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De Pelé y Maradona a Riquelme y Messi. La marca personal, una herramienta táctica que sobrevive en el fútbol aunque tenga mala fama
La marca personal es mal vista. Cualquier entrenador de fútbol que levante la mano y diga que está a favor, automáticamente recibirá cuestionamientos. La pueden aplicar, pero si pasa inadvertida, mejor. O si se habla lo menos posible de eso, también es un escenario favorable. ¿Por quiénes puede ser mal vista? Quizás primero por sus propios jugadores, después por los periodistas y comentaristas y por último por los hinchas, si encima esa estrategia no dio resultados y su equipo perdió. Por lo general, las decisiones de aplicar una marca hombre a hombre apuntaban a anular a los "distintos", a ofrecerles una oposición mayor a los enganches, sobre todo cuando era normal que se juegue con el sistema 4-3-1-2 o con delanteros que desequilibraban más por la habilidad que por la velocidad y la potencia.
Pero eso también fue evolucionando en el fútbol y los factores pueden invertirse: ahora hasta es común ver a enganches haciéndole marca personal a un volante central rival. Lo cierto es que por más que sea una estrategia que no se vea regularmente, no pasa de moda.
Cuando en el fútbol se habla de "marca personal", la primera referencia que surge es la que le aplicó Luis Reyna a Diego Maradona el 23 de junio de 1985 en la Argentina vs. Perú, en Lima, por las eliminatorias camino al Mundial de México 86. Luis Reyna siguió a Maradona para todos lados. El volante lo molestó, le hizo faltas, logró fastidiar al "distinto" porque funcionó como una especie de estampilla durante todo el partido. Ganó Perú 1-0.
"Tuve que hacer el trabajo sucio. Roberto Chale me encargó esa misión porque mi estilo se prestaba para eso. Cada vez que el árbitro giraba, yo agarraba a Diego, lo tomaba de la cintura para frenarlo. Fui fastidioso, pero no me gustó hacerlo", reconocería varios años después Reyna sobre esos partidos. Es que una semana después repitió la estrategia en el Monumental, en el 2-2 que clasificó al equipo de Carlos Bilardo al Mundial. Hubo una gran jugada de Maradona como wing izquierdo (escapando a Reyna) en la jugada del primer gol de Pasculli. El dato diferencial, en el caso de Reyna, es que lo siguió a sol y a sombra incluso cuando Perú tenía la pelota. Hoy algo así sí sería (casi) imposible de ver.
No fue la primera ni la última marca personal que sufrió Maradona en su carrera. Pero hubo dos más que fueron históricas. La que le aplicó el defensor central Andoni Goikoetxea en la final de la Copa del Rey de 1984 entre Athetic de Bilbao 1 vs. Barcelona 0 (dirigido por César Luis Menotti). Goikoetxea lo tomó preferentemente cuando el 10 del equipo catalán pasaba a campo rival, pero en el conjunto vasco se iban turnando: el punta de lanza de las persecuciones fue Goikoetxea, pero también colaboraba con él Patxi Salinas y otros volantes. Aquella final fue recordada porque terminó en una batalla campal con agresiones entre los futbolistas. Fue el último partido de Diego en Barcelona.
Antes, el propio Goikoetxea había lesionado gravemente a Maradona. Lo había dejado tres meses y medio afuera de las canchas por una terrible patada que le aplicó el 24 de septiembre de 1983, por la 4ª fecha de la Liga española de la temporada 1983/84. El Nº 10 fue intervenido la misma noche, en la Clínica Asepeyo, por el doctor González Adrio y estuvo dos meses sin poder apoyar el pie izquierdo. Hizo la última etapa de su recuperación en Buenos Aires, con el doctor Oliva, y reapareció el ocho de enero de 1984.
Herrón sobre Riquelme y los tiros en los palos
Juan Román Riquelme, uno de los futbolistas más difíciles de neutralizar, una vez dijo que cuando mejor jugaba o cuando más fácil se le hacían los partidos era cuando le hacían marca personal, pero… esa actitud siempre pareció más una estrategia para tratar de condicionar a que no lo intenten neutralizar de esa forma que una situación real. El 10 de Boca, uno de los distintos que dio la historia del fútbol, estaba en contra de este tipo de estrategias.
