Caruso Lombardi divide opiniones, más allá del empate sobre el final de Huracán

Mientras René Houseman –campeón con Huracán en el 73, campeón del mundo en el 78 con la selección argentina– recorre apesadumbrado el pasillo de la platea Alsina, el Globo consigue un empate agónico (y merecido) ante Racing. Toda la angustia se diluye en ese grito de gol, tras la arremetida de Ignacio Pussetto para el 1-1. Aunque sea solo un punto, sirve para cambiar la imagen de un equipo que sufre. Lo que preocupa en Parque Patricios no es esta igualdad: son los 224 días que lleva sin poder ganar en el Tomás Adolfo Ducó. Todas las miradas están puestas en el banco de suplentes quemero. En su entrenador. En Ricardo Caruso Lombardi . ¿Qué opinan los hinchas del Globo? ¿Cómo está el termómetro con los simpatizantes? ¿La gente es optimista? ¿Le ve futuro?

El empate, y el desarrollo del juego, claro, sirven para cambiar las opiniones de una hinchada que en su mayoría no le dio la bienvenida al verborrágico entrenador, cuando asumió hace ya dos meses. “Hoy se vio otra actitud. A mi no me gusta Caruso, pero estamos peleando el descenso y creo que en esta situación es el mejor”, opina Fabián, de 54 años.

Antes de que Mauro Vigliano pitara el comienzo era difícil encontrar apoyo al DT entre los hinchas. “Yo creo que entró mal con los jugadores. Se equivocó, habló demás en el comienzo. Dijo –opinó en la previa Sebastián, un hincha de 39 años– que estaban mal físicamente. Y el grupo de jugadores de Huracán son tipos grandes, con sus mañas, es complicado confrontar así”. Ayer Caruso sentó en el banco al Rolfi Montenegro, Mauro Bogado y Martin Nervo, referentes del plantel. Más allá del resultado de anoche se vio un equipo vivo, aunque la estadística le siga en contra. En seis partidos, Caruso suma tres derrotas, dos empate y una victoria. El promedio aprieta. Está a solo dos puestos de la zona de descenso. El heredó una situación compleja, pero hoy es quien está al mando.

Pero no sólo el presente pesa sobre Caruso. “Cuando lo anunciaron no lo entendí. No tiene nada que ver con nosotros, con la historia de este club. Los dirigentes pensaron que era una solución al mal momento. Ojalá tengan razón. No le veo mucho futuro”, aseguraba Luis González, de 62, sentado en las butacas de cemento del Ducó antes del comienzo.

La identidad de Huracán, un club con apego a la nostalgia, a la tradición del barrio, no parece ser la misma que la del DT. Los hinchas vibraron con el equipo de Menotti en el 73 y de Cappa en 2009 no sólo por los resultados. También por el estilo. “Así como Cappa me permitió combinar todo lo que creo que está bien en el fútbol con mi pasión, con Caruso Lombardi me pasa lo opuesto. Pero soy hincha y quiero que le vaya bárbaro”, aporta Mauro Petrillo, de 37, a la salida de la popular local, satisfecho con lo que vio del 1-1 dentro del campo de juego.

“El clima va a estar pesado”, había aceptado Caruso en la semana, tras la derrota ante San Lorenzo. Su equipo parece haber dado vuelta ese pronóstico. Huracán se fue aplaudido. Y sus hinchas con otro humor. Como Alfredo, de 55 años: “Después de esto lo banco. Iriter (un chico de 21 años que fue titular por primera vez) fue una apuesta de él. Se la jugó al sacar a los históricos y los jugadores le respondieron”. Como se ve, el DT no tiene la aceptación general, pero al menos ayer ganó tiempo. Caruso es así: como Huracán dividió puntos con Racing, él divide opiniones.

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