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A los hinchas de Lanús les gusta definirse como “el club de barrio más grande del mundo”. Algo debe ser cierto porque cuesta encontrar semejante sentimiento de pertenencia por otro lado. Y eso que hay lugares. Es de madrugada y el barrio, el del asfalto y el de la calles de tierra, está en vilo. El equipo que no hace mucho tiempo se conformaba con hacer equilibrio y sostenerse en la primera A ya está entre los cuatro mejores de América del Sur. El triunfo por penales ante San Lorenzo (4-3) después de un resultado global de 2-2 lo dejó donde nunca antes había estado: en las semifinales de la Copa Libertadores.
Hay viento. Hay papeles. Y hay varios personajes que podrían haber salido de un libro de Eduardo Sacheri. El goleador es José Sand, un delantero de 37 años que cumple la segunda etapa en la institución. Lanús es el único lugar donde verdaderamente le fue bien. Lloró en plena conferencia de prensa cuando volvió al club, en enero de 2015. Anoche hizo el gol N° 100 con la camiseta granate y lo gritó como siempre: con rabia, con orgullo. El capitán es Maximiliano Velázquez, también de 37, un histórico que jugó poco más de cuatrocientos partidos; su carrera casi se termina hace un par de meses cuando se golpeó la rodilla contra un poste. Volvió como pudo, pero volvió. Está Lautaro Acosta, la estrella, recientemente convocado por Jorge Sampaoli para el seleccionado argentino. El Laucha, de 29, rechazó millones de China, Emiratos Árabes y México con tal de quedarse en Lanús. “Acá soy feliz. Me dan mucho más que plata”, dice. Casi nadie lo entiende. A veces, ni siquiera su padre. Después de todo, ya probó suerte en España y en Boca, y en ambos lugares pasó sin pena ni gloria. Aparece el arquero, Esteban Andrada, un larguirucho que jugó en los seleccionado juveniles, lo quiso Barcelona (¡sí, el de Messi!), fue a préstamo a Arsenal, de Sarandí, y volvió, a lo sumo, para estar en el banco de suplentes. Una rara lesión del titular Fernando Monetti (se rompió los ligamentos jugando al fútbol tenis en su casa), le dio pista. Andrada no falló en los partidos anteriores ni anoche, cuando contuvo dos penales y se convirtió en héroe. Y la última mención queda para el N° 10, un elegante de fina estampa. Hace pausas, cuida la pelota y pone pases entre líneas. Se llama Román. Pero su apellido no es Riquelme, sino Martínez.
Hay un entrenador, Jorge Almirón, al que le gusta el juego al ras del suelo y el toque corto. Fue el mismo al que echaron a patadas de Independiente. Rara vez su equipo revoleará una pelota. Ya ganó tres títulos en Lanús: Transición 2016, Copa Bicentenario 16 y Supercopa 2017. La mitad de los que tiene el club, que hasta su llegada había logrado la Conmebol 96 (con Héctor Cúper), el Apertura 07 (con Ramón Cabrero) y la Sudamericana 13 (con los Mellizos Barros Schelotto). Almirón ya tiene otras metas y Lanús necesita recortar gastos. Si anoche hubiera perdido, hubiera sido el último partido del DT más ganador de la historia. Pase lo que pase se irá en diciembre próximo.
Hoy Lanús vuela. El barrio siente el inmenso orgullo del humilde que se atrevió a desafiar los límites y que llegó donde nunca había estado. En las semifinales lo espera River. Pero quién puede saber lo que habrá todavía más allá.
El 1-0 de Lanús (Sand)
El 2-0 de Lanús (Pasquini)
Los penales que definieron la serie para el Granate
#LibertadoresxFOX | Revive los dos últimos penales para la victoria de Lanús y el pase a semifinales. pic.twitter.com/SScX2WTBgs&— FOX Sports Argentina (@FOXSportsArg) September 22, 2017