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Claudio Vivas: "El chico que no va a la escuela, no puede jugar en Boca"
El nuevo coordinador de las divisiones inferiores xeneizes enfatiza en la educación del juvenil; hace hincapié en la formación, pero espera buenos resultados dentro de menos de tres años
Alrededor de una mesa de pool algunos chicos juegan y otros esperan su turno. Las risas son tenues, para no alterar el descanso de los demás. La noche no llegó, pero ya se siente el aroma de la cena. Cuando esté servida los celulares deberán estar apagados: es una de las nuevas reglas en la pensión Gustavo Eberto, arquero formado en Boca y fallecido a los 24 años. El respeto en la convivencia es innegociable. En los dormitorios, cada noche cerca de 70 chicos sueñan con su debut en la Bombonera. Pero hay una habitación distinta, en la que se repasa el día de trabajo y se planifica el siguiente. Es la que pidió Claudio Vivas , el nuevo coordinador de las divisiones inferiores, para estar más cerca de los futbolistas amateurs, aun al costo de pasar días sin su familia.
El hombre que comienza a marcar el pulso del universo juvenil de Boca y que fue ladero de Marcelo Bielsa (a quien menciona antes de que se le pregunte por él) se dispone a una charla de una hora en la que se declarará a las órdenes de Guillermo Barros Schelotto , el jefe de una idea futbolística que se instrumentará desde la novena división, como alguna vez sugirió Carlos Tevez.
-¿Qué te sedujo de Boca?
-El nombre de Boca moviliza. La primera vez que me hablaron del club estaba ocupado y no pude aceptar la charla que me proponían. Era una posibilidad que veía escapar. Pero después me fui de la institución en la que estaba [Independiente, donde permaneció casi tres meses], por hechos que no viene al caso mencionar, y no tuve más que escuchar la oferta para aceptarla.
-¿Qué viste en estas primeras semanas en el club?
-Sabía lo que implicaba Boca por ser un hombre del fútbol, pero una vez acá uno se da cuenta de que es algo muy grande. Estoy conociéndolo, algo para lo cual se necesita tiempo, y ahora estoy metido en toda la programación del trabajo que queremos hacer. Cuando esté en marcha podré absorber más cuestiones que surgen en las charlas con gente referente del club. Necesito aprender las cosas que no sé, y estoy pendiente de ese aprendizaje.
-¿Hay un lapso para cumplir los objetivos?
-Firmé un contrato de tres años, pero espero buenos resultados antes. Quiero jugadores que lleguen a la primera división y se consoliden. Hoy tenemos jugadores que heredamos de otra gestión, a la que hay que dar mérito en caso de que estos chicos lleguen a la primera. Somos conscientes de que hay que mejorar lo que recibimos.
-Pese a la enorme cantidad de chicos que van a probarse en Boca, ¿es necesario salir a buscar jugadores?
-Siempre. Es importante no esperar a que los jugadores lleguen solos. La competencia por encontrar el talento natural existió, existe y existirá. La ventaja que tenemos es que todos quieren venir a Boca y debemos estar finos a la hora de elegir chicos que puedan vestir esta camiseta.
-A partir de cierta edad, ¿la estatura es determinante en algunas posiciones?
-Nosotros tenemos un protocolo por puesto específico para búsqueda de jugadores. No se cumplen todos los ítem, porque ningún jugador es completo, y menos en divisiones inferiores. Respecto a la estatura, es relevante en los arqueros y los marcadores centrales. Es complicado incorporar a un chico de 15 o 16 años que mide 1,60 metros y quiere jugar en alguna de esas de posiciones.
-¿Cómo es trabajar con jóvenes que tienen carencias sociales?
-Es una dificultad con la que hay que saber convivir. Tenemos que incluir a esos chicos para ver de qué manera uno los ayuda. Por eso contamos con tres psicólogos. Con ellos, los chicos pueden hacer terapia en caso de que lo requieran o a partir de problemas que influyen en sus rendimientos y que los entrenadores detectan. Para tener jugadores más inteligentes hay que hacer que los chicos estudien. Eso es innegociable: el chico que no va a la escuela, no puede jugar en Boca.
-Decidiste convivir con los chicos algunos días por semana en la pensión. ¿Por qué?
-Porque tenemos que estar encima de las dificultades. Cuando vienen de lejos, nos encontramos con situaciones sentimentales y de desarraigo que afectan lo psicológico. Se alejan de sus amigos, de sus novias, de sus barrios. El celular es una ayuda para estar comunicado con la familia, pero les exigimos que a la hora de la comida lo apaguen, porque está bueno charlar. Es necesario hacerles ver que este club es muy importante, que tienen que dar lo máximo y cumplir las reglas de convivencia. La buena noticia es la citación a un seleccionado juvenil o a entrenarse con el primer equipo, pero también hay que prepararlos para la mala, porque no todos van a jugar en la primera. Atrás de todo eso estamos nosotros.
