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Maestro y alumno: todo lo que hubo detrás de ese abrazo entre Julio Falcioni y Eduardo Domínguez, los entrenadores del enroque
Amigos, dirigen a Colón e Independiente, clubes en los que se sucedieron mutuamente; la historia y el afecto de dos personajes que agregaron un empate a un historial que no se inclina
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SANTA FE.– Más allá del 2 a 2 entre Colón e Independiente y de lo que ocurrió en el campo de juego, en forma paralela sobresalió un hecho al lado de la cancha. Julio César Falcioni, de 65 años, y Eduardo Domínguez, de 43, se abrazaron. No fue el típico saludo, cordial pero formal, entre entrenadores; allí hubo un símbolo de afecto. Real.
Ambos hicieron del fútbol gran parte de sus vidas. Fomentaron una amistad basada en el respeto, personal y profesional. Se destacaron en clubes de la Argentina y de otros países. Y además, uno fue el maestro y el otro el alumno. Con el correr de los años esas etiquetas fueron virando hacia “amigo” y “amigo”, por una relación de cariño de ésas que nacen cuando las personas tienen los mismos parámetros de vida y los mismos objetivos profesionales.
El Emperador y el Barba hicieron sus propios caminos, aunque parecidos. Los dos dirigieron a Colón en dos etapas diferentes. Y los dos entrenaron a Independiente. De hecho, vienen de enrocarse: ahora Falcioni dirige al Colón que venía de sacar campeón Domínguez, y Eduardo se encarga del Independiente que había tenido buenos resultados con Julio al mando.
Compacto de Colón 2 vs. Independiente 2
La historia conjunta entre ambos tiene sus atractivos. El Emperador hizo debutar al Barba en la primera división en 1997, cuando dirigía a Vélez y en un partido lo incluyó en reemplazo de su hermano, Federico. “Julio me hizo crecer como persona y es uno de mis mentores. Si hoy soy entrenador, es en gran medida gracias a él”, dijo varias veces Domínguez. “Hay una muy buena relación. Es un amigo, lo quiero mucho y me gusta ver cómo ha progresado desde que empezó a dirigir”, manifestó por su parte Falcioni.
"Hay que seguir creyendo e ir para adelante. Ganamos minutos del fútbol que queremos ver. Debemos mejorar y mucho, pero cada vez logramos más cosas. Nos vamos con mucha bronca"
Eduardo Domínguez
Como director técnico y jugador coincidieron en Olimpo (2002/03) y en Independiente (2005/06). El primer enfrentamiento como colegas, y el único hasta los dos del año pasado, tuvo lugar el 27 de octubre de 2017, en un Banfield vs. Colón que finalizó 1-1. Los últimos se dieron en 2021: el 31 de mayo el conjunto sabalero de Eduardo se impuso por 2-0 al Rojo de Julio en San Juan, por una semifinal de la Copa de la Liga Profesional, y el 28 de agosto el Independiente del ex arquero venció por 3-0 en Avellaneda al Colón del ex defensor.
Falcioni se desempeñó en Santa Fe en la temporada 2006/07 y regresó este año. Domínguez condujo la plantilla sabalera entre 2017 y 2021. Esa última fue la temporada de la consagración. El 4 de junio de 2021 la historia de 116 años de Colón logró su primera estrella en el fútbol argentino. No lo olvida la parcialidad rojinegra: desde que Independiente arribó a esta capital siempre hubo gente identificada con Colón ante el hotel donde se concentró la delegación roja.
"Nos llegan poco y nos convierten mucho, tenemos que corregir cuestiones para ser más seguros y equilibrados. Se vienen partidos con una exigencia mayor. Esperemos mantener el ritmo y pelear en los dos torneos"
Julio César Falcioni
Las muestras de afecto y gratitud al entrenador visitante se multiplicaron este sábado. Siempre agradecido, el director técnico salió saludar y a dar autógrafos. Hasta rubricó una bandera desplegada en reconocimiento a su labor en el club sabalero. Lo propio ocurrió cuando la salida de los equipos al campo de juego y en la entrega de distinciones que realizó la dirigencia local, manteniendo vivo el recuerdo de ese hito en la vida de Colón. Domínguez volvió a su casa y fue recibido con honores en el barrio Centenario.
Pero como debe ser, durante el cotejo cada uno atendió su juego. Falcioni se preocupó por algunos errores de los volantes, pero se motivó con el golazo de tiro libre de Pulga Rodríguez. Domínguez, en cambio, pasó de cierta incomodidad en el comienzo a pasajes más aliviados, y terminó con indicaciones para refrescar conceptos defensivos.
Pero eso quedó en el campo de juego. En el camino a los vestuarios volvieron los semblantes distendidos, las sonrisas, los abrazos y hasta los elogios. El resultado dejó conformes al maestro y al alumno, más allá de que a ninguno, en sus pretensiones, parece servirle mucho el punto en la 10ª fecha de la Copa de la Liga Profesional.
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