Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.
David Trezeguet: de la intriga sobre el futuro de Gallardo al giro empresarial de los futbolistas
Jugó en la B con River y con Juventus, difícilmente vaya a repetirse otro caso en la historia. También salió campeón del mundo con Francia, y a los dos años marcó el gol decisivo para ganar la Eurocopa. Descendió con Hércules, perdió la final de la Champions League 2003 y participó de otra final del mundo en 2006, pero su penal pegó en el travesaño y se le escapó. Nació en Rouen, vivió en Montecarlo y ahora reside en Turín, pero se crió en Villa Martelli y se siente más argentino que nadie. Debutó a los 16 años en Platense, y a los 37 se retiró en el FC Pune City, en la ciudad de Hyderabad, la quinta aglomeración urbana de la India. David Trezeguet conoce el fútbol desde todos los rincones.
Lo puso en primera Ricardo Rezza, y luego lo dirigieron Carlo Ancelotti, Fabio Capello, Marcello Lippi, Didier Deschamps y Claudio Ranieri. En los comienzos de su gestión, José Pekerman le siguió los pasos, pero enseguida se lo llevó Jean Tigana a Mónaco. El pibe que empezó con Coudet, Espina, Dalla Libera y Saturno, después jugó con Buffon, Del Piero, Cannavaro, Ibrahimovic, Nedved y Edgar Davids, entre tantos. Se sentó en la mesa con el príncipe Alberto Raniero y ahora se reúne con el magnate Andrea Agnelli, heredero del emporio, presidente de Juventus. Trezeguet sabía cómo moverse en el área, pero desde hace un tiempo eligió escapar de esos límites. La vida le propuso otro reto. Responde como futbolista, pero en casi todas las explicaciones aparece el embajador, el manager, el director deportivo o el secretario técnico. El Trezeguet de 43 años que ya no vive del gol.
Robert Pires, Viera, Henry y Trezeguet eran los pibes de Francia que marchaban hacia el título en 1998. En ese vestuario habitaban Laurent Blanc, Didier Deschamp, Marcel Desailly, Lilian Thuram, Zinedine Zidane... ¿Se podía levantar la voz? "Éramos muy aconsejados por los más grandes, pero también nos dejaban ser. Esos fueron años muy especiales de Francia como nación, años de integración cultural, interracial, y aquel plantel lo representaba. Había lugar para todos. Y creo que la muestra más elocuente de esto, que confieso que por entonces no entendía, fue la definición por penales contra Italia, en los cuartos de final. El entrenador, Aimé Jacquet, nos preguntó, abiertamente, primero a mí y después a Henry, si queríamos patear un penal. Teníamos 20 años. En casa, contra nuestro clásico..., si no nos iba bien quedábamos afuera. Y se vivió con naturalidad", recuerda Trezeguet. A David le tocó patear después que el arquero Gianluca Pagliuca le atajara el remate a Lizarazu. ¿Tensión? Fue gol de Trezeguet. También convirtió Henry. Antes, Zidane, y el último, Blanc. Francia a semifinales, camino a la gloria.
–A los 22 años eras campeón de Europa y del mundo. ¿Cómo no te mareaste..., o te mareaste?
–Siempre trate de aconsejarme a mí mismo que debía divertirme adentro de una cancha. Cuando tenés 18, 19, 20 te debés divertir, ya llegará la edad para tomar las responsabilidades. A esa edad debes disfrutar, y si te equivocás, aprendés de esos errores. Esa fue mi filosofía, y me sirvió, porque no me cree presiones. El jugador diferente es el que provoca, el que juega, hay edades en las que se debe jugar sin condicionamientos.
–El fútbol es una industria llena de intereses y urgencias. ¿Hay lugar para divertirse?
–El fútbol ha experimentado un cambio muy grande en los últimos años. Hoy el futbolista, además de ser un profesional –que en todas las épocas lo fue–, ha tomado un perfil mucho más empresarial. Están mucho más atentos a las redes sociales, a la influencia de los representantes e, incluso, a las políticas de sus clubes. Se han perdido un poco las costumbres de juntarse y hoy el jugador es mucho más individualista. ¿Es bueno o malo? Es la tendencia de hoy y nos tenemos que adaptar.
