Copa Argentina. Locura por River en Córdoba: los 15 minutos de selfies, el top tres de ovacionados y el video desde arriba del micro

CÓRDOBA.- "Muñeco, te amo. Te amo de verdad". "Uruguayo, mañana, por favor. Un gol que hay que ganar mañana". "Andrés, acá, Andrés, una foto, te lo pido por favor". Son más de 500 los hinchas millonarios que están cumpliendo un sueño. Tienen a sus ídolos al lado. Sí, a esos que ven por la televisión y que siguen por las redes sociales. Son de carne y hueso, están ahí, parados frente a ellos. Algunos responden con locura: gritan, sacan fotos y filman mientras el celular se mueve de acá para allá, les piden autógrafos a todos los jugadores. Otros se quedan en shock: solo atinan a pedir una selfie sin levantar la voz y abrazando tímidamente a la figura que está del otro lado de la valla.

Cuando el micro de River arribó al Hotel Sheraton de Córdoba a las 21.50 de la noche del miércoles, comenzó la fiesta: redoblantes, banderas y bengalas, en medio de los cánticos de aliento de cara a la final de la Copa Argentina ante Rosario Central. Es que allí los esperaban los cientos de fanáticos que se habían congregado desde la tarde y que congestionaron las escaleras de la entrada del NuevoCentro Shopping, que para ese momento ya era un caos.

Pero la revolución total se produjo cuando los futbolistas, el cuerpo técnico y la delegación dejaron sus pertenencias en el lobby del hotel pero no ingresaron instantáneamente. ¿Qué pasó? Marcelo Gallardo, uno de los primeros en bajar del colectivo, reunió al equipo y les comunicó a los principales referentes que había que acercarse a saludar y agradecer por el colorido recibimiento.

Andrés D'Alessandro fue uno de los primeros que caminó hasta las vallas, atestadas de hinchas que querían un autógrafo, una foto o al menos un abrazo con él. En su mano llevaba un puñado de pulseras con los colores del club que regaló mientras firmaba camisetas y recibía los constantes flashes en la cara. "Quedate, Cabezón", se escuchó en medio de la multitud, que gritaba y gritaba sin parar desde que el enganche de 35 años se aproximó para saludar. ¿Será su último partido en River? La respuesta es una incógnita, pero algo le quedó claro: la gente, entre ella muchos jóvenes, siente adoración por él.

En medio de los gritos -muchos de ellos agudos y largos de adolescentes que estaban al borde de las lágrimas ante la situación-, apareció Gallardo, despertando aún más la locura de los hinchas que fueron hasta el hotel. "Muñeeeeco, Muñeeeeco", fue el grito de guerra para bancar al DT millonario, que a pura sonrisa se sacó decenas de fotos y firmó decenas de camisetas. Sin dudas, el principal emblema de un plantel muy querido.

Otro de los más buscados fue Rodrigo Mora. El delantero uruguayo recibió abrazos de la mayoría del público y se sacó fotos con todo aquel que se cruzó por el camino. Hasta hizo una selfie grupal con seis hinchas que le gritaban "uruguayo, uruguayo" mientras uno de ellos buscaba la mejor pose para que todos pudieran entrar en la imagen. También fue muy ovacionado Leonardo Ponzio, el capitán, y hasta Augusto Batalla recibió un gran apoyo de los fanáticos, que corearon su nombre.

Fueron quince minutos de furia, donde los gritos y los flashes no cesaron ni un segundo. Quince minutos de completa satisfacción para más de 500 hinchas que buscaban al menos un pequeño instante con sus ídolos. Vaya si lo lograron.

El video de Ponzio desde el micro

jpb/ae

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