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Daniel Angelici con LA NACION: "En la AFA me escuchan mucho; si eso es tener poder, no lo sé..."
El presidente de Boca habla de los ídolos y de la Bombonera y reconoce cuánto le pesa que River haya ganado la Copa Libertadores
Desde varios sectores se lo señala como una de las personas más influyentes de la Argentina. Daniel Angelici se muestra tranquilo. No lo confirma, pero tampoco lo desmiente. Se toma su tiempo para pensar las preguntas, sabe que cada respuesta puede tener un rebote fuerte incluso en ámbitos que van más allá del fútbol. En el balance de su gestión como presidente de Boca, le queda la espina de no haber podido todavía ganar la Copa Libertadores, aunque afirma que el único ítem que le queda por cumplir de su primera plataforma es resolver el problema de la capacidad de la Bombonera .
–¿Cuánto poder tiene Angelici en la AFA?
–Cuando hablo en la AFA me escuchan mucho; si eso es tener poder, no lo sé... Pero sí me escuchan mucho porque soy de los dirigentes más antiguos. De los que más se involucra. De los que más horas le ponen. Y cuando hago una propuesta me escuchan. A veces están de acuerdo y otras veces no. Buscamos siempre un consenso. Mi posición en la AFA era sabida: club que tenía deudas yo no quería que incorporara ningún jugador. Que juegue con las inferiores. Y si perdía la categoría, perdía la categoría. Yo no entendía por qué había clubes que perdieron la categoría estando al día y otros la mantenían debiéndoles a todos.
–¿Qué es el poder para usted?
–[Se toma su tiempo para responder] Una herramienta para hacer un cambio. Alguien te lo transfiere. Así como te lo da, te lo puede sacar. En el caso de Boca, el poder me lo da el socio de Boca cuando me vota. Y tengo que hacer de eso una herramienta para mejorar el club.
–¿Y qué le produce a usted tener ese poder?
–Yo no lo veo como poder. Lo veo como una responsabilidad: tenés que tomar decisiones casi todos los días. Por el cargo en el que estoy en la AFA, en Boca.
–¿Cuán independiente es Chiqui Tapia de Angelici?
–Es el presidente de la AFA [repite]. Sería subestimar a Chiqui. Tiene mucho mérito. No era fácil unir a todo el ascenso. Él los juntó a todos y después tuvo el apoyo de verdad de Boca, de mi persona, de otros clubes…Pero él tiene su mérito. Podemos disentir en alguna cuestión, pero yo siempre voy a respetar que él es el presidente.
–En todos estos años como presidente de Boca, ¿de qué se arrepiente?
–[Piensa bastante] ¡Qué difícil pregunta! A lo mejor, de no tener la capacidad de retener a algún jugador que se fue. De no haber seguido con Falcioni si yo estaba convencido de que tenía que seguir seis meses. Me pude haber equivocado, pero arrepentirme, no. Cuando yo tomo una decisión, generalmente trato de pensarla muy bien, de charlarla con los más cercanos. Y siempre pensando en qué es mejor para el club. Cuando vos estás convencido de que es lo mejor para el club, es muy difícil que te arrepientas, aunque después, con el tiempo, digas que la decisión fue equivocada.
–Pero mencionó el caso Falcioni como uno que, quizá, le produce un arrepentimiento.
–Sí. Yo creo que más allá de que soy de los que opinan que hay que escuchar al socio, no siempre porque el socio pida es lo mejor para el club. Igual, estoy convencido de que si no era en ese momento, había que darle a Carlos [por Bianchi] otra oportunidad. Entre todos los socios de Boca, entre todas las encuestas, siempre estaba Carlos primero para volver. Y tenía que volver, porque si no nadie iba a poder tener la posibilidad de trabajar, como hoy, tranquilo. Pero a lo mejor eran cuestiones de tiempos. Y yo creo que Julio había hecho los méritos para darle la revancha de la Copa. Había llegado a la final. Pero ese día, por lo que dijo la cancha, cambié de opinión.
–¿Siente, como dice Macri, que ser presidente de Boca es más difícil que ser presidente de la Nación?