–Pero te gustaba más aquello...
–Cambió. Antes decidía el entrenador y basta. Ahora hay mucho más diálogo, y en algunos casos es bueno y en otros no. Hoy los técnicos están muy atentos a la gestión y los veo muy pendientes de cómo dicen las cosas. Yo crecí con cuerpos técnicos de cuatro o cinco personas y hoy el cuerpo técnico de la Juventus es más numeroso que el mismo plantel. El jugador cambió: interviene más en temas contractuales, se involucra en sus derechos económicos, en el manejo de su imagen: elige mostrarse más. Antes había un criterio mucho más reservado, ahora se impulsa más la exhibición. Y ese criterio no sólo lo comparte el jugador, sino también su familia, su ‘entourage’ [entorno].
–El riesgo es la vanidad, la frivolidad, que el interés por el juego sea secundario.
–Bueno, yo peleo por eso, porque no se pierda la esencia del jugador de fútbol. Antes no nos abríamos demasiado al público, y hoy se interactúa de manera cotidiana con el público. Y es lo que me toca ver como embajador de Juventus cuando nos desplazamos a otros continentes. Hoy el jugador está mucho más en contacto, pero hay que estar atentos porque estamos copiando un formato a lo americano, que tienen una cultura del deporte completamente diferente a la nuestra. Yo no quiero que se pierda la esencia. ¿Qué amamos? El fútbol, el juego. El resto es bonus. Que un jugador muestre su intimidad puede gustar o no, pero lo que realmente nos gusta de ese jugador es lo que hace en la cancha. A veces, exponerse tanto no es lo más aconsejable, pero es una nueva realidad.
–El tema son los límites. ¿Hasta dónde?
–Claro, y aparece también ese doble juego de que mostrás cuando las cosas van bien y no mostrás cuando las cosas van mal. Habría que aprender a negociar, diría. Y después, todo se mezcla: no jugaste bien el domingo y fue porque el jueves te sacaste una foto con un amigo en un restaurante... Nunca fui un amante de las redes sociales, pero me doy cuenta de que las audiencias están muy atentas. Y hay que encontrar el punto para satisfacerlas.
–Cada día crece la brecha deportiva entre Europa y Sudamérica. ¿Hasta dónde llegará?
–Mirá, para 2024 se anuncian grandes cambios en Europa. Se terminan los derechos televisivos y cada vez se escucha más un pedido de los clubes de cierto nivel: hacer una Superliga. Se habla de jugar los torneos locales en días de semana y la Liga de Campeones los fines de semana, porque no sólo representa el partido en sí, sino todo el movimiento, por ejemplo, de Juve o Bayern Munich, digamos, yendo a jugar a Barcelona. Yo crecí con una frase muy interesante de Florentino Pérez. Le preguntaron si él competía contra el Barcelona y respondió: ‘No, yo no compito contra Barcelona, compito contra Euro Disney. Cuando vienen a jugar contra Real Madrid, quiero que esa sea la cereza, pero que antes y después disfruten y gasten en la ciudad’. Dijo una gran verdad y es un poco lo que están buscando acá.
–Un show integral, más dinero...
–En Europa, y especialmente en Inglaterra, detrás de los clubes hay propiedades muy importantes, con un fondo económico fuerte. Como cualquier propietario que invierte, quiere ganar dinero. El fútbol europeo todo el tiempo está pensando en abrir mercados en EE.UU., en China, en Australia..., se piensa en un formato muy NBA, muy americano. El fútbol americano ha firmado un contrato por cinco años con Tottenham, por ejemplo... El movimiento está claro y sólo se ha parado un poco ahora por la pandemia de coronavirus. Entonces, cómo no suponer que la brecha entre Europa y Sudamérica seguirá creciendo.
–Si esa es la búsqueda, ¿la mentalidad dirigencial de Sudamérica no es antigua?
–Para cambiar ciertos aspectos, los contactos son fundamentales en una parte de la dirigencia de un club. Cuando vos no tenés ese alcance, o no tenés credibilidad, o simplemente no te conocen, necesitás que el exfutbolista se involucre y le hagan lugar. El jugador tiene una imagen que no tiene el dirigente, más allá de que sea un empresario de enorme suceso. En los exjugadores el fútbol sudamericano tiene una potencialidad que debe aprovechar. Europa lo hace: Pavel Nedved es nuestro vicepresidente, Zanetti el del Inter, Maldini en Milan... Sus palabras son tomadas mucho más en consideración que lo que dice un propietario o un dirigente.