Mariano Herrón, hoy uno de los ayudantes de campo de Miguel Ángel Russo en Boca, jugaba bien al fútbol como volante central, incluso logró arreglárselas solo para recuperar la pelota en un medio campo de Rosario Central (también dirigido por Russo) que jugaba con tres N° 10: Vitamina Sánchez, Equi González y Mariano Messera. Pero saltó a la fama luego de destacarse siendo figura haciéndole marca personal a Riquelme en la cancha de Ferro. Fue en un Argentinos vs. Boca que finalizó 1 a 1, por la 5° fecha del Apertura 99. El entrenador del Bicho era Osvaldo Chiche Sosa, que repetiría luego la estrategia (con el mismo Herrón) sobre Pablo Aimar, ante River.
Herrón, en aquél momento, se refirió a esos partidos en una nota con LA NACION: "No me molesta que sólo me destaquen cuando marqué a Riquelme y Aimar, aunque me gustaría que también vean que soy capaz de darle la pelota a un compañero. Lo importante es mantener la humildad, saber las limitaciones y todo lo que uno puede dar". Y recordó que en uno de los últimos partidos con River, Aimar se fue expulsado y se fastidió con Herrón cuando lo fue a saludar: "Son las reglas del juego. Tienen que entender que en sus equipos también hay jugadores que están para recuperar la pelota. Ese día, si los dejábamos jugar, perdíamos; así se simple".
¿Qué dijo Riquelme de aquel partido? "Todos se acuerdan del partido que me marcó Herrón, pero ese día pegué tres tiros en los palos. Si metía una, no hablaba nadie", marcó Román en una entrevista con Fox Sports Radio en 2011.
En 2010, Chiche Sosa repitió la fórmula sobre Riquelme con Diego Erroz, dirigiendo a Atlético Tucumán. Fue un 0-0 en la Bombonera. "Si lo dejás solo, Riquelme te gana el partido", dijo el experimentado entrenador en los vestuarios para justificar su decisión: "Cuando tiene la posibilidad, te mete una pelota de gol, te tira una pared… Erroz lo anuló, pero otro día (Riquelme) te gana el partido. Erroz lo manejó bien, no le hizo foules, lo marcó bien y Riquelme se fastidió. Así y todo, tiró un par de paredes…"
Zidane, un exquisito 10 que puso a Kovacic sobre Messi
El 24 de diciembre de 2017, Barcelona goleó a Real Madrid como visitante 3-0. Zinedine Zidane dispuso que Mateo Kovacic intente frenar a Messi con una marca personal. Cambió rol, esquema y jugadores, ya que para jugar 4-4-2 (dejando el habitual 4-3-3) había dejado afuera de los titulares a Isco. No era su primera decisión jugada del DT, venía de ganar ocho títulos en dos años de gestión al frente del conjunto merengue. "Tenía que tener vigilancia con Messi y Kovacic lo hizo bien. Fue una elección. Sé que me van a criticar y dar hostias, pero no voy a cambiar nunca, pase lo que pase", dijo Zizou después del partido.
El día en que Cruyff mandó a Pep a perseguir a Latorre
Ángel Cappa, que fue ayudante de campo de Jorge Valdano, recuerda un Tenerife vs. Barcelona de 1994, en donde Guardiola le hizo marca personal a Diego Latorre: "En aquel Dream Team, Johan Cruyff a veces marcaba hombre a hombre si el contexto lo requería. Y en uno de los partidos que nos cruzamos, Guardiola le fue a hacer marca personal a Latorre", cuenta el ex DT de Huracán y River en el libro "Che Pep", de Vicente Muglia. Así que al ver que por el medio Diego no podía desequilibrar ante la presencia de Pep, le ordenamos que fuera a jugar de wing para generarle un problema a Guardiola: si ir hacia la banda acompañando a su adversario o quedarse en la zona del círculo central que era de su propiedad".
El propio Latorre recuerda: "Guardiola me pedía que no me fuera para la banda. [Hostia, chaval, no te muevas de aquí que este puto técnico me ordenó perseguirte], me decía. El técnico era Cruyff", y agrega: "Fue brillante. Yo jugaba de segunda punta, detrás de Dertycia. Y me movía libre. Cuando me iba a una de las bandas, Guardiola me seguía y me insultaba. No le gustaba salir de su zona de confort. Cuando se iba hacia los costados, se sentía extraño. Además, Pep no tenía el biotipo de hombre que persigue a un rival por todos lados".
"¡Ancelotti, siga al 10!"