–Él lo sigue diciendo. Y que él estuvo en los dos cargos y que por eso puede hoy afirmarlo. Yo no sé si es difícil ser presidente de Boca. Lo que sé es que demanda mucho tiempo, mucha responsabilidad. Que cuando las cosas te van bien deportivamente, el grado de popularidad o de aceptación se eleva muchísimo. Y cuando los resultados no te dan, la gente te putea. Porque entiende que vos sos el responsable. Y vos como presidente podés llevar la administración, la política del club, hacia donde vos creés que tiene que ir Boca... Lo único que no hacés es, si bien incorporás jugadores, es decir quiénes son los 11 que entran en la cancha. Y generalmente los jugadores que vienen son consensuados con el técnico. No es que el dirigente es el que elige a los jugadores, como se estuvo diciendo.
–¿Y cuando no hay acuerdo entre el DT y usted?
–Es como todo. En la relación de afecto que hay con los Mellizos… Porque yo siempre quise tenerlos de técnicos y siempre tuve muy buena relación, si él está muy convencido, vos le decís lo que a vos te parece, pero si ellos están muy convencidos, es el cuerpo técnico que vos elegiste. Y si yo les digo, como les he dicho: “Voy a comprar a este pibe”, porque me parece un buen negocio, y a lo mejor ellos no están tan de acuerdo, también se hace.
–Tuvieron una secretaría técnica que fue rotando, fue variando. Pareciera que nunca le encontraron la vuelta.
–¡Nunca le encontramos la vuelta! No es que pareciera. [Risas] Así de frontal. La vamos a reflotar este año. Soy un convencido. Funciona muy bien en Europa. Me da la sensación de que las secretarías técnicas empiezan a funcionar cuando encontrás a la persona y sea la persona, el secretario técnico o el director deportivo quien contrate al cuerpo técnico. Ahí empieza a funcionar.
–Muchas veces tomó decisiones escuchando a los hinchas, pero después esos mismos hinchas terminaron insultándolo. ¿Sintió que era injusto?
–Tengo que entender y siempre lo supe: la gente no va a la cancha a aplaudir a los dirigentes. La gente va a alentar y a aplaudir a los jugadores. Y está bien que así sea. Al técnico, ponele… Pero las veces que se dan vuelta para el palco, si no es un amigo tuyo que te saluda… ¡Es para putearte! [Risas] No digo que estoy acostumbrado, pero lo tomo con naturalidad. El que me putea, me ha puteado una o dos veces, con lo de Falcioni, que salió la foto de Bianchi… O alguno, cada tanto, te dice: “Vos echaste a Riquelme, la p... que…” Está dentro de las reglas de juego.
–¿Cómo está su relación con Riquelme?
–Normal.
–Como con D’Onofrio.
–Bueno, no es un jugador o un ex jugador con el que tenga una relación permanente, pero las veces que lo he llamado, me respondió. Y las veces que él me llamó, yo le respondí.
–¿El Boca actual extraña a Tevez? ¿O no lo necesita?
-El Boca actual es un plantel bárbaro. A un jugador como Tevez lo quisieran tener todos porque es un jugador distinto. Estando en buenas condiciones físicas, es lo mismo que Román. ¿Quién no quiere tener un jugador distinto en su equipo? Por más que vos tengas hoy un buen plantel. Hoy me parece que Boca tiene muy buenos jugadores. De hecho, cinco están en las selecciones.
–¿No tiene más ganas Tevez de venir a Boca que Boca de que venga Tevez?
–[Piensa] Primero, no sé si va a venir. Todos lo dan por hecho y yo no lo veo tan fácil. Y lo hablé con él. Yo no subestimo a nadie. Los chinos son siempre difíciles… Yo todos estos años, todos iban a traer propuestas, sponsors chinos… Me he juntado, he viajado, y la verdad es que para cerrar el sponsor que tenemos en la manga [Huawei] tardamos un montón. No son fáciles.
–En cuanto a la plataforma para su primera elección, y los proyectos que se proponía…
–[Interrumpe] Cumplimos todo menos el estadio.
–Puede esperar 10 años por lo del estadio y no sé si la gente va a recriminárselo. Pero sí lo del “pasaporte”, la Copa Libertadores.
–[Chicanea] Ojo que está vigente. El pasaporte dura diez años.
–Está a tiempo de cumplirlo, pero deportivamente quizás sea lo único...
