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El Club de los 5: quiénes son los cinco futbolistas que jugaron con Messi y Maradona
"El ‘Enano’ era terrible…" Roberto Abbondanzieri sonríe antes de contar la anécdota. Se acuerda y no puede, ni quiere, disimular la admiración. "Para mí era un juego, pero con los años me convencí de que para Leo no. No, no…, él buscaba la efectividad. Competitivo, obstinado…, tenía que ser perfecto o no le servía. Después de las prácticas con la selección, nos quedábamos a patear al travesaño. Nos parábamos fuera del área e íbamos sumando puntos: si le pegabas al travesaño y la pelota picaba fuera del área eran 3 puntos; si picaba dentro eran 2, y si entraba al arco, 1. Mientras nos divertíamos, ibas perfeccionando la pegada y la puntería. Ahora, cuando veo esos videos en los que Leo hace malabares, mete la pelota por lugares rarísimos o voltea objetos pateando desde muy lejos, yo sé que no le sale porque sí. Siempre lo entrenó, Leo siempre juega para ganar".
A Abbondanzieri se le vuelve a iluminar la cara cuando habla de Maradona . "Diego estaba todo el día con la pelota y entonces a los arqueros nos hacía participar mucho en su entrenamiento. ¡Y cómo me hacía sufrir! Especialmente en los tiros libres y en las ejecuciones de pelota parada. Insistía, insistía, ¡las veces que me hizo revolcar! A Leo le gustaba mucho practicar la definición, entonces yo la pasaba mal en los reducidos porque era muy rápido, siempre iba arriba de la pelota", relata. Y compara. Porque de eso se trata, de transmitir esas íntimas sensaciones que vivieron pocos. Muy pocos. Solo hay cinco hombres en el mundo, vaya si será un club exclusivo. Únicamente cinco futbolistas en la historia jugaron con Maradona… y también con Lionel Messi . Apenas cinco lucen esa condecoración.
Juan Román Riquelme también pertenece a esa órbita especial. "Tuve la suerte de jugar con los mejores, con Maradona y con Messi. Es algo lindo, puedo contarle a mi hijo que jugué con ellos", le relataba a LA NACION hace algunos años. Y subrayaba un concepto que mantiene validez en la antesala de la Copa de Rusia: "La selección tiene una ventaja: al mejor del mundo. Él está muy comprometido y si Messi está muy comprometido, los demás tienen que estar 10 veces más metidos. Tienen que ayudarlo para que el equipo sea competitivo".
Con Maradona, Riquelme tuvo muchas diferencias. Es más, en 2009 renunció a participar en la selección que dirigía el emblema de México 86. Aun así, siempre distinguió al futbolista: "Maradona para mí es único, es el más grande de la historia... Para mi hijo, es Messi". Y amplió: "Tuve la suerte de jugar con él. Con verlo entrenar y hacer la entrada en calor ya estabas lleno. Le daba a la pelota con el hombro, podía hacer jueguitos con cualquier cosa. Como jugador de fútbol fue una cosa increíble. Tuvimos a él y a Messi, los argentinos somos afortunados", zanja Riquelme para cerrar cualquier grieta.
"¿Si Messi necesita estar identificado con su entrenador?", se preguntaba Riquelme ante la consulta de LA NACION. "No lo sé... Messi no necesita entrenador. Para otros no, pero para mí siempre juega bien". Y ampliaba con una explicación muy singular: "A los jugadores de tanta categoría se los puede ayudar, pero les salen las cosas sin darse cuenta. A Messi estoy seguro de que si después de un partido te sentás a hablar con él, y le preguntás por qué hizo tal cosa, te dice: ‘no sé’ Estoy seguro de eso".
Juan Sebastián Verón se suma al círculo cortesano. En su juventud, fue compinche de Maradona. En el final de su carrera, arropó casi paternalmente a Messi. "Me tocó jugar con los dos y vivir la época de esplendor de uno y del otro. En distintas épocas, fueron los mejores. En su tiempo, Maradona. Y hoy, sin lugar a duda, Leo. Las comparaciones no son justas, creo que Maradona y Messi son los dos mejores futbolistas de la historia a nivel mundial. Por suerte me tocó jugar con los dos y vivir la época de esplendor de uno y de otro. Es muy difícil encontrar adjetivos para Leo, todo lo que se dice de él ya queda corto. Cada día de su carrera se ha ido superando a sí mismo".
Verón y Maradona pasaron por todos los estado, de la cómplice amistad a la refractaria distancia. Nada impide que la Bruja asegure: "El mejor gol que vi en mi vida fue el de Maradona en el 86". Messi, hoy es su debilidad. Compañeros de habitación en el Mundial de Sudáfrica, Verón siempre entendió cómo acceder al crack de Barcelona sin incomodarlo. "Me da lástima que no vivimos a Messi como deberíamos haberlo vivido, estuvimos siempre recriminándole cosas que nosotros hubiéramos hecho: yo hubiera cantado el himno así, yo hubiera hecho esto de esta forma. Y no es así: tenemos que disfrutar lo que hace adentro de la cancha y cómo nos representa en el mundo", criticó.
Sobre las diferencias se posa Cristian González , el cuarto privilegiado. El Kily convivió con ambos en los extremos de una década. "He tenido la suerte de jugar con los dos mejores jugadores del mundo en su momento. Por eso también soy un afortunado. ¿Messi o Maradona? Son diferentes a nivel futbolístico y de personalidad. Diego es un tipo que no se puede callar la boca, que se pelea contra el mundo, mientras que a Leo casi que había que sacarle las palabras con tirabuzones. Lo conocí cuando recién empezaba y todavía era más callado. Los dos son cracks y los mejores en su momento. Los comparan y son diferentes por su forma de jugar. Diego hizo campeón al Nápoles y fue campeón del mundo, mientras que de Messi dicen que le falta un título con la selección, pero también ha ganado un montón de títulos con el Barcelona. Hoy en día, en la sociedad se compara todo, y siempre existe ese debate, pero cada uno fue el mejor en su momento".