Carlo Ancelotti dijo en su libro "Liderazgo tranquilo": "Los grandes jugadores hacen la jugada que debe hacerse: toman siempre la decisión justa. Eso es lo que los hace más difíciles de marcar, primero la decisión, luego la habilidad", y cuenta su experiencia como jugador, teniendo que aplicar tácticas distintas a las que hacía en la Roma con el técnico Nils Liedholm y en la selección de Italia con Enzo Bearzot. "Yo, ahora como entrenador, no podría ser tan rígido como Bearzot. Cuando jugaba para él, siempre repetía que había que marcar al hombre, incluso en el Mundial 86. Marcar al hombre, en todos los partidos. Naturalmente, este método era perfecto para mi amigo Gentile. El entrenador le decía: [Tú dale patadas a todo lo que se mueva en el campo. Y también a la pelota. Si le das a la pelota, bien también]. Gentile marcaba a los mejores jugadores: Zico, Maradona… Yo no estaba acostumbrado a marcar hombre a hombre, con Liedholm teníamos libertad para marcar en zonas".
Y siguió el relato: "En 1984, Italia jugó un partido amistoso con Bolonia y yo fui de suplente. Cuando Bearzot me llamó para entrar, me dijo: [Marca al N° 10]. Salté al campo y me esforcé por localizar al número diez. Vi al 3, al 14, al 15, pero no encontraba al 10. Bearzot me gritaba desde el banco: [¡Marca al N° 10!] El tema es que al 10 lo habían reemplazado y Bearzot no se había dado cuenta. Al final del partido se enfadó conmigo y me gritó: [¡Te dije que marcaras al 10!] Quise explicarle, pero no podía discutir con él".
Las 23 faltas de Gentile contra Maradona
Lo señalaba Ancelotti. Además de Goikoetxea, otra marca histórica que recibió Maradona fue la del italiano Claudio Gentile, en el Mundial de España 82, en el que Italia venció a la Argentina 2-1. El 29 de junio le hizo 23 faltas para frenar a Maradona, algunas de ellas desleales, con patadas o codazos directos de agresión. Si en el fútbol argentino el promedio "lógico" es que cada equipo (en su conjunto) haga entre 13 y 15 infracciones por partido, la estadística de Gentile supera toda marca de fair play. En ese Mundial, Gentile aplicó la misma estrategia ante Zico (Brasil) y Lato (Polonia). Maradona se quejó después del partido y el italiano dijo: "El fútbol no es para bailarines".
Gentile reconoció tiempo después que hoy no podría hacer una cosa así, los árbitros actuales, la influencia de la TV y el contexto de la evolución del fútbol no se lo permitirían: "Estuve viendo vídeos los dos días antes del partido para ver cómo tenía que marcar a Maradona. No podía permitir que Maradona se diera la vuelta, que tuviera el balón de frente a nuestro arco. Lo hizo una vez y no pude pararlo. Evitar el desequilibrio de Maradona era el principio de la victoria de Italia. Sé que hoy no podría repetir el marcaje que le hice. Yo era inteligente. Ahora se marca por zona, antes marcabas el territorio que no es lo mismo. Seguías al hombre. La misión de años atrás era que el rival no se moviera", declaró Gentile en 2011. El motivo era claro para él: "Utilicé todas mis armas dentro del límite. Ahora todo es examinado con detalle y los defensas lo acusan. La televisión va en contra de los defensores".
Esa situación lo dejó marcado a Maradona: "Cada vez que intentaba recibir la pelota, Gentile me daba 'tac', en los gemelos. Y yo no me podía dar la vuelta. ¡Ni lo amonestaron!", explicó 18 años después en su biografía "Yo soy el Diego". Y en el Mundial 2010, como DT de la Argentina, Maradona reaccionó así ante una marca sufrida por Messi de Gerardo Torrado, en la victoria albiceleste sobre México 3-1: "A Messi no lo dejaron jugar y le pegaron patadas terribles, y el árbitro no dijo nada. Si a Torrado le sacaban la roja, era normal. ¿Volvemos a la época de Gentile, a 20 años atrás? Cuando Messi la agarraba, en vez de ir a la pelota, iban a las piernas. Fue escandaloso".
