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Claudio “Diablito” Echeverri hace goles, asiste y se divierte con la selección argentina Sub 17, pero su mensaje luego del triunfo ante Venezuela dejó una alerta
El Diablito, importante en el éxito de la noche del viernes que acerca al equipo al Mundial, se refirió a lo que siente por la presión que le transmiten
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Pide la pelota, encara, gambetea, la pelea, aplaude a sus compañeros, da instrucciones y tiene al arco en la mira. Además, un radar para identificar una opción de pase favorable cerca del arco rival. Claudio Echeverri está mostrando todo su repertorio con el seleccionado argentino en el Sudamericano Sub 17 que se disputa en Ecuador, en el que lleva anotados cuatro goles y dio tres asistencias en un equipo que está invicto y cerca de la clasificación para el Mundial de la categoría. Y sonríe el Diablito, ante los ojos de todos. Aunque en sus declaraciones también lanza una alerta que, como él en la cancha, no pasa inadvertido.
“Me están pasando muchas cosas y, siendo tan chico, la verdad que a veces siento mucha presión de la gente. Es lo que me toca y tengo que convivir con eso, pero a veces me estresa o me cansa, por así decirlo. Tengo que tratar de convivir con eso, que es un montón, pero también estoy bien acompañado por mi familia, por todos los que me rodean”, confesó en TyC Sports el número 10 del conjunto albiceleste en la noche del viernes, después de haber sido, otra vez, una de las piezas clave en el triunfo sobre Venezuela por 2-1 con dos goles de Santiago López que dejó a Argentina como uno de los tres líderes del hexagonal final.
El 2 de enero pasado, Echeverri cumplió apenas 17 años, pero ya deslumbra al mundo del fútbol hace tiempo, en las divisiones inferiores de River. Y esa mirada permanente sobre él la carga sobre los hombros, aunque en el juego no se note. “Estoy muy tranquilo, pensando mucho acá. Estuve hablando con mi familia. Estaba un poco bajón por ese tema porque hay mucha expectativa puesta en mí, y uno se pone a pensar y se dice ‘tengo que dar lo mejor para que la gente vea todo lo que se habla de mí’, pero una vez que entro a la cancha trato de olvidarme y darle lo mejor al equipo”, amplió sus sensaciones.
La frescura con la que habla es la misma con la que juega al fútbol. Él juega a la pelota. Y a su alrededor tiene una buena armadura, más allá de su análisis deportivo: “No jugamos como siempre porque el rival nos presionó bien arriba, pero conseguimos la victoria, que es lo más importante. Se nos complicó mucho y el equipo trabajó muy bien; ahora estamos muy cerca de conseguir el primer objetivo”. Eso, el boleto a la Copa del Mundo que será este año pero todavía no tiene sede, puede sellarse este lunes cuando el seleccionado Sub 17 se enfrente con Paraguay, que no tiene puntos en la ronda decisiva, y a falta de otros dos encuentros: ante Ecuador, el jueves próximo, y frente a Brasil, el domingo 23.
EL DIABLITO ECHEVERRI SOBRE LAS EXPECTATIVAS DE LA GENTE: "A VECES LAS SIENTO, PERO TENGO QUE CONVIVIR CON ESO" 🗣🇦🇷⚽
— TyC Sports (@TyCSports) April 15, 2023
La figura del combinado sub-17 habló sobre la presión que siente por parte de aquellos que esperan que pueda lograr objetivos con la albiceleste. pic.twitter.com/CB7Qr2EZUd
En esos duelos volverá a estar omnipresente la presión que siente entre partidos, aunque los resultados positivos y su rendimiento individual vayan a descomprimir un poco. También lo ayuda la cautela que le transmiten desde afuera, en el cuerpo técnico que lidera Diego Placente. Y desde River, a través de los mensajes de Martín Demichelis, el DT que todavía no pudo disfrutarlo en el día a día desde que tomó el lugar que dejó Marcelo Gallardo.
“A Claudio lo seguimos, estamos en contacto permanente con él. Tiene el ADN de River. Eso está claro, pero lamentablemente no lo pudimos tener porque siempre se entrenó de lunes a jueves con la selección argentina y bajaba a jugar algunos partidos a Reserva. Después, comenzó el Sudamericano. Hay que bajar un poco las expectativas, no deja de ser un jovencito y desde ese lado hay que llevarlo”, aseguró el entrenador millonario, en su última conferencia de prensa. Su equipo había goleado a Gimnasia de La Plata en el Monumental y mantenía la ventaja de cuatro puntos en la cima de la Liga Profesional, pero el Diablito, que está en Quito, también era tema de conversación en ese contexto.
“La evolución de los chicos no tiene límites, pero hay que manejar las expectativas que se han generado para con él y no queremos confundirlo. Queremos que siga entrenando, creciendo, que se ponga a la par de los profesionales porque es otro el ritmo. Está por el buen camino para convertirse en jugador profesional de River”, agregó Martín. El muchacho chaqueño ya firmó su primer contrato con el club, hasta diciembre de 2026. Fue casi un regalo de cumpleaños. La cláusula de rescisión es de 25 millones de euros y analizan subirla a los 50, para proteger a la joya.
El Diablito está feliz de representar a la entidad a la que llegó cuando tenía 11 años y de llevar la 10 en el seleccionado. Su picardía se ve en todo. Hasta en la mueca que hace con la boca para las fotos. “River es el club que me dio todo desde chico”, sostiene quien recibió el apodo por la similitud de su apellido con el de una gloria del fútbol boliviano, el Diablo Marco Antonio Etcheverry. El suyo no tiene la t ni finaliza con la y, pero el deporte hace hereditarias algunas asociaciones por parentesco o por el estilo de juego. Jamás vio jugar al Diablo original, al menos en directo, ya que nació 12 años después del Mundial de los Estados Unidos 1994 en el que participó la estrella del altiplano.
Nacido en Resistencia, inició su aventura en juveniles en Deportivo Luján, de la localidad chaqueña de Villa Río Negro, antes de sorprender a muchísimos más con la camiseta de River, sobre todo a partir de un torneo jugado en la ciudad italiana de Venecia en el que marcó nueve goles en seis partidos, pero quedó disconforme. “No estamos contentos, queríamos ser campeones”, dijo, tras el tercer puesto y la medalla de bronce quien tiene como ídolos a Lionel Messi, con el que se ha tomado fotos en el predio de Ezeiza al convivir los seleccionados, y a Juan Fernando Quintero, el colombiano que brilló en su primera etapa en el club, cuando los ojitos del Diablito lo tomaban como referencia.
Diestro, cerebral, hábil y veloz, juega como un enganche moderno. Y Demichelis tomó nota rápidamente cuando observó algunos partidos de la Reserva: integra la extensa lista de la Copa Libertadores, aunque todavía no debutó en primera.
En la última fecha FIFA participó de un entrenamiento junto a los campeones del mundo. A Ángel Di María lo impactó: “Estuvo bastante picante, lo estuvimos viendo y tiene mucho para dar. Es lindo que el cuerpo técnico traiga jugadores más chicos para poder disfrutar de los más grandes también y más en este momento tan lindo que estamos viviendo”.
Entre tantos sueños, Echeverri se ilusiona con un futuro de proyección ilimitada. Pero también alerta sobre lo que genera todo a su alrededor. Las tempranas presiones que siente la figura del Sub 17 dejaron el semáforo en amarillo.
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