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El camino al Mundial 2026 está en marcha: las increíbles historias de los once seleccionados que ya no podrán estar
Un equipo desplazado y 10 eliminados en las etapas eliminatorias previas de África y Asia, donde hay climas hostiles, fútbol en segundo plano y muy poco público en las canchas
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Todavía se escuchaban los ecos de la gloria de la Tercera, aquella final épica contra Francia en el Lusail de Doha. El 7 de septiembre del año pasado, en el Monumental, la Argentina inauguraba las Eliminatorias para la Copa del Mundo de 2026 frente a Ecuador. El partido finalizó 1-0 para el equipo dirigido por Lionel Scaloni, con gol de Lionel Messi a 18 minutos del final. Sólo la notable actuación del arquero visitante Hernán Galíndez (reciente refuerzo de Huracán) evitó que la canción unánime de ese estadio repleto, “Muchachos”, fuera el telón musical de una goleada.
La Conmebol fue la primera Confederación en comenzar el camino previo a la gran cita que se desarrollará en Estados Unidos, México y Canadá. En los dos meses siguientes fue el turno de Asia y de África. Y a esta altura ya hay un desplazado (Eritrea, que debía afrontar el Grupo E de la CAF) y otros diez eliminados de la AFC: Mongolia, Maldivas, Guam, Sri Lanka, Macao, Camboya, Timor Oriental, Brunei, Bután y Laos.
En lo que se refiere a África, reparte nueve plazas de modo directo y una para el Repechaje Internacional: Eritrea decidió ausentarse de la competición. No se trató de una sorpresa: el equipo nacional no compite desde 2019, en las Eliminatorias para Qatar 2022. Por tal motivo, es el único de los 211 equipos nacionales afiliados a la FIFA que no está incluido en el ranking que lidera La Scaloneta.
A menos de una semana del inicio de su participación, la FIFA anunció oficialmente que la Federación de Eritrea no se presentaría a jugar. El debut estaba previsto para el 16 de noviembre ante Marruecos en Agadir.
Eritrea es un país hermético. Para las cuestiones del fútbol y para casi todo lo demás, también. De acuerdo con el informe de Reporteros sin fronteras de 2021, se trata del país con menor libertad de prensa. Según medios africanos, reportados por el diario Marca, la principal razón de la ausencia fue el temor del gobierno del presidente de facto Isaías Afewerki a la deserción de sus futbolistas en los encuentros como visitante. En 2019, antes de un partido frente a Botswana, 10 jugadores pidieron asilo en ese país. Se vivió como una vergüenza para las autoridades. Desde entonces, ostracismo.
Tierra de complejidades, esta ex colonia portuguesa, italiana y británica vive presa de circunstancias hostiles: suelo árido, desierto, calor imposible de soportar, conflictos tribales internos e invisibles. Y todas las huellas que dejaron los colonialistas y la guerra por la independencia frente a Etiopía que duró tres décadas, hasta 1991. Y luego, otro enfrentamiento bélico con el país vecino -anterior opresor- que duró desde 1998 a 2000. No hay azar en el siguiente dato: en el Índice de Desarrollo Humano ofrecido por la ONU, Eritrea ocupa el puesto 176 entre 191 países.
El periodista y narrador Fernando Duclós, creador del espacio @periodistan_ y conocedor de esos rincones, cuenta detalles para el asombro: “En 1995, en Eritrea se encontró el cráneo perfectamente conservado de Madam Buya. Tenía un millón de años. El país está repleto de sitios arqueológicos, ruinas de reinos del pasado, canteras de huesos...”. Huesos de la prehistoria. Y del “presente”, esos que muestran tantos dolores repetidos y no tan lejanos. ¿Y el fútbol? Nada, víctima del contexto.