Estrategia de Klopp: Götze sobre Xabi Alonso
En febrero de 2013, Jürgen Klopp ya revolucionaba al fútbol dirigiendo a Borussia Dortmund y pensaba de su equipo: "Nosotros queremos ser muy rápidos con la cabeza y las piernas. Todo a máxima velocidad. No hay defensa frente a lo que hagas de forma rápida y precisa". Velocidad y precisión. Y en este caso el DT no le aplicó una marca personal a un jugador ofensivo o enganche, por el contrario, mandó a un enganche a tapar a un volante central. Recordó un cruce con Real Madrid, por la Champions League, en donde mandó a Mario Götze a marcar a Xabi Alonso: "Nuestro plan fue intentar dejarle la pelota al Real porque sabíamos que ellos tienen problemas cuando dominaban el balón. En ese contexto, la estrategia fue evitar que juegue Xabi (disculpa, Xabi, pero ese era el plan A). Porque si Alonso puede jugar como quiere, es imposible defenderse del Real Madrid. Y Gotze lo tapó. Gotze se le pegó y, bloqueado Xabi Alonso, obligabas a Pepe a tener siempre el balón. Y eso supone una diferencia", contó hace unos años en una entrevista con el Diario El País, de España.
En el fútbol moderno se hizo más normal que los entrenadores buscaran "tapar" a los iniciadores del juego (el volante central) o bien al mediocampista central que no iniciaba pero que podría ser el principal nexo (el segundo pase) para luego unir líneas entre defensores, volantes y delanteros.
El 14 de febrero de 2009, por la 2ª fecha del torneo Clausura, Carlos Ischia, técnico de Boca, debió improvisar con Juan Forlín (defensor central) como Nº 5 ante las bajas de Battaglia y Álvaro González. Roberto Sensini, DT de Newell’s, le puso una marca personal. Si de por sí Forlín no se iba a sentir demasiado cómodo jugando con menos espacios en el centro del campo, menos con un rival que le esté encima durante todo el partido. Mauro Formica, un jugador habilidoso y ofensivo, le hizo marca personal a Forlín. Se paraba delante de él cuando Boca salía e impedía que fuera una alternativa de descarga. Así, Newell’s quedaba 6 vs. 4 en la zona 2 y potenciaba el quite y la imprecisión xeneize, que con su volante central tapado no tenía descarga corta y recurría a cambios de frente largos para sus delanteros que fueron interceptados por los rapiditos Sperduti y Vangioni.
Como Forlín es un jugador técnico, la única vez que Formica se olvidó de tomarlo él le puso un pase gol a Noir. Pero Formica le ganó (casi) siempre. La estrategia era tapar a Forlín y, cuando era superado por la línea de la pelota, salir a presionar a quien la trasladaba con un volante para hacerle el 2-1. Esa tarde Newell’s ganó 2-0 en la Bombonera.
El León Ponzio, con Passarella y Gallardo
Daniel Passarella, como DT de River, empezó a ganar un clásico ante Boca en el Monumental con una jugada arriesgada en 2007: ubicó a Leonardo Ponzio de lateral izquierdo para que se encargue de un Rodrigo Palacio que lastimaba mucho como wing derecho. En un esquema 3-6-1 dispuesto por Passarella, el N° 5 se desdobló entre ser volante de salida y lateral izquierdo para tomar al delantero rival. La apuesta le salió muy bien, más allá del resultado, que benefició al equipo millonario por 2-0.
En 2015, en la final del Mundial de Clubes entre Barcelona y River, Marcelo Gallardo -nuevamente con Ponzio- intentó hacerle una marca personal a Iniesta. Ponzio y Kranevitter terminaron amonestados al final del primer tiempo y el equipo millonario debía revertir el 0-1 de Messi, pero -desde lo táctico- había hecho una muy buena primera etapa. Presionando alto (quizá demasiado, teniendo en cuenta lo bien que jugaba el arquero Bravo), sin dejar mover a Barcelona y tratando de aplicar contraataques directos. La faceta ofensiva no salió bien, pero defensivamente era meritorio lo de River, con Ponzio haciéndole marca personal a Iniesta y con Alario bloqueando desde atrás a Busquets.
Cazador cazado: cuando le hicieron marca personal a Ponzio
El 17 de marzo de 2012, River tenía un planteo súper ofensivo con Matías Almeyda como técnico. Agregó un delantero (Trezeguet) y salió un volante central (Cirigliano) frente a Deportivo Merlo, en un 4-3-1-2 que por momentos fue 3-4-3 o 4-4-2, con el Chori Domínguez retrasado como doble 5. Ahora bien: ¿qué fue lo que pensó Néstor Ferraresi, DT rival? Planificó el partido con un pizarrón imaginario y sacando flechas con los piques de Ocampos por la izquierda, de Carlos Sánchez por la derecha; las proyecciones de los laterales Vella y Juan Manuel Díaz, y la movilidad y el desequilibrio en el uno contra uno que podían generar Domínguez, Trezeguet y Cavenaghi. ¿Por dónde empezar a defenderse? ¿A quién tomar primero?