–¿Creés que el fútbol argentino puede hacerlo?
–Argentina puede hacerlo, claro. Pero hay que prepararse, hay que saber dialogar, hay que tener una agenda y contactos. Y especialmente, tenés que estar bien visto. Los errores de imagen y conducta, se pagan. Hay que ser serios. Conseguir que se abran las puertas es fundamental. Me alegra saber que varios exjugadores se vuelcan a este trabajo, pero sólo si realmente quieren aportar y trasformar el escenario. No por comodidad. Hay mucha gente que esta cómoda donde está y no produce nada. Acá lo importante es entrar, proponer y cambiar.
–Tendría que ceder la vieja clase dirigente.
–Sí, y a la vieja clase dirigente argentina le cuesta ceder. Pero que Milito haya estado en Racing, que esté Seba Verón... Gente que está aprendiendo, pero que tiene experiencia internacional. Yo te puedo garantizar que se si Seba Verón o Milito crean un movimiento, va a ser mucho más sostenible y creíble que cualquier otro dirigente.
–¿La imagen del fútbol argentino está muy dañada en Europa?
–No ha sido sencillo. Mirá, creo que la gran ventaja del fútbol europeo con respeto a la Argentina es que está desprendido de la política. Es una individualidad. El fútbol no está condicionado por la política. El fútbol europeo nos sigue envidiando nuestros futbolistas, entonces debemos concentrarnos en hacer bien ese trabajo. Al futbolista bueno, a Neymar y al ‘Kun’, digo dos y podría nombrar 200, viene el club europeo y te lo lleva. Y eso, para la subsistencia de cualquier club de Sudamérica, sigue siendo esencial. Después, un club de Europa puede renunciar a un jugador porque te aclara: ‘Yo vengo a buscar un jugador de fútbol, no los problemas’. ¿A qué me refiero? El peso, la cotización del dólar blue, el paralelo. Por eso las famosas cláusulas liberatorias fueron lo mejor para el fútbol europeo: 10 es 10, y basta de problemas.
–¿Trabajarías en la Argentina? ¿O quedaste marcado por tu participación en las elecciones de 2017 en River?
–No, no, yo puedo trabajar en cualquier lado y siempre estaré disponible para la Argentina. Hay un gran margen de crecimiento en materias como imagen y marketing. En el fútbol europeo está todo dicho y hecho, hay una idea y un objetivo. En cambio, en el fútbol sudamericano hay mucho por hacer. Hay que sumarle juventud a la dirigencia argentina, otro espíritu, otras ideas, otra predisposición. Yo siempre quise quedarme en la Argentina para poder aportar otra visión, para sumar lo que sé. Una visión mucho más neutra: yo me fui a los 17 años del país y no formé ningún vínculo con nadie, más allá de los afectos, entonces yo soy un personaje neutro. Yo no le debo favores a nadie.
–Dos preguntas muy actuales. ¿Cómo evaluás el VAR?
–En Europa hay un concepto cultural diferente, pero de todos modos, también hay problemas. En Alemania respetan el VAR de una manera diferente a Italia y España, y en Inglaterra, más todavía. Hoy, sin público, sin ruidos, todo está focalizado en el campo, y hay jugadas que ni se consultan y no se explican. Sigue habiendo confusión. Hubo una propuesta que se le acercó a la FIFA: integrar al VAR a exjugadores, con otro olfato para analizar las acciones. Pero la respuesta fue negativa.
–¿Y la FIFA no se olvida de Sudamérica en la entrega de los premios The Best?
–Y..., sí, no es justa. Vuelvo: el fútbol europeo se mira solo a sí mismo. La prioridad es el fútbol europeo, y está a la vista. Los criterios de elección tendrían que cambiar, sí, pero cuando vos ves un poco el panorama y advertís que al continente asiático sólo le interesa el fútbol europeo, y con África pasa lo mismo, igual que en los Estados Unidos..., entonces, automáticamente, Sudamérica pierde protagonismo. Y a la hora de elegir y premiar, atender a las audiencias más masivas es vital. No nos engañemos.