Ingresa Martín Palermo , el quinto elemento en la sociedad de elite. Atraviesa la vida de los dos símbolos: en 1997 selló con su gol el clásico en el que Maradona se despidió del fútbol, y en 2010, una definición de Messi que devolvió el palo, le sirvió la definición ante Grecia para que su vida cinematográfica tuviera un capítulo mundialista. "Jugar con Maradona fue un privilegio. Llegué a Boca y estaba Diego en el plantel…, uhhhh, fabuloso. Desde mi admiración y la idolatría que sentía por él desde mi infancia, no era nada fácil tenerlo tan cerca. Seis meses coincidí con Diego, hasta su retiro. Y Con Leo, cuando viajaba en el colectivo rumbo a las canchas en el Mundial de Sudáfrica, hasta me costaba tener una conversación por miedo, o por vergüenza…, ni sabía de qué hablarle. Entre la admiración y el respeto que sentía, me limitaba. Recuerdo que en Sudáfrica, nuestras familias compartían el mismo predio, y cuando teníamos el día libre, íbamos juntos en el auto y yo hablaba más con los hermanos de Leo que con él".
Desde el arco, la visión de Abbondanzieri es global. "En 2005 y 2006 aparecía Leo, todavía no era el que el mundo conocería poco después. Por suerte, también compartí con él los años 2007, 2008 y 2009. Era un chico que escuchaba muchísimo, hablaba poco, pero era muy inteligente, observaba todo y copiaba lo mejor de los más grandes. Fue una experiencia justamente al revés en comparación con Maradona: con Diego yo era el más chico, y acá, Leo era el más chico". Y agrega: "Compartí un año con Diego y recuerdo que me angustié cuando se retiró. Luchaba mucho por los demás. Más allá de todo lo que generaba para afuera, él siempre peleaba por sus compañeros. Con Leo siempre supe que iba a ser el mejor, bah, se daba cuenta cualquiera. Gambeteaba todo lo que tenía delante, y jamás sobró a nadie. Nunca quiso exponerse demasiado, pero en la intimidad es cercano y cálido".
Abbondanzieri abrió y cierra las sensaciones del Club de los 5. "Jugué con Diego Maradona, el mayor ídolo del deporte argentino. Ser su compañero era fantástico…, pero después había que convivir en el día a día, y no era nada fácil para mí, que era muy joven. Sentía mucha responsabilidad al entrenar con Diego, no quería equivocarme. Con el paso del tiempo lo fui asimilando como un compañero normal, pero él no era normal. Años más tarde conocí a Leo y pasó lo que nunca imaginé que podía repetirse: el ‘Enano’ tampoco era normal".
Los 5 elegidos
Juan Román Riquelme
Con Maradona jugó en el Boca de Bilardo y, después, también con Veira como entrenador. Por ejemplo, fue Riquelme el que reemplazó a Maradona en su último partido como profesional, en 1997, ante River, en el Monumental. Con Messi compartió la selección en el ciclo de Pekerman, que los reunió en las eliminatorias para el Mundial de Alemania 2006 y luego los llevó a la Copa. Basile también creyó en ambos para la Copa América 2007 y Batista, para los Juegos de Pekín 2008.
Cristian Kily González
A mediados de 1995, Cristian ‘Kily’ González desembarcó en Boca directamente por pedido de Maradona. Estuvieron juntos un año, hasta que el volante rosarino fue transferido a Zaragoza. En la selección argentina, Pekerman lo reunió con Messi en las dos últimas fechas de las eliminatorias para la Copa de Alemania 2006 –en octubre de 2005, 2-0 vs. Perú y 0-1 ante Uruguay–, pero finalmente el entrenador no lo incluyó al mediocampista en el plantel que intervino en el certamen.
Roberto Abbondanzieri
A comienzos de 1997 llegó a Boca para compartir diez meses con Maradona en el plantel xeneize. En 2006 fue el arquero titular de la selección en la Copa de Alemania, y un año después, también defendió el arco en la Copa América de Venezuela. En ambos certámenes coincidió con un Messi de 19/20 años que ya asombraba al mundo. Del distinguido ‘Club de los 5’, el exarquero de Getafe es el que más encuentros jugó en la selección con Messi: 29, 9 con Pekerman y 20 con Basile.
Martín Palermo
Compartió con Maradona la etapa final del ex número 10 en Boca, en 1997. Es más, Palermo marcó el gol de la victoria xeneize en el superclásico que cerró la trayectoria profesional de Maradona. Casualmente con Maradona como entrenador de la selección, con Messi coincidió en la angustiante clasificación para el Mundial de 2010 y luego, ambos, estuvieron en Sudáfrica. El 22 de junio, contra Grecia, Messi fue titular, Palermo entró... y convirtió.
Juan Sebastián Verón
Fue compañero de Maradona durante el semestre que la Bruja pasó por Boca, en 1996, antes de ser transferido a Sampdoria. Con Messi compartió la Copa América de Venezuela, en 2007, con Basile como DT (6 cotejos en el ciclo), y más tarde, también, ambos fueron parte del plantel albiceleste que disputó la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010. Con Maradona en la conducción coincidieron en 10 partidos, mucho menos de lo que el DT le había prometido al símbolo de Estudiantes.
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