Deportivo Merlo decidió contener a River con una presión bien alta y asignándole una marca personal a Leonardo Ponzio. ¿Por qué al N° 5? Buscó taparle a River el primer pase. Una cosa era bloquear de frente a Ponzio y otra tener que correr desde atrás a Domínguez. Además, pensado eso ofensivamente, si Merlo recuperaba en la zona de Ponzio, quedaba a tiro del arco de Vega. El encargado fue Matías Díaz, que -posicionado casi como enganche- en menos de un minuto de comenzado el partido (a los 27, 34 y 59 segundos) ya había tapado tres veces a Ponzio, quitándole la pelota u obligándolo a jugar para atrás con Vega. Sin ese nexo, el conjunto millonario podía atacar con cuatro delanteros, pero si no les llegaba la pelota... River terminó goleando 3-0, pero le costó destrabar ese cerrojo.
Rattín vs. Pelé, en la Copa de las Naciones 1964
Uno de los triunfos más memorables en la historia del seleccionado argentino ante Brasil. Por la Copa de las Naciones de 1964, se enfrentaban en el Pacaembú. El encargado de la marca personal a Pelé, originalmente, era Juan Carlos Mesiano. Pero Mesiano se excedió en algunos contactos. Pelé, que no se andaba con vueltas, en un cruce, lo noqueó. Ingresó Telch en lugar de Mesiano, pero el que pasó a tomar marca personal a Pelé fue Antonio Ubaldo Rattín. En el primer cruce, el volante central de Boca lo apuró y lo dejó revolcado en el piso. Pelé lo buscó a José Manuel Ramos Delgado (compañero suyo en Santos) y con Rattín adelante y señalándolo le comentó: "José, dile a Antonio: con fuerza sí, pero no con golpes, que lo saco también". Ramos Delgado se acercó a Rattín y le dijo: "Marcalo duro, pero no le pegues porque te saca de la cancha con un codazo. El Negro no jode, te desmaya…". Pelé casi no tocó la pelota y la Argentina ganó 3 a 0 con dos goles de Telch y otro de Onega. "El Negro era bravo. Pero yo respeté lo que pidió y al final del partido me vino a felicitar por cómo lo marqué", le dijo Rattín hace unos años a LA NACION.
Pity Martínez sobre Wilmar Barrios
En Marzo de 2018, River le ganó la Supercopa Argentina a Boca al vencerlo 2-0 en Mendoza, y Gonzalo Martínez fue tan importante con su trabajo ofensivo como defensivo. Marcelo Gallardo sorprendió más a Boca desde cómo doblegó jugadores en todo el campo que desde el dibujo táctico inicial. Pensó un 4-3-1-2, con Pity Martínez como enganche y con la doble función de ganarle la espalda a Wilmar Barrios cuando su equipo tenía la pelota y también de hacerle marca personal al mediocampista colombiano cuando el xeneize intentaba salir jugando desde su arquero Agustín Rossi. Que River haya anulado al mejor jugador de Boca de los últimos partidos significó un buen resumen para explicar su dominio territorial en toda la cancha durante el primer tiempo.
Sabella, Van Gaal y la batalla del Itaquerão
Mundial 2014, Argentina 0 vs Holanda 0, en el estadio de San Pablo: presión en la mitad de la cancha, marcas asfixiantes sin necesidad de abusar de las infracciones (sólo 10 de la Argentina contra 15 de Holanda), movidas de ajedrez, paciencia de ambos lados para jugar la pelota el mayor tiempo posible sin ponerla en riesgo, infinidad de pases atrás hacia los arqueros. Durante 120 minutos hubo apenas tres situaciones de gol.
El pizarrón de Van Gaal fue interesante, como en toda la Copa: sorprendió con la inclusión de De Jong y aun así tenía la chance de armar cuatro equipos posibles desde el dibujo táctico. Pero, como se suponía, volvió al 5-3-2 que había utilizado ante España, Australia, Chile y México porque no le había conformado el 3-4-3 planteado ante Costa Rica. No sólo eso: Wesley Sneijder arrancó haciéndole marca personal a Lucas Biglia, para taparle ese primer pase; Wijnaldum tenía que controlar de cerca a Mascherano (no encimarlo, tenerlo ahí), De Jong fue con Messi, Kuyt con Lavezzi y Blind con Enzo Pérez; incluso Van Persie, en el retroceso, tenía que bajar hasta la mitad de la cancha para tener en la mira al central Garay en caso de que fuera alternativa de descarga. ¿Qué estaba en la mente de Van Gaal? Obligar a la Argentina a jugar por el callejón central, presionar y esperar el momento justo para anticipar, robar, y tratar de llegar en tres toques hasta Romero. Un par de veces logró que sus rivales cayeran en la trampa.