–Sí, pero a ver... Vamos a hablar en serio… ¿Vos creés que el hincha no entiende que ellos quieren ganar la Libertadores, que los jugadores, que el presidente quieren ganar la Libertadores? Ahora… Si no ganás la Libertadores, ¿qué decís? Yo lo entiendo, me pareció brillante cuando el publicista vino con el pasaporte y por eso aprobé la campaña. Como aprobamos los disfraces de China. O la japonesa que llevábamos al estadio… Me pareció una campaña muy inteligente. Trabajamos para eso, hemos llegado a la final. Pero eso, la verdad, se da o no se da. Todos se preparan para salir campeones. Que seguimos trabajando y que nuestro objetivo antes de irnos es ganar la Libertadores, ¡no tengas dudas!
–Eso no puede prometer.
–¡Exacto! Es así. Ahora, después, si ven, como ve el socio, el patrimonio del club: cuadriplicamos el patrimonio neto del club desde soy presidente. En seis años se cuadriplicó el patrimonio neto del club. Se hicieron inversiones importantes. Hicimos Ezeiza. Casa Amarilla prácticamente la volvimos a hacer: refaccionamos todo adentro, pusimos los saunas, las piletas, comedor, un gimnasio en el que invertimos tres millones de dólares con toda la maquinaria de afuera. O sea, el club está bien. Un balance con $400 millones de superávit. Un plantel competitivo. Pero como hincha siempre exigiría más al presidente.
–El hincha ve que River gana la Libertadores y que Boca no. Eso pesa, ¿no?
–Sí, sí. Claro que pesa. ¿Cómo no va a pesar? Pero me pesa a mí, no al hincha. No hace falta que le pese al hincha. ¡Me pesa a mí ver eso!
–¿Qué hay que hacer con la Bombonera?
–Hay que tomar el tema en serio porque va a dividir el pensamiento, el sentimiento, las distintas realidades del socio de Boca. Todos entendemos que la Bombonera es el templo, es parte de nuestra historia y en el mundo se nos conoce por tener un estadio como la Bombonera. Después, está la realidad: tenemos poca capacidad. Se va a venir que hay que sentar a la gente, y vas a seguir teniendo cada vez menos capacidad. Hay muchos socios que quedan afuera. Hay muchos socios que van a la popular y que les gustaría tener su asiento. Hay muchos socios adherentes a los que les gustaría pasar a ser activos. Y uno tiene que pensar en el conjunto de la mayoría de los hinchas de Boca. Para eso, por primera vez, se empezó a hacer un relevamiento profesional: un convenio que se firmó con el Colegio de Martilleros, en el que ya designaron ocho inmobiliarias y cada inmobiliaria tiene su cuadrícula de los vecinos que tienen que ir a entrevistar y hacer el estudio de títulos de esa propiedad, de hacerle la tasación, y de traernos por escrito y firmado cuál es la voluntad de ese vecino. En los primeros días de noviembre vamos a tener el resultado: lo llevaré a la comisión directiva para una evaluación y, a partir de entonces, comunicarle al socio si hay una situación favorable, si Boca pueda comprar esas propiedades… Eso es lo que el sentido común y el proyecto más viable y el que le gusta a todo hincha de Boca: agrandar la propia Bombonera. Si eso no es así, soy un convencido de que hay que hacer una consulta con todos los socios para que tomen una decisión. Y si la mayoría quiere quedarse así, se quedará así. Si la mayoría quiere hacer un estadio con mayor capacidad, encararemos el proyecto para hacer un estadio con mayor capacidad. Ninguna de las dos cuestiones es fácil.
–¿Qué votaría como socio?
–Yo ya lo dije. Hice mi campaña diciendo que yo entiendo que Boca tiene que tener un estadio de 80 mil personas. Todos saben lo que pienso. Pero el club no es mío. Pero no lo digo ahora, lo dije toda la campaña. Y lo tengo escrito. Está escrito en mi plataforma.
–¿Es optimista con los arreglos de las casas con las inmobiliarias? Es un tema que se viene hablando hace muchos años.