El Maradona de su historia, Henoik Goitom, el último capitán de este seleccionado que nunca se clasificó a ninguna competición, es una excepción. Nació en Suecia, pero decidió representar al país de su sangre cada vez que pudo o lo dejaron. Jugó en el Udinese: en su debut en 2005, le hizo un gol al Inter; ese año accedió a las semifinales de la Copa Italia. Luego anduvo por la Liga de España y por la MLS. Finalizó su carrera como goleador en el equipo de su ciudad, Solna, en 2021. De inmediato se hizo entrenador. En 2022 condujo al AIK Estocolmo, uno de los grandes del fútbol escandinavo.
Asia ofrece ocho pasajes directos al Mundial y uno para el Repechaje Internacional: en la primera ronda de las Eliminatorias de la AFC, en octubre, se cruzaron los peores 20 seleccionados de acuerdo con el ranking de la FIFA. Mano a mano. Ida y vuelta. Diez pasaban; diez a pensar en el 2030.
Los eliminados fueron Mongolia, Maldivas, Guam, Sri Lanka, Macao, Camboya, Timor Oriental, Brunei, Bután y Laos. Fútbol remoto, ajeno a las gambetas de Messi, a los goles de Haaland y a las corridas de Mbappé, los tres candidatos al reciente Premio The Best de la FIFA.
Pero miren que GOLAZO Maradoniano se mandó Ahmed Majer para Yemén 🇾🇪 contra Sri Lanka 🇱🇰!
— Nahuel Lanzón (@nahuelzn) October 12, 2023
Se gambeteó a todos! pic.twitter.com/rsAvB1iGhc
Sri Lanka -potencia del cricket, pasión de multitudes en este país insular: fue campeón mundial en 1996; finalista en 2007 y 2011- estuvo a punto de quedarse afuera antes de empezar. A principios del año pasado, la FIFA suspendió a la Federación local por injerencia gubernamental. Desde Zurich explicaron entonces: “De acuerdo con los Estatutos de la FIFA, las circunstancias en que se celebraron las elecciones del nuevo comité ejecutivo de la FFSL el pasado 14 de enero constituyen una injerencia de terceros”. La sanción fue levantada en agosto y Sri Lanka pudo participar de las Eliminatorias.
El entusiasmo duró 180 minutos. Yemen lo eliminó con un global de 4-1. El equipo del Golfo Pérsico fue local en Abha, Arabia Saudita, a consecuencia de la situación beligerante en la región. Allí se impuso por 3-0. En la revancha, en Colombo, la capital de Sri Lanka, igualaron 1-1. El encuentro lo presenciaron 3.000 espectadores en el Racecourse (el estadio que suele utilizar el seleccionado de rugby del ex Reino de Ceilán y que alguna vez fue hipódromo y durante la Segunda Guerra sirvió de pista de aterrizaje para los británicos y sus aliados). En un partido de cricket del seleccionado de Sri Lanka hay garantía de “sold out” y récords de audiencia en la televisión o las plataformas de streaming.
El principal vínculo con el fútbol de Maldivas, unas islas paradisíacas en el Océano Índico, suele estar en sus playas. Es uno de los lugares favoritos de los jugadores de élite para sus vacaciones. Por allí, anduvieron, entre tantos Totti, Maldini, Buffon, Mauro Zárate, Zidane.
Sin embargo, considerando que se afilió a la FIFA recién en 1982, ya consiguió resultados valiosos a nivel regional: fue dos veces campeón de la Copa de la SAFF (la Federación del Sur de Asia), en 2008 y en 2018. Hoy ocupa el puesto 161 del ranking universal.
Pero fuera de la comodidad regional, no rinde. Tampoco esta vez: en una eliminatoria pareja cayó frente a Bangladesh -allí donde los hinchas del fútbol laten por Argentina, gracias a los hechizos de Diego y de Lionel- en un global de 3-1 (empató 1-1 de local y perdió 2-1 de visitante). Un detalle sobre el partido de vuelta: se jugó en Daca, la capital bangladeshí, ante 6.729 personas, una cifra infinitamente menor a la que suele convocar la selección argentina por esos rincones cada vez que juega algún partido importante.
