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Cómo los DT recurren a los periodistas de campo de juego para presionar a los referís
Tras la polémica con Delfino, quedó al descubierto la insistencia de los entrenadores contra los trabajadores de la TV; por la misma razón, Grondona los prohibió en 2009
Desesperado, Américo Gallego corría de un lado a otro sobre la línea de cal. Le pedía explicaciones al asistente Lucas Germanotta y no encontraba respuesta. Su desesperación iba en aumento. Entonces, realizó una carrera para el lado opuesto y encaró a Ignacio Bezruk, periodista que trabaja en el campo de juego para las transmisiones de Fútbol para Todos. Quería que hable, que diga lo que había pasado segundos antes. Como si el cronista televisivo tuviera la palabra final.
¿Qué había pasado? El cabezazo de Maxi Rodríguez buscaba la red. No había forma de evitar el festejo de Newell's. Pero sí, apareció una e inesperada: Marcelo Cardozo metió la mano y evitó el tanto. Correspondía cobrar penal y expulsar al defensor de Unión, pero ni el árbitro Mauro Vigliano ni el asistente Germanotta advirtieron la ilegalidad.
Por eso Gallego estalló. Y, de esta manera, abrió una puerta que varios podrían querer cruzar después del Delfinogate del sábado pasado.
Aunque Delfino y el Colegio de Árbitros lo desmintieron, la anulación del penal para Vélez en el partido con Arsenal tuvo su origen en las repeticiones de la TV que dejaban en claro que la mano era de Pavone, no del defensor visitante Rosero Valencia. Valerse de la tecnología para dirigir es algo prohibido por el reglamento de la FIFA. Con el nivel de tensión del fútbol argentino, se enciende la posibilidad de una peligrosa tendencia. Ahora muchos querrán la rectificación de un fallo a través de la tecnología.
Gallego quiso usar al cronista de Fútbol para Todos como quinto árbitro. Lo que le sucedió a Germán Delfino en Vélez-Arsenal no es nuevo. "La presión al borde de la cancha por parte de los cuerpos técnicos y hacia la gente de televisión, ya sea periodistas de campo o productores, es tremenda. Formalmente nadie puede preguntarles nada, pero les preguntan", cuenta un viejo conocedor de las transmisiones televisivas.
La presión al borde de la cancha por parte de los cuerpos técnicos y hacia la gente de televisión, ya sea periodistas de campo o productores, es tremenda. Formalmente nadie puede preguntarles nada, pero les preguntan
"Caruso Lombardi, en su momento, y los mellizos Barros Schelotto son los más efusivos en los reclamos", agrega. Un detalle importante: los cronistas de cancha tienen prohibido responder a las consultas. Y lo cumplen. El 9 de junio de 2007, en Mataderos. En un partido entre Chicago y River, Rafael Furchi había cobrado un penal para el club de Núñez por una falta que había sido fuera del área. Desencajado, el DT Carlos Ramacciotti, de Chicago, le gritó al referí: "¡Fue afuera, los de la tele dicen que fue afuera!" Alguien de la transmisión filtró el dato entre la gente de Chicago y se desató un escándalo. Incluso Ramacciotti intentó llevar al periodista Héctor Gallo, que trabajó junto a los bancos de suplentes ese día, a hablar con Furchi para que le dijera que no fue penal.
El hecho irritó a Julio Grondona, entonces presidente de la AFA. En ese momento intentó algo que finalmente pudo concretar el 14 abril de 2009, cuando el Comité Ejecutivo de la AFA decidió: "Los periodistas no podrán ingresar más a los campos de juego". El motivo era claro: evitar consultas de los bancos de suplentes. Así, la televisación de las últimas fechas del Clausura 2009, todavía a cargo de Torneos y Competencias, y el comienzo de Fútbol para Todos, en agosto de ese año, no tuvieron periodistas en el campo de juego. Su vuelta (en las transmisiones oficiales) se dio en Huracán vs. Argentinos, de la última fecha del Clausura 2010, cuando el equipo de La Paternal se consagró campeón.
Durante un partido hay muchas voces en la cancha. Las consultas a los hombres de la televisión son costumbre. Pero no son los únicos con acceso a las repeticiones televisivas. Por ejemplo, el encargado de controlar la publicidad estática se ubica detrás del banco de suplentes y sigue el partido por la transmisión de la TV. Lo hace para manejar los tiempos de aparición de cada una de las publicidades.
En el partido del sábado, en Liniers, distintas versiones coincidieron en sostener que la información de la mano de pavone le llegó al cuerpo técnico de Arsenal vía telefónica: un colaborador de Abbondanzieri fue quien avisó. Ahí comenzaron los enfervorizados reclamos para Delfino y sus asistentes. Después siguió el caos conocido, el cambio en la decisión original y la feroz autocrítica del árbitro cuando terminó el partido. Muchos de quienes están al frente del referato cuestionaron esta actitud de Delfino. La consideraron innecesaria. Al llegar al vestuario, el referí habría recibido una reprimenda telefónica por esas declaraciones. Periodistas radiales intentaron hacer una entrevista con él y fue imposible: cuentan que estaba derrumbado y hasta llorando. El descanso que le impuso la AFA, a veces inútil, esta vez le vino bien para tranquilizarse luego de una noche agitada.
El ex árbitro Héctor Baldassi criticó: "No le creo a Delfino. Pasaron muchos minutos y, qué casualidad, la televisión muestra la jugada en la cual se ve la mano de Pavone. Y después se ve a ese productor hablando con el cuarto árbitro", comentó a La Once Diez.
No sólo Delfino violó las reglas. Ahí están DT y auxiliares para tratar de ver por TV lo que sus dirigidos intentan que no se vea: el fútbol histérico, tramposo y ventajero que definió Gerardo Martino.
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