Eduardo Coudet y Racing: un DT pasional para un equipo pasional

Las palabras de Eduardo Coudet suelen contener cosas parecidas a las que muestran sus equipos: audacia, desafío, picardía, dejan una huella. Es un DT que transmite pasión por lo que hace. Estaba claro cuando dijo, en la previa del partido con Belgrano, que "este era el mejor equipo de Racing de los últimos 25 años". Apuntaba a generar un golpe anímico interno y también externo, para que se deje de hablar de Centurión, de la visita de los hinchas, de los arbitrajes, de la presión de Defensa y Justicia, etc, etc. Y así lo reconoció después del triunfo 1-0: "¡¿Qué sé yo si es el mejor Racing de los últimos 25 años?! La verdad es que no me lo puse a analizar, quería que no hinchen más los h… Logré que se hablara de Racing y no de algo externo".

No necesariamente un equipo debe ser campeón para quedar en la historia, pero si lo hace, mucho mejor, sobre todo para la evaluación final de los hinchas. El Racing de Coudet está a un partido de lograrlo y, quizás ahí sí, empiece a competir (en serio) sobre el mejor Racing de los últimos 25 años, el que se siente en la mesa de la Academia de Mostaza Merlo que dio la vuelta olímpica en el Apertura 2001, el equipo de Diego Cocca en 2014 y, quizás, hasta el de Ángel Cappa en el Apertura 1998, que es recordado por su volumen de juego ofensivo.

El Chacho es un DT pasional y le salió decir eso, como cuando pidió (en plena conferencia de prensa) que apaguen el televisor para dejar de ver atajadas de Armani. Esa misma pasión es la que por ahora no le permite levantarle el castigo a Ricardo Centurión porque el tiempo del análisis ya pasó y solo le resta concentrarse en la recta final y en un plantel que traba con la cabeza en cada pelota por el entrenador.

Hace rato que Racing está en la cima de la Superliga, pero el cosquilleo de los partidos decisivos abría un signo de interrogación. Esta vez debía jugar antes que Defensa y ante un equipo como Belgrano que le cierra bien los espacios a los rivales. Sin embargo, no solo empezó a ganar al minuto de juego con una jugada característica de la Academia del Chacho: conducción de un central hasta campo rival (Sigali), cambio de frente para la proyección de un lateral (Mena) y definición de Licha (su gol N° 17 en el torneo), sino que además –solo en el primer tiempo– le generó siete chances de riesgo, contra ninguna del adversario.

Otra de las cualidades que mantiene es el poder de gol y la peligrosidad en las pelotas paradas. Y con un ejecutor como Pol Fernández, las chances de hacer un gol de cabeza tras un tiro libre son mayores.

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