, tal vez por eso muchas veces terminamos triunfando.
-¿Cómo es que empezaste a patear penales?
-Fue muy loco. Nunca en mi vida había pateado penales. Por los puntos, sólo una vez en Godoy Cruz, y había errado. Acá en Monterrey se dio que el equipo es muy ofensivo, la idea del Turco Mohamed es superofensiva y estábamos llenos de penales pero errábamos muchísimo. El Turco cambiaba de pateador cada partido y seguíamos errando. En un momento me vi con confianza, me animé. Y quedé.
-¿Es un fútbol vistoso el mexicano?
-Acá los equipos salen a encerrar el arco. Para irte al descenso es muy difícil, se va uno por promedio. Entonces no hay miedo a perder. El que sale campeón, como siempre, es el que mejor se defiende. La diferencia la sacan las defensas, aunque acá se juega con Liguilla y no siempre sale campeón el mejor equipo.
-¿En cuanto al armado y a los presupuestos es comparable con el fútbol europeo?
-En estructura sí, en conocimiento todavía hay un margen muy grande para mejorar. En cuanto al profesionalismo creo que los argentinos somos mucho más profesionales que los mexicanos. Es cuestión de que acá se den cuenta de lo que tienen, del monstruo que hay en el país para seguir mejorando y crecer. Tienen todo para hacer de México una potencia, sólo les falta el convencimiento.
-¿Por qué es así el argentino?
-Es algo que no lo sé decir, porque ya tengo la cabeza así por cómo mamamos el fútbol nosotros. Veo que el mexicano tiene condiciones y calidad técnica igual o superior a la nuestra, pero le falta algo que los haga sobreponerse a las adversidades y a las cosas negativas que le pueden pasar a un futbolista en su carrera para pegar el salto. Acá no se ven tantos futbolistas yendo a Europa como nos acostumbramos nosotros, no sé si será porque tienen un mayor crecimiento económico que el de un futbolista en la Argentina. Debe haber muchas respuestas o razones, pero es lo que veo.
-Con Funes Mori, Kranevitter, Vangioni, Basanta, Meza, Barovero y vos tienen ventaja, entonces.
-Somos siete jugadores más el cuerpo técnico, tenemos una filial casi. Acá cada vez que podemos vemos el fútbol argentino. Con Internet, mientras nos dé el horario para ver el partido, veo cualquier partido de la Argentina, sea Primera o ascenso. Concentramos mucho porque se juega siempre entresemana y ahí también me pongo al día con el fútbol mexicano, así que veo todo.
-¿Mohamed es tan personaje en el día a día como se lo ve desde afuera?
-Sí, tal cual, es tan loco como se lo ve desde afuera. Tiene una vida hecha como futbolista y como entrenador acá en México. Lo conocen todos y él conoce el fútbol mexicano de los pies a la cabeza. Acá en Monterrey armó un plantel que va de su mano y fuimos campeones de la Liga. Es muy querido por el público mexicano en general.
-México tiene fama de ser una escuela de técnicos. ¿Lo estás aprovechando para lo que viene después del retiro?
-Acá son de respetar los procesos, les dan tiempo para que el proyecto tome vía. Y es más fácil trabajar. Hace rato que lo pienso, el final se va acercando y uno no sabe cuándo es. Por ahora, el físico responde y yo me cuido para competir al máximo nivel para alejarlo lo más posible. Tengo hecho el curso de técnico y sé que quiero seguir ligado al fútbol, aunque no sepa en qué área. Trato de prepararme en lo que pueda. Intentaré seguir leyendo y haciendo otros cursos para que cuando esté para dejar ya tenga una idea del área en la que quiero seguir participando.
-Imagino que siempre has tenido un referente como defensor. ¿Ahora, también aparece alguien que te motive en el paso de jugador a otra actividad dentro del fútbol?
-Ejemplos hay varios que te motivan a intentar y tomarse en serio el trabajo después del retiro. Me gusta mucho cómo trabaja el uruguayo Diego Alonso, cómo se toma las cosas Marcelo Gallardo o lo que está haciendo Diego Milito en Racing. Y ni hablar cómo trabajan muchos ex futbolistas en inferiores. Por ahora, es prematuro. Trato de leer libros de fútbol, biografías de entrenadores y futbolistas para llenarse la cabeza con lo que vivieron y cómo tomaron decisiones así sé qué decidir cuando tenga que pensar qué voy a hacer. El último libro que leí fue el de Gallardo, antes el de Simeone, y más atrás el de Griffa. Variadito.
-Siempre sostuviste que retirarte en Chicago es tu sueño. ¿Cuando ves a la distancia la imagen de los cuchillazos en la tribuna lo seguís pensando?
-Mi sueño es que el final de mi carrera pueda ser en el club donde surgí. Eso no cambia, pero hay circunstancias que tal vez me lleven a variar la decisión. Tampoco voy a ir a la guerra: quiero que mis hijos vayan a verme sin ningún problema, no voy a meterme en la boca del lobo, a pedirle permiso a la barra brava para volver a club. Pero el sueño no me lo quita nadie, veremos cuando llegue el momento. Verlo desde acá es muy llamativo, porque acá no pasa.
-Más si venís de jugar el Mundial de Clubes. ¿Cada tanto te aparece la idea de lo cerca que estuvieron de vencer al mejor equipo del mundo, como es el Liverpool?
-La verdad que es algo que también trato de no recordar tanto. Estoy tranquilo porque no le pudimos ganar, pero hicimos un gran partido y a los pocos días volvimos y salimos campeón de la liga de México. Nosotros tenemos la posibilidad de volver a vivirlo. El año que viene volvemos a jugar la Concachampions y hay que pelearla de nuevo, son menos partidos que la Libertadores. Tenemos plantel para ganar esos ocho partidos y volver a ir al Mundial.
-¿Se nota mucho la diferencia entre lo muy bueno y la élite en un partido así?
-A mí me encantó que estuvimos muy cerca. Nunca entramos pensando que nos íbamos a comer cinco goles como pensaban en México. Nos liberamos, le jugamos de igual a igual, estuvimos muy cerca de ganarles porque los pudimos lastimar cuando estábamos empatando, pero en la última jugada del partido sacaron a relucir esa diferencia, mínima, pero que les alcanzó. Nos quedó todo lo positivo y el sueño de volver a intentar viajar al Mundial.
-Si como decís vuelven a jugar el Mundial el año que viene y te dieran la posibilidad de elegir un compañero de todos los que tuviste en tu carrera. ¿A quién elegirías?
-Para mí es muy importante la buena disposición antes de empezar un partido. Y el compañero que mejor predispuso a un grupo de fútbol fue el Chino Saja, me gustaría afrontarlo con él. Fue el que mejor me llegó y también a mis compañeros a la hora de motivarnos para jugar un partido, sería lindo que el Chino hable antes de salir a cancha. El Chino era más que eso igual: era un profesional que pregonaba con el ejemplo. Decirlo es fácil, pero él lo decía y lo hacía. Si tuviera que elegir a alguien para ir a una guerra, es a él.
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