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Cristiano Ronaldo se va de Manchester United en pleno conflicto y antes de debutar en el Mundial
El delantero portugués deja el club inglés en medio de un conflicto; el jueves debuta en el Mundial contra Ghana
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La bomba de tiempo que significaba la presencia de Cristiano Ronaldo en Manchester United explotó. En conflicto, el club inglés anunció este martes su salida “de común acuerdo”. Ya no sólo quitaron su imagen de la fachada del Old Trafford, aunque en ese momento se haya justificado la situación explicando que era porque se disputaba la gran final de la Copa Mundial del rugby femenino, entre Australia y Nueva Zelanda. Ya los fanáticos no volverán a pasar por la puerta de la cancha y ver la gigantografía del ídolo que tuvo un regreso conflictivo.
La relación se tensó por completo a partir de una entrevista que el astro portugués concedió al periodista televisivo Piers Morgan. Allí, el delantero se despachó con todo acerca de la actualidad, en la que se encontraba marginado del primer equipo, y no tuvo empacho en cuestionar duramente al entrenador, Erik Ten Hag, y a los directivos del club, a quienes acusó de estar forzándolo a irse.
Cristiano Ronaldo is to leave Manchester United by mutual agreement, with immediate effect.
— Manchester United (@ManUtd) November 22, 2022
The club thanks him for his immense contribution across two spells at Old Trafford.#MUFC
“No solamente el técnico me está forzando, sino también dos o tres personas del club”, declaró CR7. “¿Te refieres a posiciones jerárquicas?”, lo consultó Morgan. “Sí, me siento traicionado”, respondió. Y agregó: “No debería decir eso, no lo sé, pero no me importa, siempre me interesó que la gente escuche la verdad. Sí, me siento traicionado, siento que algunas personas no me quieren aquí, no solo este año, también el año pasado”. Salvó a Alex Ferguson, con el que llegó a sentirse como junto al padre que perdió, pero las palabras se volvieron igualmente en su contra.
El capitán y mejor goleador de la historia de Portugal, de 37 años, aseguró durante su conferencia de prensa del lunes que su relación conflictiva ya incubada con Manchester “no sacudiría” a su selección, que se enfrenta en el Grupo H a Ghana, Uruguay y Corea del Sur. El seleccionado luso debuta este jueves con Ghana. La mirada del mundo deportivo estará puesta allí, y sobre todo en la respuesta del número 7.
En el United marcó 145 goles en 346 partidos contando sus dos etapas, pero la temporada anterior terminó desilusionado por no haber clasificado a la Champions League y estuvo buscando emigrar, sin conseguirlo. Desde entonces, el portugués sumaba apenas tres goles en 16 juegos desde el inicio de esta temporada en la Premier League, y el entrenador contaba poco con él.
En los últimos días, con la relación tensándose, el club había designado a sus abogados para que estudiasen la posibilidad de emprender acciones contra su estrella por el supuesto incumplimiento del contrato, pero su opción preferida resultó tramitar la salida. Incluso, según los términos del acuerdo, no hay restricciones respecto de qué equipo podría ser el próximo en el que jugará Ronaldo al finalizar el Mundial.
En profundidad, entre las acusaciones de Ronaldo para llegar a este quiebre no sólo se encuentra esa sensación de que el club lo está obligando a irse y que el DT no lo respeta, sino que sostiene que los altos ejecutivos carecen de empatía tras la muerte de su hijo recién nacido en abril pasado, y que los propietarios, la familia Glazer, no se preocupan por el club, según difunde The Guardian. Es más, hasta su agente, Jorge Mendes, parece haber caído en desgracia, ya que el futbolista lo responsabiliza de no tener el destino que hubiera deseado.
“Tras las conversaciones mantenidas con el Manchester United, hemos acordado mutuamente terminar nuestro contrato antes de tiempo. Amo al Manchester United y amo a los aficionados, eso nunca cambiará. Sin embargo, siento que es el momento adecuado para buscar un nuevo reto”, anunció Cristiano. Antes de que la desvinculación se anunciara, el jugador había compartido en su cuenta de Instagram un video festejando los 500 millones de seguidores. El agradecimiento a sus leales pareció una ironía.
CR7 había recibido instrucciones de no volver a la base de entrenamiento del club en Carrington tras su participación en el Mundial, el quinto que estará disputando desde este jueves. Ya el lunes, en aquella rueda de prensa en Doha, se describió a sí mismo como “a prueba de balas” y no expresó ningún arrepentimiento por su comportamiento. “No tengo que preocuparme por lo que piensen los demás. Hablo cuando quiero”, reforzó.
Ni Cristiano ni Lionel Messi están ya en los lugares desde los que alcanzaron la cima y sus balones de Oro, pero ninguno lo quiere exteriorizar. Eso no sería competir en el nivel que necesitan para continuar cosechando récords y títulos. “Me gustaría darle a Messi el jaque mate en el fútbol”, había dicho el portugués, después de posar junto al rosarino, frente a frente sobre un tablero de ajedrez. Era una imagen comercial que jamás se habría dado en el pasado. Ni la rivalidad de entonces parece ya la misma.
Incluso, en el seleccionado ya no parece un intocable. Parece haber ingresado en una pendiente de incomprensión que lleva a un proceso autodestructivo del que solamente se salva el ego. “No me falta de nada. Lo tengo todo”, sentencia. Ni siquiera su compañero en el Manchester United y en la selección, Bruno Fernandes, lo entiende. Ambos le han quitado importancia al desaire con el que lo recibió en la concentración, pero lo que hay a la vista es que Cristiano ya no tiene el predicamento de antes y sus compañeros sienten que Fernando Santos, el DT, tiene presente lo que es haber ganado una Eurocopa, en 2016, sin contar con Cristiano en la final por estar lesionado.
El individualismo del portugués -enuncia un retrato de El Mundo- le había enseñado a vivir solo desde que, siendo adolescente, dejó su Madeira natal para escuchar cómo se reían de su acento en las categorías inferiores del Sporting de Lisboa. Eso no lo soportaba. Entonces fue cuando empezó a construir su personalidad y su coraza, aunque jamás superó ese síndrome de no sentirse querido, como aseguran los que lo rodean. La confianza en sí mismo, casi paranoica, le permitió llegar a la cumbre del fútbol, pero, acaso en el momento del ocaso, parece estar llevándolo también a diseñar muy mal su final.
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