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Darío Benedetto se siente en deuda con Boca y cree que frente a Racing es el momento de saldarla
El Pipa reconoció públicamente que problemas familiares lo desenfocaron, pero se ilusiona con volver a ser el temible goleador que fue
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Darío Benedetto se siente en deuda. Lo cree y lo expresa cada vez que puede. Su presente dista mucho con su pasado reciente, cuando en el primer trimestre de 2022 regresó a Boca con números muy similares (entre febrero y mayo del año pasado marcó 9 goles en 14 partidos), respecto de aquella primera etapa en la que rápidamente se erigió como el mejor 9 de Boca después del retiro de Palermo.
En este contexto, tal vez la serie de cuartos de final con Racing, por la Copa Libertadores (y en la que comenzará como suplente), sea una gran oportunidad para redimirse ante el público y para demostrar, y demostrarse, que aquel romperredes voraz que marcó 45 goles en 76 partidos (asombroso 0.59 de coeficiente) sigue vigente. Porque, además, su futuro puede depender de lo que haga en esta llave, amén de que su contrato concluye en diciembre de 2024.
El destino le vuelve a poner adelante a la Academia, un rival contra el que protagonizó situaciones muy alejadas de su rol de inflar redes ajenas. Roces, discusiones, tensiones, gestos y expulsión: todo eso tuvo como protagonista al Pipa en los últimos dos clásicos. Contra ellos cerró 2022 e inició el nuevo año. En la Final del Trofeo de Campeones, disputado en San Luis, y en la definición de la Superliga Internacional, en la lejana Abu Dhabi. En ambos casos, con derrotas por 2 a 1 y controversias.
¡CINCO EXPULSADOS EN BOCA Y RACING ES EL CAMPEÓN! Tras la roja a Fabra, el VAR encontró un gesto de Benedetto y Tello le puso fin a la final. pic.twitter.com/o69N6KUOm2
— ESPN Argentina (@ESPNArgentina) November 6, 2022
En suelo puntano, un Benedetto completamente desenfocado fue el último jugador xeneize en ver la tarjeta roja por hacer gestos que el VAR interpretó que fueron dirigidos al árbitro Facundo Tello, acusándolo de haber recibido dinero para pitar en favor de Racing. Con esa expulsión, Boca se quedó con seis jugadores (antes habían sido echados Sebastián Villa, Alan Varela, Luis Advíncula y Frank Fabra), y reglamentariamente el partido no pudo continuar.
El Pipa ya venía cruzado contra la Academia. Pocos días antes, cuando a fin de año Boca se coronó campeón de la Liga Profesional y relegó a Racing al segundo puesto, el goleador provocó innecesariamente en los festejos. “¿La querés? ¿Te quedaste con las ganas, no?”, lanzó el tiro por elevación.
— Boca Juniors (@BocaJrsOficial) October 24, 2022
Enzo Copetti, que había evitado patear el penal agónico contra River con el que (de no ser por la atajada de Armani) el equipo de Avellaneda podría haberle arrebatado el título a los de la Ribera, recogió el guante y se la devolvió en San Luis con esa misma frase provocadora. Y agregó: “Perdiste la más importante, amigo”, en referencia a la final de la Libertadores 2018 ante River, disputada en Madrid.
El goleador de Boca recibió la sanción más dura: cuatro fechas suspendido. Sin embargo, esas expulsiones no fueron tenidas en cuenta para el partido que esos dos mismos equipos disputaron en Abu Dhabi, para definir una Supercopa Argentina rebautizada como “Internacional”. En suelo árabe, Pipa fue titular y fue reemplazado a los 28 minutos del complemento, con el partido 1 a 1. Un penal polémico le permitió a Gonzalo Piovi inclinar la balanza para que la fiesta sea otra vez para los de Avellaneda.
Si bien en el partido siguiente metió un hat trick para darle a Boca la Supercopa Argentina (3-0 a Patronato), el 2023 de Pipa está lejos de aquellas cifras que lo elevaron a una condición cercana a la idolatría. De enero a hoy anotó solo 7 goles en 25 encuentros, y de descontarse esa noche estelar contra los de Paraná, la cuenta daría 4 gritos en 24 juegos: un festejo cada 540 minutos. Demasiado poco para un artillero de su calibre.
Lejos de ser robots, los futbolistas también atraviesan crisis. Problemas familiares lo afectaron más de la cuenta y Benedetto priorizó su salud mental para acomodar lo importante antes de ajustar las clavijas en lo deportivo. “Me estoy poniendo al 100% para estar a disposición del entrenador. Me quiero concentrar en jugar y hacer lo mejor para el equipo”, declaró hace una semana ante las cámaras de ESPN. Y reconoció: “Tuve algunos problemas personales que se están solucionando. Siempre voy a apoyar desde el lugar que me toque, porque trato de hacer lo mejor y volver al nivel que tenía”.
Lejos de sentir incomodidad por el arribo de Edinson Cavani, Pipa pondera su presencia. “Es un referente a nivel mundial. No solo va a mejorar a los chicos del plantel, sino también a los más grandes. Es algo bueno para el fútbol argentino. Me puso muy contento, porque hay una linda competencia. Su presencia mejorará el nivel de competencia interno”, destacó.
Se lo ve con un perfil más bajo que el exhibido durante 2022, cuando primero asumió un rol de líder que parecía incomodarlo y primero realizó fuertes declaraciones contra Agustín Almendra (con el que se reencontrará en el campo de juego de la Bombonera), luego de que el mediocampista le faltara el respeto al entonces DT Sebastián Battaglia. Y más tarde quedó expuesto por una cámara interna del vestuario, en una picante arenga previa al partido contra Corinthians por los octavos de la Libertadores del año pasado, partido en el que malogró un penal, otras dos chances clarísimas de gol y cerró su peor noche como profesional enviando su remate a la segunda bandeja de la Bombonera en la definición desde los 12 pasos.
Todo indica que Darío Benedetto solo está enfocado en jugar al fútbol y recuperar primero su nivel y más tarde un lugar en el equipo. Para ayudar “desde donde sea” y tratar de saldar la gran cuenta pendiente que le quita el sueño y por el que regresó a la Argentina: ganar la Copa Libertadores con Boca.
De él depende volver a ser el que fue.
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