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Conocé al equipo tricampeón del fútbol femenino argentino
La UAI Urquiza logró el tercer título consecutivo de la AFA; además de jugar, trabajan y estudian pensando a futuro
Es difícil divisar un futuro alentador con un paisaje tan desolador como el que se ve al bajar de un tren amarillo y desvencijado en la estación Coronel Lynch. El panorama general remite pura y exclusivamente al pasado. Vagones, locomotoras, galpones y alambrados oxidados son la antesala del humilde estadio del Club Deportivo UAI Urquiza, recinto en el que paradójicamente un grupo de chicas construye ese futuro alentador que a simple vista no se advierte.
Aunque reconocen que el fútbol femenino ha logrado una mayor aceptación social, para este grupo de 27 jugadoras sigue siendo un enorme sacrificio practicarlo. Claro, los logros obtenidos y las posibilidades que les brinda esta fusión entre la Universidad Abierta Interamericana y el club Ferrocarril Urquiza les permiten advertir que este deporte no sólo es cosa de hombres. Y lo puede asegurar UAI Urquiza, que logró en forma invicta el tricampeonato en el torneo femenino de la AFA con 50 puntos, superando por ocho unidades a Boca y a River.
Para las chicas de UAI Urquiza, el fútbol está muy lejos de ser un mero pasatiempo. Y para dejar de ser un hobbie para este grupo multicampeón, debió haber detrás un club humilde pero serio que les ofreciera ciertas condiciones básicas para hacerlo bien, con viáticos, becas de estudio y trabajo. Todos estos aspectos fueron y son aprovechados por el plantel no sólo para jugar al fútbol, sino también para tener un buen plan B (medicina, kinesiología, educación física) cuando llegue el momento de colgar los botines.
Florencia Bonsegundo nació en Morteros, Córdoba, y desde los 4 hasta los 15 años jugó al fútbol entre varones. En 2009 surgió la idea de explotar sus condiciones en Buenos Aires y, tras su primera y breve experiencia en Huracán, encontró contención en Villa Lynch, ya que trabaja en el local de ropa deportiva que tiene la UAI en San Telmo. Además, está terminando el colegio secundario. “Estos tres años han sido un refugio para mí y para la mayoría que venimos del interior, por eso intentamos devolvérselo en cada partido y en cada entrenamiento. Nos ayuda a trabajar y a estudiar”, le cuenta a LA NACION.
“Más allá de amar este deporte, lo sentimos como una obligación y sabemos que tenemos que entrenarnos todos los días, y el fin de semana, ganar”, aporta Laurina Oliveros, la arquera que apenas recibió ocho goles en todo el torneo. “Es un club bastante completo, que te da la opción de trabajar, estudiar, o las dos cosas. Es algo que ningún otro club te brinda”, agrega.
Analía Hirmbruchner era la enganche del equipo hasta que por lesiones debió dejar la actividad con sólo 27 años. Además de jugar al fútbol, estudiaba en la UAI, lo que le permitió no abandonar su sueño de estar cerca del deporte: es la kinesióloga del plantel. “Gracias a la UAI vivo de lo que me gusta. No tengo la posibilidad de vivir del futbol, pero sí indirectamente. Por suerte muchas chicas lo entienden así y tenemos muchas universitarias. La que no estudia trabaja, pero igual se la incentiva para que siga una carrera y se las incentiva para que lo hagan”, dice Hirmbruchner.
Es un gran aporte el que hace la institución para que las chicas tengan un buen desarrollo deportivo y profesional. Sin embargo, Hirmbruchner reconoce las dificultades propias de un deporte amateur: “Luchás con cosas propias del fútbol amateur: no tenés un médico permanente, faltan instalaciones y los cambios de fechas de los partidos complican la planificación, el descanso y la alimentación”.
Aún cuando los mayores recursos los tienen Boca o River, la captación de jugadoras para la UAI sigue siendo muy buena porque las condiciones de desarrollo que ofrece no las tienen los clubes grandes. “Boca y River tienen su peso, pero la UAI les brinda futuro: el estudio. Uno quiere tener chicas capaces e inteligentes dentro de la cancha. Algunas dudan en estudiar y les digo ‘ojo, esto no dura toda la vida’. Se tienen que preparar para el futuro”, explica el DT Carlos Borrello, ex coordinador de las selecciones femeninas de AFA entre junio del 98 y octubre de 2012. Además asegura que la UAI hoy es la mejor vidriera para las chicas que piensen en un futuro futbolístico en el exterior: “Ellas anhelan en algún momento poder vivir del fútbol. Hemos tenido casos que se fueron a Brasil y ahora hay una que es pretendida por el Atlético de Madrid. El ejemplo que muchas toman es el de la brasileña Marta, que desde muy joven juega en el exterior como profesional”.
Para ser tricampeonas de AFA no sólo hay que tener buenas jugadoras: es determinante el sacrificio. “Las ganas están desde el día uno, con calor lluvia, frío. El DT nos cita una hora antes y terminamos yendo todas porque tenemos ganas de entrenar y jugar de la mejor manera”, cuenta Laurina Oliveros, que tiene como referentes en su puesto a Juan Pablo Carrizo y Marcelo Barovero.
“En este grupo está el compromiso de querer venir a trabajar, siempre están listas, como los boy scouts. Si nos tenemos que quedar después del entrenamiento, nos quedamos. Ese compromiso que muestran es un aliciente bárbaro”, agrega el DT Borrello.
El sacrificio y la determinación para no darse por vencidas les otorgó el apodo de Las Guerreras. “El hambre que tenemos nos caracteriza: luchamos, peleamos y remontamos los partidos. Sí, guerreras es lo que mejor nos define”, insiste Oliveros. “Nunca nos damos por vencidas. Siempre luchamos hasta el último minuto”, dice Florencia Bonsegundo, que con 20 tantos fue la segunda goleadora del equipo detrás de Yael Oviedo (23).
Los ejemplos de lucha son muchos, pero lo que sucedió en noviembre pasado en Medellín es un mojón en este grupo. En el minuto 89 del partido por el tercer puesto, Sao José de Brasil les convirtió el 1 a 0 en el Atanasio Girardot. Al sacar del medio, las chicas decidieron no reventarla al área rival y salieron jugando para, en una sucesión de ocho toques, llegar con Florencia Bonsegundo e igualar el juego que les permitió ir a los penales, donde finalmente obtuvieron la victoria.
Este año, si bien la Conmebol aún no confirmó la fechas ni la sede, UAI Urquiza irá decididamente por el título continental. “Ahora tenemos el objetivo de la Libertadores y no nos queremos bajar del podio. Espero que este año se nos dé”, se ilusiona Bonsegundo.
Hasta hace unos años era toda una rareza ver chicas disputando un partido en un club. También lo era que se transmitieran partidos femeninos en tres canales diferentes, como sucede por estos días. Pero según cuentan las chicas y el DT de UAI Urquiza, es porque se están derribando varios tabúes y prejuicios hacia las mujeres que practican fútbol femenino.
“Creo que hoy se reservan más canchas para chicas que para varones”, bromea Florencia Bonsegundo. “Transmitieron todos los partidos del fútbol femenino de los Juegos Olímpicos y eso suma un montón”, dice Laurina Oliveros. Para Borrello, el fútbol femenino ya goza de una gran aceptación social: “Se está sacando el tabú en la sociedad, ya que en todos lados se juega, al menos por diversión. Ahora hay que instalarlo en los colegios para que las chicas empiecen a practicarlo, aprender las reglas y competir”.
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