"No será sencillo que Gallardo, en otro lado, tenga el poder que desarrolló en River"
Sólo una temporada coincidieron Trezeguet y Marcelo Gallardo en Mónaco, la 1999/2000. Y salieron campeones. Juntos, convirtieron 30 goles. Pudieron reencontrarse en River a mediados de 2014, cuando el goleador volvió de su préstamo en Newell’s y Gallardo llegaba de Nacional como un técnico casi desconocido. No hubo coincidencias, y hoy no hay rencor. Sí, recuerdos, elogios y una observación de cara al futuro del entrenador.
"Cuando nos conocimos, él tenía 22 años y yo 21, porque él es un '76 y yo soy un '77. Éramos muy jóvenes, cómo imaginar el técnico que sería Marcelo. En esa época, yo venía a un pibe que disfrutaba de jugar. Él era la magia del fútbol y a mí me gustaba hacer goles. Él le devolvió la identidad a River, esa identidad con la que él creció. La esencia del protagonismo, el cuidado por las inferiores y jugadores de un prestigio notable. Y se ve, y le entiendo su malestar, cuando descubre que sus grandes jugadores ya no van a grandes clubes europeos, como sí sucedía cuando él jugaba. Él lo ve como un punto negativo, porque después de haberlo hecho crecer, seguro que desea que un jugador suyo vaya a un club de prestigio. Y no se cumple. Ahí hay un trabajo que hacer, está a la vista, es una evidencia y no una interpretación. Hay que trabajar, mejorar los contactos...", advierte David.
–¿Lo que le hubiese dado Trezeguet a River como de manager?
–Creo que eso forma parte de mi curriculum, y tendría que demostrar esos contactos, que después, pueden ser positivos o negativos. El jugador joven debe seguir creciendo, y el lugar es Europa, y en clubes de prestigio.
–En estos años, River no ha vendido prácticamente a ningún futbolista a la elite. ¿Por qué?
–Eso demuestra que hay un trabajo para hacer. Hay que encontrar el motivo. ¿Por qué las potencias del futbol europeo, que tiene la solvencia económica, no se los llevan? ¿Por qué motivo? Italia tiene casos concretos de compras de jugadores que siguieron creciendo, como Lautaro Martínez en Inter, De Paul no para de crecer en Udinese, Dybala fue a Palermo y saltó a Juventus... Pero de un momento a otro, ya no se dio más. Ya ni contactos hay, y eso que los jugadores hoy tienen su doble nacionalidad y ni ocupan la plaza para extranjeros.
–Tal vez no son tan buenos.
–Puede ser, puede ser. Tal vez un club pueda explicarte que el nivel actual ya no es el de otra época, y a ese club, por un precio menor, le conviene mirar hacia otro continente, como África o Asia. Tal vez consideran que el precio del jugador sudamericano es elevando con relación al rendimiento que tiene.
–¿Cómo creés que seguirá la carrera de Gallardo como entrenador?
–Mirá... Pirlo, Flick, Lampard... hay una tendencia de los clubes a buscar símbolos, que, también, es una idea económica porque en principio es una opción más barata. También se habla mucho de Xavi para Barcelona. Creo que los clubes hoy no quieren arriesgar, entonces apuestan por nombres históricos o van a lo seguro, Zidane, Koeman, Guardiola, Conte, Mourinho, evitan el riesgo, se cubren. O van por el nombre prestigioso o por aquel que procede de la raíz del club. Incluso, así empezó Marcelo en River, por su fuerte identificación con el club. Y en River ha desarrollado un increíble poder. Europa tiene otro tipo de manejo..., según los países, tenés un manager general, un director deportivo, tenés clubes donde el entrenador solo entrena, otros donde el técnico participa en la compra y venta de jugadores, en otros equipos el entrenador ni opina... Y Bueno, eso Marcelo seguramente también lo tendrá en cuenta. Si decide irse algún día, yo pienso que buscará un equipo con una cierta ambición.
–¿No será simple, entonces?