-¿Cómo fueron tus primeras charlas con Guillermo Barros Schelotto?
-Tuvimos varias reuniones. La relación en un club de fútbol tiene que funcionar con mucha armonía, sabiendo cuál es el lugar que ocupa cada uno. Hoy Guillermo es el jefe de todos nosotros en lo deportivo y debemos trabajar para Boca y para él. Tenemos que ganar porque éste es un club grande, pero lo mío es enseñarles a los juveniles a resolver situaciones del juego.
-¿Qué importancia tiene en tu trabajo que Boca tenga un predio como el que está armando en Ezeiza?
-Eso es clave. Los clubes en los que estuve siempre tuvieron una espalda de estructura. Ésta es la mejor, sin contar la de cuando estuve como ayudante de Marcelo [Bielsa]. Es necesario tener instalaciones acordes con lo que uno pretende.
-Tevez había criticado la preparación física de los juveniles que se integraban a la primera. ¿Creés que es una materia por mejorar?
-Comparto lo que dijo Carlos. Sabemos que es importante salir a ganar y tener un plus en cada situación de juego y para eso hay que darles una preparación física idónea. Obviamente, lo hacemos con diferentes exigencias, porque no es lo mismo la novena división que la cuarta.
-Los chicos de las inferiores quieren llegar a la primera. ¿Los directores técnicos también?
-No está mal eso, porque los entrenadores necesitamos hacer inferiores para después dirigir en la primera. Pero también es cierto que uno debe saber en qué tarea es más útil. En mi caso, trabajar en las inferiores es mi pasión; ahí hago lo que me gusta dedicándole mucho tiempo, porque es complejo coordinar todos los aspectos que hay que abarcar.
-¿Cuál es tu mirada del presente de los seleccionados juveniles?
-Es algo sobre lo cual deberemos recapacitar cuando se arregle la situación de la conducción de AFA. Hay que volver a generar un proyecto de mediano y largo plazos. Se perdió mucho tiempo y va a ser difícil recuperarlo. Hay que hacer un buen trabajo en sub 17, sub 15 y sub 13, según las distintas edades; después, el sub 20 es casi un seleccionado mayor en el que muchas veces los jugadores no están a disposición por determinación de los clubes.
-Habías presentado un proyecto en la AFA. ¿Qué sentiste cuando nombraron a Claudio Úbeda al frente del sub 20?
-Hablé con Claudio y le conté que tenía malestar no con él sino con la situación. Había mucha gente con esperanzas y expectativas y la forma de la designación no fue correcta.
-¿Es necesaria la figura de un coordinador general de seleccionados juveniles?
-Sí, porque tiene que haber una línea de trabajo y de captación de jugadores. También porque es necesaria una organización para que se participe internacionalmente en por los menos tres o cuatro torneos por año en cada categoría. Eso es lo que hace que un jugador, cuando llega al seleccionado mayor, se haya puesto la camiseta argentina 50 o 60 veces en distintas etapas, como sucedió con Javier Mascherano.
-¿Son futboleros los chicos?
-Percibo que en Boca sí, pero en general hay de todo. Hoy, con la cantidad de partidos que pasan por día en la televisión y con la Play Station, es difícil para un chico no ser futbolero.
-¿Es necesario preparar a los jugadores desde muy chicos?
-El fútbol infantil es la base de una pirámide que va angostándose. De los 30 o 35 jugadores de novena que se anota en AFA, llega el 10%. Si en el fútbol infantil hay una muy buena base se va a necesitar incorporar menos chicos en el camino. Cuando se trae un buen jugador que puede ser importante a futuro, se hace una inversión; pero si se trae un jugador por las dudas, puede ser un gasto para la institución. Tenemos que suprimir esa grieta y tener jugadores que se formen en Boca para ser titulares y darle soluciones al club.
El aporte de los ex
Los DT de inferiores jugaron en Boca y lo empapan de la historia Club que lo recibe, club al que Claudio Vivas lleva el cuerpo de colaboradores con el que encara cada ciclo. Sin embargo, abre las puertas al conocimiento y la experiencia de otros. Luis Lúquez, Gustavo Pinto, Sergio Saturno, Victor Marchesini, Héctor Bracamonte y Rolando Schiavi, ex jugadores de Boca, siguen como entrenadores de las divisiones menores y Vivas cree que harán un buen trabajo juntos: "Tienen un sentido de pertenencia muy grande y me empapan de la historia del club. En esta estructura hay cosas que funcionan muy bien. Ésta es una", destaca.
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