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Copa Libertadores: River, un segundo de grupo que se siente a la altura de cualquier primero que le depare el sorteo de octavos
Con goles de Aliendro y Borja venció 2-0 a The Strongest y se aseguró la clasificación; Boca es un potencial rival si gana su zona
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Triunfo y clasificación, pero sin la autoridad futbolística que cabía esperar. Con un gol en el final de Miguel Borja, para maquillar una victoria a la que igual se le notaron algunas arrugas. River sigue en la Copa Libertadores, estará en los octavos de final, etapa a la que no pudo llegar por última vez en 2009. Tuvo un tránsito sinuoso en el grupo, pero no desbarrancó. Se pegó un par de fuertes revolcones de visitante y transformó el Monumental en la fortaleza para recuperar terreno perdido, pisar fuerte y alimentar la ilusión.
El 2-0 a The Strongest pasó por varias oscilaciones. Abrió el partido temprano, pero tardó para cerrarlo y evitar cierto suspenso y algún que otro susto. En el medio hubo un desarrollo que se le hizo un tanto resbaladizo. En cualquier caso, River se acostumbra a ganar, es un ejercicio que tiene muy bien aprendido, independientemente de las circunstancias de todo encuentro. “Me sigue gustando la personalidad del equipo”, fue la síntesis que hizo Martín Demichelis.
Sin tanta velocidad, pero más pensante. Así fue el comienzo de River. A mover la pelota, si había que lateralizar para desacomodar el bloque boliviano, no ahorraba en pases y paciencia. Un River más dominante que arrollador, dispuesto a que el gol llegara por maduración. Plantado con serenidad y convicción. Contra todo pronóstico, el primer tiro al arco fue de The Strongest. Nada inquietante para Armani, pero no dejaba de ser un apunte curioso.
Lo más destacado de River 2 - The Strongest 0
Más allá del ataque pausado, River no tardó en crear situaciones. La primera fue con un remate de De la Cruz. Enseguida, un gol salido de la elaboración y los ojos bien abiertos, con Nacho Fernández buscando a De la Cruz, que de espaldas al arco se la sirvió a Aliendro, autor de una sutileza, con un ajustado remate de derecha junto a un poste. Más quirúrgico que potente. Una definición propia de un jugador que atraviesa por un gran momento, dueño de una confianza que lo ayuda a resolver con un amplio abanico de recursos.
Iban 13 minutos y River empezaba a resolver la historia, se quitaba una preocupación de encima. Aliendro volvía a hacer un gol importante, como en Lima, ante Sporting Cristal, cuando rescató un empate para mantener viva una clasificación que por entonces estaba muy comprometida.
Sorpresivamente, del dominio y control, el equipo de Demichelis cayó en la clase de partido que lo hace sufrir y pone el resultado en el aire. Distracciones defensivas, mal posicionamiento, dudas. The Strongest se animó. Casco siguió despistado como en cotejos anteriores. Con el regreso de Enzo Díaz, pasó a la derecha, en lugar de Herrera, que traía un rendimiento en ascenso. Casco mantuvo una titularidad que en el primer tiempo no justificó con su rendimiento. Comprometió un par de salidas con pases hacia adentro, mal orientados. Y The Strongest se vio cerca del empate, de no ser un par de muy buenas atajadas de Armani. También hubo un remate que salió por muy poco arriba del travesaño.
Desordenado en campo propio ante un rival que había dado un paso al frente, River dispuso de espacios para el contraataque. Beltrán tuvo dos ocasiones, pero en una tardó en darle el pase a Nacho y en la otra definió alto. Aliendro volvió a estar cerca del gol con un remate cruzado.
River se fue al descanso con una ventaja mínima y una sensación ambigua: fue capaz de lo bueno y de lo malo, a un pasaje positivo le seguía otro para preocuparse. Demasiado irregular, inconstante. Pudo hacer algún gol más, pero ante un adversario de otra jerarquía habría lamentado sus desajustes.
El arranque de la segunda etapa tuvo a The Strongest con la iniciativa y movimientos cerca del área de Armani. River caminaba por la cornisa, se defendía más con arrestos individuales que por coordinación. The Strongest funcionaba bien, como si no fuera cierto que en esta copa ya va por el tercer entrenador. Entre Ursina, Chura e Isnaldo le sacaron a River el gobierno del desarrollo. Y arriba lo tenía a Triverio, un tanque que también acelera.
El problema de River estaba en el manejo de la pelota. Demasiada imprecisión y desencuentros a la hora de la elaboración. De la Cruz y Barco tenían menos participación y a Enzo Pérez y Aliendro se le acumulaba el trabajo en la recuperación de la pelota.
Demichelis buscó una corrección la fórmula de dos delanteros: entró Pablo Solari por Enzo Pérez a los 15 minutos. El extremo podía estirar al equipo con sus corridas. Algo de eso consiguió con un par de zancadas. Hubo un cabezazo de Nacho Fernández que salió cerca, pero River en ataque quedaba en inferioridad numérica, The Strongest conseguía rodear bien a quien tenía la pelota.
Pero Solari trajo la frescura ofensiva que faltaba, la profundidad necesaria. De sus pies salieron las últimas jugadas incisivas y el gol del ingresado Borja. El tanto del colombiano encendió un poco más al Monumental para celebrar la clasificación. River pasó como segundo de la zona y ahora esperará el sorteo por un líder de otro grupo, entre los que seguramente estará Boca. Fue el encuentro oficial N° 29 en el primer semestre de Demichelis, con 21 triunfos. River se siente a la altura de cualquiera.
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