–No será simple..., no será simple para Marcelo. Después, otra cosa: hay que ver qué oportunidad se te presenta y en qué condiciones. Mirá el ‘Chacho’ Coudet, eligió tomar Celta a mitad de año, y lo mismo ahora Pochettino, porque tampoco sabés cuándo puede pasar de nuevo una oportunidad así. Pero también hay entrenadores que si no pueden arrancar desde la pretemporada, rechazan una oferta. Mirá Simeone, llegó a mitad de una temporada durísima, y le devolvió la identidad y la agresividad al club. En algo los emparento a Marcelo y al ‘Cholo’: no será simple que en otro lado tengan el poder que disponen en River y en el Atlético. Ellos hacen todo, todo, se ocupan de todo. Y no todos los clubes conceden ese comportamiento.
"A los tipos como Messi sólo les interesa ganar"
–¿Por qué Paulo Dybala no se afirma en Juventus?
–Con Paulo hace mucho que no tengo diálogo. Me informo, sí, sobre su situación Es verdad que arrancó un poco diferente al resto por su tema del Covid y hoy, la realidad es que Cristiano y Morata son los titulares, por entendimiento y efectividad. Paulo tiene que seguir demostrando las cualidades las tiene, y tiene que volver a ganarse su puesto. Está en un club con más de 25 internacionales, todos quieren jugar y en cada entrenamiento tenés que demostrar. Tiene a un entrenador que lo conoce, jugaron juntos. Paulo tiene que volver a marcar la diferencia, y el campo de juego es el que dice la verdad. Tendrá que demostrar que se merece tener un lugar entre los 11 titulares.
–Ahora que lo ves en el trato cotidiano en Juventus, ¿quién es Cristiano Ronaldo?
–Es un fenómeno, vive 24 sobre 24 por su profesión. Su familia y grupo de gente se adaptó a su obsesión: el tipo vive para ser el mejor. Y está pendiente de todos los detalles: alimentación, descanso, entrenamientos grupales y particulares. Es muy ambicioso, pero también es un tipo que aconseja a los más jóvenes Y a los 35 años sigue demostrando que es eficaz, concreto. Él es eficaz en todos los campos.
–¿Creés que la mejor versión de Lionel Messi ya pasó?
–Ya ha cambiado un poco su manera de jugar..., y se une que el Barcelona ya no es aquel Barcelona, el equipo ganador. Habrá grandes cambios en el Barcelona, y estos tipos como Messi juegan para ganar, necesitan un equipo competitivo. A estos tipos solo les interesa ganar, el resto es todo secundario para ellos. Leo, seguramente ve, o siente, que con este equipo no puede ganar. Estos tipos que están acostumbrados a ganar siempre, desarrollan ese presentimiento que les indica que pueden llegar a no ganar nada. Por eso son diferentes. ¿Qué pasará con Leo? Es un misterio, lo sabrá solo él.
–Después del reinado de Messi y CR7, ¿quién será el heredero?
–Mbappé es el prototipo justo para reemplazar a Messi y a Cristiano. Por calidad, por condición física y porque los chicos de entre 10 y 20 años hablan de Mbappé. Es rápido, técnico, provocador, goleador, con 21 años… Conozco un poco su intimidad y es humilde y profesional, tiene una familia ubicada, que en estos casos es importante. Especialmente en una ciudad como París, donde hay que estar atento a muchos intereses.
Otras noticias de Entrevista Deportes LN
El Capitán América. Pochettino quiere cambiar la historia del Central Park con Messi como socio e inspirado en las mujeres
El restaurante de Djokovic. La estatua del Novak guerrero, un museo de trofeos, la hamburguesa de Kobe y la foto con Maradona
“Teniski Klub Partizan”. El emblemático lugar en el que se formó Djokovic y que lucha contra la crisis, pese a su ayuda
Más leídas de Fútbol
Enzo Fernández, en llamas. Asistencia, gol y un llamativo festejo del volante argentino de Chelsea: ¿a quién se lo dedicó?
Mucha expectativa. En qué canal pasan Huracán vs. Boca, por la Liga Profesional 2024
De 7 meses preso a campeón. Maravilla Martínez, el 9 creyente y figura de Racing que llenó de goles la Sudamericana
Histórico. Racing vs. Cruzeiro: resumen, goles y resultado de la final de la Copa Sudamericana 2024