¿Cómo se baila la cumbia del Chiqui Tapia?

Ni Ludovica Squirru puede develar hoy un dato que enloquece a millones de personas: ¿cuándo volverá a rodar la pelota? Con esa respuesta sobre la mesa vendrá un alivio: se reactivarán los engranajes de la industria del fútbol, una maquinaria de la que depende la economía de miles y miles de familias en cada país del mundo. Eso, si se mira el espectro global. Ahora bien, si solo se apuntara al fútbol argentino, entonces el inicio del nuevo campeonato (en septiembre, diciembre o febrero de 2021, da igual) también podría ser destacado por otro detalle: habrá un nuevo formato de competencia. Paradójicamente, la novedad no será noticia: lo mismo pasó en las últimas 11 temporadas. Es decir que no hay dos cursos consecutivamente iguales en el fútbol de Primera de la Argentina desde 2009.

A Claudio Tapia le corresponde solo una mínima parte de ese demérito. La última. En estos tiempos de pandemia, el presidente de la AFA le dio sentido a los versos que escribieron los letristas de "La sonora colombiana" hace tres años, cuando el dirigente se sentó en el mullido sillón de Grondona. Los muchachos, autores de "La cumbia del Chiqui Tapia", auguraban entonces: "Como lo hizo en Barracas, también lo hará en la AFA". Y no fallaron en la predicción. Igual que en el club de ascenso -ahora presidido por uno de sus hijos-, su figura terminó concentrando el poder después de ir esquilmando oponentes ocasionales.

Hace un mes, apenas, logró hacer estallar la Superliga junto a algunos actores de reparto, funcionales al deseo de recobrar la autoridad total sobre la Primera División y el manejo de una caja valuada en mil millones de pesos anuales. Ahora, lanzados, Tapia y sus muchachos dieron un paso más en la pista de baile, amparados en la pandemia: cortar la temporada actual y eliminar los descensos hasta diciembre de 2022, según lo que votará el Comité Ejecutivo de la AFA este martes. Suena lógico, aunque discutible, que la medida abarque esta temporada, que debió interrumpirse de modo abrupto. ¿Pero qué argumento serio puede presentarse para validar que haya dos años más sin descensos?

Hay intereses que explican la decisión, como la ampliación progresiva de clubes en Primera para tal vez terminar reeditando la idea grondoniana del torneo de 30 equipos. O el propósito de reafirmar el apoyo que Tapia cuida como oro: el de los clubes medianos y chicos, el embrión de su liderazgo. Una condición que mantiene a pesar de que en la votación de hoy no lo sigan Boca -porque Angelici, usurpador del cargo que el club detenta en la AFA, no votará- ni River, que ni siquiera tiene una silla en el Comité Ejecutivo. Trucando el viejo slogan: "Tapia lo hizo".

Lo que no se podrá encontrar en la orden del día es un argumento asociado a la justicia deportiva. ¿Pero a quién puede importarle eso, mientras la cumbia siga sonando?

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