Pablo Guede, mientras fue DT de San Lorenzo, decía: "Nosotros trabajamos la marca hombre a hombre dentro del área. ¿Quién te va a hacer el gol? ¿El que tira el centro o el que está dentro del área? Marcalo, agarrá a uno, chocalo y movelo para que la pelota siga de largo".
Messi gambeteó dos veces en la misma jugada a Balenziaga
El 30 de mayo de 2015, por la final de la Copa del Rey, Mikel Balenziaga, lateral izquierdo del Athletic de Bilbao, tuvo la responsabilidad de perseguir a Messi. Donde fuera, Balenziaga lo seguía. Hubo veces en las que el 10 de Barcelona cambió de banda, y el lateral zurdo de toda la vida se reconvirtió en diestro. En esos momentos el Athletic jugaba con dos hombres en la misma posición. Messi hizo dos goles para el triunfo 3-1 contra el equipo dirigido por Ernesto Valverde. "Me preguntaban si Messi es imparable. Si no es imparable, pues casi", reconoció quien sería su futuro DT tras el partido.
Messi estaba con cara de pocos amigos y, fastidioso, pareció insultarlo un par de veces a Balenziaga. El plan funcionó hasta el minuto 19. Hasta que Messi transformó ese enojo en energía: recibió como wing derecho, gambeteó a cinco jugadores en esas corridas típicas que hacía de derecha al centro y convirtió un golazo. Al primer jugador que se le escapó fue a Balenziaga y lo hizo por duplicado, porque el lateral logró retroceder y volvió a intentar frenarlo. El segundo gol de Messi fue anticipando en posición de 9, dejando a su marca personal lejos. "El plan era que yo estuviera encima de él durante todo el juego y, a pesar de estar marcado por el hombre, demostró que era un jugador especial, y que cuando está en él, es imparable. Hicimos todo lo posible, pero fue simplemente imposible", reconoció Balenziaga luego, que vio la tarjeta amarilla a los 12 minutos del segundo tiempo por reiteración de faltas.
Algunos ejemplos de marcas personales en la historia del fútbol. Apenas eso. Sergio Hernández, el exitoso entrenador de básquetbol, hace unos días, en una entrevista con Alejandro Fantino por ESPN, contó la siguiente anécdota: cuando hizo un cambio para intentar frenar un talento rival que los estaba pasando por arriba. Se trataba de Kevin Durant. La selección argentina estaba jugando un amistoso preparatorio para Río 2016 y el alero había hecho cuatro triples en cinco minutos, Argentina perdía por 20 puntos de arranque.
"Ese día, Durant salió decidido a que el partido dure lo menos posible, como si dijera: bueno, vamos a terminar esto rápido. Entonces yo hablo con Gabriel Deck y lo pongo para que lo marque. Le digo: "La única manera de frenar a estos tipos es evitar que reciban la pelota, porque una vez que la reciben, chau. Por más que quieras marcarlo así, asá…" Pero hay momentos en los que uno sabe que no se puede hacer nada. Y en un momento, Durant me ve que le estoy diciendo algo a Deck sobre cómo marcarlo. Me mira y me dice: "No way, coach". Me estaba diciendo: "No hay manera, entrenador. Hagas lo que hagas, no me van a frenar".
Y el ejemplo sirve para graficar que es realmente así. No hay estrategias o decisiones que tengan un porcentaje de aciertos del 100% en el deporte y menos en el fútbol. Por más que un director técnico disponga de una marca personal, contra determinados genios nada garantiza nada. La marca personal termina siendo una herramienta más que viable, claro, aunque tenga mala fama. No todas fueron/son exitosas. Como toda decisión en el deporte, juegan los contextos y los individuos. Y el trabajo colectivo. La marca personal forma parte de una estrategia, siempre y cuando se haga dentro de los parámetros válidos del reglamento, para intentar anular a un jugador distinto del rival. Aunque no tenga buena prensa y no se vea seguido, se sigue utilizando como recurso. A veces da resultados y, a veces, haga lo que haga un DT, ese adversario "distinto" lo puede mirar en medio del partido y decirle: "No way, coach, no way…".
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