La lucha mongola es el deporte nacional de Mongolia. Se la llama localmente “bökh” (durabilidad, traducido al español) y consiste en derribar al oponente utilizando las manos y los pies. Le siguen la hípica y el tiro con arco. Son parte de la tradición, herencia de los tiempos de Gengis Kan.
El deporte de este país -con visión internacional- también está vinculado a esas búsquedas. Mongolia ganó 30 medallas olímpicas en sólo cuatro deportes: boxeo, judo, lucha y tiro. Dos fueron de oro (en boxeo y judo).
¿Y el fútbol? Nada, deporte periférico como en casi ningún otro país. Para el Mundial 2026 se volvió a quedar afuera pronto, pero sin resultados traumáticos. Lo eliminó Afganistán con un doble 1-0. El primer encuentro se jugó en Tayikistán, ya que los afganos están impedidos de jugar como locales. El de vuelta, en Ulán Bator. Concurrieron 2.185 hinchas. Síntoma de la pasión que despierta el fútbol en este país ubicado entre la Federación Rusa y China.
❌🇲🇳 ¡MONGOLIA, SEGUNDO ELIMINADO DEL MUNDIAL 2026!
— Camino Mundial (@caminomundialok) October 17, 2023
✅🇦🇫 En Ulán Bator, Afganistán se impuso 1-0 y selló la llave por un 2-0 global
⚽️ Farshad Noor culminó una gran acción colectiva a los 71 minutos
🔜 AFG, al Grupo A en R2 con Qatar, India y Kuwaithttps://t.co/WkzydI80Af
Guam es una dependencia de los Estados Unidos. En términos oficiales: “Territorio no incorporado de los Estados Unidos”. De acuerdo con el censo de 2021 viven 168.801 habitantes. Pertenece al Archipiélago de las Marianas. Y en la ONU -como las Malvinas- espera desde hace tiempo un fallo del Comité de Descolonización.
Se afilió a la FIFA en 1996, pero la asociación local fue fundada 21 años antes y al fútbol se jugó desde siempre. La mayoría de sus jugadores participan en las categorías menores de los Estados Unidos y de la India.
En las Eliminatorias para Qatar perdió los seis partidos que disputó, incluido un 7-0 contra la India. Ahora, rumbo al Mundial de la Concacaf, tuvo un paso más decoroso: perdió por poco ante Singapur, que ocasionalmente se anima a dar alguna sorpresa. En el partido de ida, de visitante, perdió por 2-1. En la vuelta, disputada en la capital Dadebo ante 1.012 personas, cayó por 1-0.
En la convocatoria estuvo incluido León Morimoto. Nacido en Hawaii, de padres japoneses y representante de Guam, jugó en las inferiores de Independiente y en la Reserva de Temperley hasta mediados de 2023. No sólo se quedó sin Mundial; también se quedó sin club...
La película se llama “A Barefoot Dream” (traducida como Un sueño descalzo) y asombrosamente está inspirada en el fútbol de Timor Oriental.
El guión es de Kim Gwang Hun y de Tae-gyun Kim. En el Palm Springs International Film Festival de 2010 la presentaron con la siguiente reseña: “Después de que una serie de proyectos de ensueño fracasan, el jugador de fútbol profesional retirado Kim Won-kang visita Timor Oriental, donde encuentra a niños jugando descalzos en canchas rocosas. Al percibir una nueva oportunidad de negocio al descubrir que el país no tiene ni una sola tienda de artículos deportivos, se embarca en un plan para enriquecerse rápidamente suministrando calzado deportivo a los jóvenes descalzos. Lamentablemente, nadie allí puede permitirse pagar 60 dólares por un par de zapatos, ni siquiera con un generoso plan de pagos, y antes de que se dé cuenta, se ve obligado a entrenar a un equipo de niños de 10 años andrajosos y las perspectivas se ven sombrías”.
Sirve de retrato para el fútbol de este país insular cercano a Filipinas cuyo idioma oficial es el portugués (idioma de su antiguo colonizador). Formalmente independizado de Indonesia, que lo había anexado tras el dominio portugués, en 2002 inmediatamente se afilió a la FIFA.
