Rosario Central le ganó a Temperley y es el único puntero del torneo

ROSARIO.- Para sorpresa de muchos, Rosario Central se asoma desde el balcón del protagonismo. En este torneo experimental está dando muestras de que entiende como pocos el arte de ganar. Una virtud que encuentra partido tras partido y que siempre saca del baúl del amor propio.

Pero atención: Central, el equipo del Chacho Coudet , no gana sólo por eso. Se reconstruye desafío tras desafío, e incluso sabe hacerlo dentro del mismo partido. Como lo ilustraba el propio entrenador. "No tenemos comienzos de partidos como nos gustaría, y no siempre el fútbol te da la chance de reponerte".

Toda una descripción coyuntural, pero también una definición de principios. El equipo sabe desde dónde parte, corrige el rumbo y termina, como hasta ahora, ganando.

Lo supo hacer con Racing, el campeón. Ni hablar con Tigre. Lo continuó en Misiones, frente a Crucero del Norte; lo reivindicó en el viento de Bahía Blanca, ante Olimpo, y lo terminó de suscribir en la rara tarde en Arroyito, sin el calor directo de su gente, pero con la compañía de miles de hinchas en cada rincón de la ciudad que estallaron -no hace falta ser testigo- con otro gol de Marco Ruben . Todos los partidos le resultaron empinados, pero en todos supo encontrar una ruta recta hacia un paisaje ganador.

¿Qué tiene Central? Es conveniente desmenuzarlo línea por línea. Primero, un arquero, Caranta, que ratifica partido tras partido su buen nivel, más allá de un error puntual que cometió ante Temperley . Hasta ahora, una defensa que es, en el balance, positiva, aunque es el sector en el que más ajuste necesita.

Si de la mitad de la cancha hacia atrás es un equipo con altibajos, hacia adelante, hoy, es arrasador. En Marco Ruben recuperó a un delantero con nivel europeo, que en cada pelota que le llega está cerca del gol. De hecho, hoy está en el tope de la tabla de goleadores.

Como contra Tigre, en la tripleta con Olimpo y esta tarde, Ruben mostró ser un jugador diferente. Claro que hay otro aporte fundamental: el de Franco Cervi, un chiquilín que juega bien al fútbol, asiste y da muestras de que la primera división no le pesa. Increíblemente apartado por Miguel Russo, habla el idioma clásico del fútbol argentino.

Esta tarde, Central jugó un primer tiempo apagado, en el que Temperley le quitó espacios, le cerró caminos y hasta buscó inquietarlo. La expulsión de Fernández -una irresponsabilidad- le complicó la tarde.

Coudet, una vez más, respondió desde el banco y el ingreso de Colmán lo colmó de fútbol. El equiop jugó mejor, tuvo una alta posesión de pelota y el rival, pobre, mezquino, de mínima jerarquía individual, se entregó al destino.

La llevó Colmán, la dibujó Cervi , con corrida y asistencia, y la definió Ruben con un toque sutil. Sumaron talento y ganaron el partido. Ya no hubo tiempo para la reacción de los visitantes.

Central recupera su andar sobre la marcha y eso le alcanza para ser el mejor en este tramo inicial, con lo que ello significa. Busca en su memoria emotiva signos de otros tiempos de solvencia y actitud ganadora.

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