Daniel Osvaldo y Boca, una historia de diez meses con más polémicas que goles

La vida de Daniel Osvaldo antes de su desembarco en el club de sus amores, Boca, ya registraba varios capítulos de inconductas y excentricidades. Sin embargo, en sus dos etapas en el club xeneize repitió esos actos que desencadenaron un abrupto final, algo que ayer determinó el técnico Guillermo Barros Schelotto tras otra noche escandalosa en Montevideo.

A pesar de tener contrato vigente hasta junio de 2017, el delantero puso punto final este viernes a su segundo ciclo en Boca con tan sólo cinco partidos y sin goles. A los 30 años, el 'Loco' ahora deberá buscar nuevos horizontes lejos del club xeneize.

Esta historia con Boca comenzó formalmente el 11 de febrero de 2015 cuando se hizo oficial su llegada a préstamo por seis meses luego de ser un verdadero trotamundos. En su desembarco para sumarse al plantel xeneize ya generó su primera polémica con la remera con la que aterrizó: una con el estampado de cinco dedos, luego del 5-0 de Boca a River en aquel verano.

Al firmar su contrato, manifestó que era uno de los días más felices de su vida y en su primera práctica recibió con alegría la tradicional malteada de sus compañeros.

Su primera aparición en público en la Bombonera fue para ver a Boca desde el palco de Maradona con Dalma y su familia, esa vida personal que más de una vez lo haría salir en las tapas de las revistas del corazón más que en la prensa deportiva.

Justo antes de su debut llegaron los primeros rumores de su actividad nocturna, que rápidamente buscó acallar con el festejo de su primer gol en el debut y la dedicatoria a su mujer, Jimena Barón, el 26 de febrero por Copa Libertadores contra Montevideo Wanderers.

Luego llegó el tiempo del curioso elogio a su compañero Nicolás Lodeiro, su primera frustración futbolística frente a Colón y el pedido de patear un penal al Burrito Martínez para sacarse la mufa.

Frente a Defensa y Justicia festejó su gol número 100 de su carrera, contando clubes y selección en lo que fue su luna de miel y su mejor momento en Boca.

Luego, otra vez fue el tiempo del escándalo con su cruce con Leandro Desábato y la desafortunada frase: "Comé pasto", su faceta de rockstar al cantar con La 25 y la desmentida sobre los nuevos rumores sobre los problemas de pareja.

La noche del papelón del superclásico ante River por Copa Libertadores, tuvo un contrapunto por el saludo de los jugadores luego del escándalo nada más y nada menos que con su mujer.

Sin definiciones por su futuro y luego de no ser convocado a la selección italiana, Daniel Osvaldo faltó a varios entrenamientos y puso un abrupto corte a su primera etapa en Boca para volver al Porto, a pesar de la llegada de su amigo, Carlos Tevez.

En medio de la separación con Jimena Barón, las salidas nocturnas marcaron sus últimos días antes de regresar a Portugal. En total, disputó 16 partidos y anotó 7 goles, dos de ellos de penal.

En enero, luego de rescindir su vínculo con Porto acordó su vuelta a Boca en un regreso que estuvo marcado por la presencia de su nueva novia, la italiana Benedetta Mazza.

Todo parecía indicar que este segundo período sería distinto pero las lesiones le permitieron al delantero jugar apenas cinco partidos con la camiseta xeneize sin anotar ningún gol. En este tiempo volvió a consolidar su familia, dijo sus verdades en una entrevista televisiva y luego de un cortocircuito declarado con el cuerpo técnico en Montevideo terminó de completar un vaso que derivó en su despedida del club.

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