En años cercanos su fútbol generó polémica a nivel continental. Su participación internacional levantó críticas entre los rivales debido a la inclusión de jugadores brasileños que no cumplían con los criterios de nacionalización. Por ejemplo: el 16 de octubre de 2015, Palestina presentó una denuncia ante la FIFA tras empatar 1-1 con Timor Oriental. Había puesto siete futbolistas nacidos en la tierra de Pelé.
Pero los resultados nunca llegaron. Tampoco esta vez: ocupante del puesto 200 del ranking, perdió por amplio margen ante China Taipei (Taiwán): 7-0 en el global. Por falta de infraestructura, volvió a ceder su localía. Los dos partidos se jugaron en Takao: 4-0 y 3-0.
Quizás algún día el estadio Nacional de Dili, la capital, volverá a cobijar a un seleccionado habituado a las dificultades que el cine muestra y a otras. En 2006 este escenario con capacidad para 14.000 personas albergaba a miles de habitantes de Timor Oriental que huían de la violencia en las calles. En 2013, la Federación fue disuelta por la FIFA debido a las acusaciones de corrupción y sobornos que pesaban sobre el entonces presidente, Francisco Lay Kalbuadi. Se nombró un Comité Normalizador. En cualquier caso, no parece un fútbol muy normal. Al menos por ahora...
Brunei tiene un simpático nombre oficial: “Estado de Brunei, Morada de la Paz”. Suele ser noticia, sin embargo, por la ostentosa vida de su familia real. Recordemos: se trata de un Sultanato absolutista islámico, independizado del Reino Unido recién en 1984. Todavía no se sabía en detalle que bajo su suelo habitaba petróleo en abundancia y gas. Los mismos que permiten los lujos de la realeza y algunos índices económicos favorables que no alcanzan a toda la población.
Entre la familia dominante, a cargo de Muda Hassanal Bolkiah, el deporte favorito es el polo. Lo practican con éxito, compiten internacionalmente. Todo gracias a los caballos carísimos que suelen comprar y cuidar y a los cracks argentinos que suelen contratar para torneos diversos, algunos de los cuales organizan. ¿Y el fútbol? Nada de nada. Ocupa el puesto 194 del ranking de la FIFA.
Quedó demostrado en esta primera ronda: fue el que peor la pasó. Perdió en modo tenis: un doble 6-0 frente a Indonesia (el único de los 20 equipos de la primera ronda que disputó un Mundial: fue en 1938, como Indias Orientales Holandesas; perdió por 6-0 frente a Hungría).
Lo mejor de Brunei - Indonesia
En cualquier caso, se dio una particularidad que merece ser señalada, tras la goleada sufrida en Yakarta, en el partido de vuelta jugado en la capital Bandar Seri Begawan hubo 17.281 espectadores, una de las mejores convocatorias de esta instancia, sólo superada por los casi 25.000 hinchas indonesios en el encuentro de ida.
El estadio Nacional de Brunei, con capacidad para 30.000 espectadores, tiene un nombre inevitable: sí, claro, el del Sultán.
Continuamos en Asia: Nepal-Laos, la serie más pareja (terminó 2-1 para los tibetanos), desde adentro. A través del programa español “Mundo Maldini”...
Laos, afuera. Tras perder el encuentro de vuelta, como local en Vientián, por 1-0.
Enclavado entre las potencias económicas y políticas de China e India, con una población de poco menos de 800.000, el Reino de Bután es conocido en el mundo por su medida poco convencional de desarrollo nacional: Felicidad Nacional Bruta (FNB). También lo llaman “El País de la Felicidad”. O “El País más feliz del Mundo”. El concepto fue implementado en 1972 por el cuarto rey de Bután, Jigme Singye Wangchuck.
Despojado de las cuantificaciones económicas y socioeconómicas tradicionales (como el PBI o el IDH), Bután evalúa el bienestar general de su país sobre la base de un desarrollo socioeconómico sostenible y equitativo; conservación medioambiental; preservación y promoción de la cultura y buena gobernanza.