–La gente se equivoca cuando dice que se viene hablando desde la época de Macri. Se viene hablando desde la época de Alberto J. Armando. Pero, ¡de verdad! Cuando Armando decide hacer la nueva cancha en la Ciudad Deportiva, estaba la aceptación de todos. Mi viejo tiene los bonos patrimoniales de esa Ciudad Deportiva. Y un montón de gente también. La verdad, fue porque entendían que era el mejor proyecto. Todos lo acompañaban: estaba Armando en la tribuna vendiendo. Yo me imagino hoy saliendo a vender en la tribuna para cambiar la cancha ¡y me tiran abajo! (Risas) Cambian las épocas. (Más distendido). Pero bueno… Cuando vos le explicás a la gente… Cuando voy a las reuniones que dicen: “Vos no entendés”, “Vos no sos de Boca”, yo les digo: “Mirá: vamos a razonar juntos: cuando se hizo la Bombonera, que se inauguró en mayo de 1940, en la Argentina no llegábamos a los diez millones de habitantes. ¿Qué te hace pensar que hoy, que somos 44-45 millones, no nos quedamos en el tiempo con la Bombonera?”. Todos los clubes que progresaron tuvieron que mudar su estadio. Algunos tuvieron que cambiarse a otro lugar para tener mejor accesibilidad. Hoy, para irte de la cancha de Boca tardás dos horas y media. Y, generalmente, vos tenés que buscar cómo entrar en los estadios y cómo salir.
–Recién decía que muchos le dicen “Vos no sos de Boca”. ¿Ese es el insulto que más le duele?
–No. Eso fue una chicana de un dirigente que yo conozco, de la oposición. De un amigo en común. Porque el carnet de socio era ese: pusieron la foto mía y le pegaron el carnet de Huracán. Porque mi mujer es de Huracán. Fue un fotomontaje: porque el carnet existe y es de un amigo en común con el que yo sé que lo hizo.
–Más allá del cambio del coordinador de las inferiores, ¿le encuentran una explicación a por qué Boca saca buenos jugadores que por ahí encuentran la oportunidad en otros clubes?
–(A la defensiva) ¿Como quién?
–Hoy Palacios, Komar y el Chelo Torres en Talleres; Cubas en Defensa y justicia.
–No es fácil llegar a la primera de Boca. Y cuando llegás es mucho más difícil mantenerse.
–Pero, ¿les terminan dando las oportunidades? Hay que ver si es más responsabilidad de los dirigentes, sino con los cuerpos técnicos.
–Exacto. Depende siempre del cuerpo técnico que esté. Y del torneo en el que esté participando. Si vos vas a jugar un torneo internacional, de todos los técnicos que han pasado por Boca mientras yo estuve, van con hombres. No quieren ir con pibes a jugar torneos internacionales. Y después, muchas veces no los podés retener porque vienen propuestas importantes de afuera que hablan con los padres y se los quieren llevar. Y si vos no aceptás, siendo menores se los llevan igual. Con lo cual, siempre tenés que tratar de sacar del mejor contrato ya que sabés que el jugador se te va a ir, de cobrar lo más que puedas porque ya el jugador se va a ir.
–Hace dos años, cuando Macri gana las elecciones, ¿hubo alguna posibilidad de que dejara de ser presidente de Boca y se fuera con él?
–Lo estuvimos hablando, sí. Pero yo decidí, conjuntamente con Mauricio, que mi vocación era seguir en el club.
–¿Qué le habían propuesto?
–Siempre uno puede ayudar estando en el Gobierno o fuera del Gobierno. Pero yo no tengo dudas de que si tuviera la vocación de estar en el Gobierno…
–¿Y si un día viene el Presidente y le dice: “Basta, te necesito”?
–Va a tener que esperar hasta diciembre del 2019. Tomé el compromiso.
–¿No hay chances de que –si lo necesita para algún lugar que requiera lealtad–, lo saque de Boca antes?
–No. Hoy, no.
–¿En algún momento la hubo?
Hoy, no. Lo hablamos antes de presentarme a la reelección. Eso sí.
–¿A futuro no lo descarta?
–A futuro… Faltan dos años. Yo en diciembre del 2019 termino y me voy de Boca. Eso es una certeza.
–¿No proyecta aspiraciones políticas, como en su momento por ahí tenía Macri cuando estaba en Boca?
–Podría haber tenido cargos antes de Macri, en mi partido. Yo ocupé muchos cargos en el radicalismo. Nunca tuve la vocación.
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