“La Felicidad Nacional Bruta es un conjunto de condiciones colectivas que son generalmente necesarias para vivir una buena vida”, señaló Rinpoche, reconocido como la quinta reencarnación de un maestro espiritual, en una entrevista con la BBC en 2021.
Otra vez la misma pregunta: ¿Y el fútbol? No parece un aporte a la felicidad. Ocupa el puesto 184 del ranking de la FIFA y jamás estuvo ni cerca de acceder a una competición continental.
Sin embargo, en esta primera ronda, frente a Hong Kong, sucedió algo curioso. Comenzó del peor de los modos: perdía por 4-0 al cabo del primer tiempo del partido de ida, de visitante. Sin embargo, en el encuentro de vuelta, jugado en el estadio Changlimithang de la capital Timbu, Bután ganaba por 2-0 a los dos minutos del segundo tiempo. Parecía que la felicidad de la victoria era un horizonte posible, pero no. El global fue 4-2 para el ex protectorado británico (hoy parte de la Unica China en condición de Región Administrativa Especial).
Pero en Bután lo saben o lo creen: el triunfo o la derrota no hacen a la felicidad... O algo así.
Félix Agustín González Dalmás es argentino de Buenos Aires. Tiene 35 años (cumplirá 36 el segundo día de febrero), jugó como mediocampista en el fútbol japonés, para dos equipos de Kyoto: Laranja y SP. También, en la temporada 2013/2014 disputó un puñado de partido para Plaza Colonia, de Uruguay.
Se recibió en el Johan Cruyff Institute y ya en 2018 apareció como entrenador del seleccionado de Camboya. Lo condujo hasta agosto de 2020. En ese primer ciclo ganó tres partidos de 13. Pero dejó una buena imagen. Y lo volvieron a convocar para la aventura rumbo al Mundial 2026. Lo contrataron en marzo del año pasado.
Pero en una serie muy pareja, Camboya -un seleccionado marcado por los vaivenes de su historia, obligado en varios tramos a la oscuridad de no jugar por sus propias autoridades- se quedó afuera contra Pakistán. Hubo un solo gol en 180 minutos: lo hizo un inglés de sangre paquistaní, Harun Ar-Rashid Faheem Hamid. Quedaban 22 minutos para llegar al alargue. Pero no. La ilusión de Félix y de Los Camboyanos (como le decían a San Lorenzo a fines de los ochenta) se rompió apenas estaba naciendo.
¿Será la tercera la vencida para el argentino trotamundos? ¿Habrá otra oportunidad de sueño mundialista?
Lo mejor de Pakistán - Camboya
Macao, antiguo territorio de dominio portugués es hoy parte de China (como Hong Kong, Región Administrativa Especial). Tiene su bandera, su idioma oficial (el portugués que se escucha en la radio y la televisión; aunque la mayoría habla alguna versión de chino) y también, claro, su equipo de fútbol.
Pero es famoso por otra cuestión: derrocó a Las Vegas como la Capital Mundial del Juego. Mueve más dinero y hasta cuenta con edificaciones más fastuosas. Los multimillonarios de Asia lo visitan con frecuencia. Ese flujo de plata lo transformó en un espacio de muy alto IDH, en donde conviven las construcciones que lo hacen parecer -por herencia portuguesa- a algún rincón del nordeste brasileño y las inmensidades edilicias de este Las Vegas reloaded.
Pero el dinero no alcanza para mejorar al seleccionado de fútbol, que ocupa el puesto 187 del ranking de la FIFA. Tampoco el aporte del entrenador angoleño (otra colonia portuguesa), Lázaro Oliveira, quien dirige a Los Verdes desde 2020.
En esta primera ronda se despidió ya en el debut: perdió por 5-1 contra Birmania, en Rangún. En la revancha, con los casinos de fondo, igualó sin goles. Macao, por ahora, no es una apuesta confiable...
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