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Carlos Valderrama: “Messi va a llegar muy bien al Mundial 2026”
El ‘Pibe’ analiza el fenómeno del crack argentino en la MLS y asegura que podrá jugar hasta los 40 años; Maradona, Scaloni, Di María y Redondo
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Responde desde Santa Marta, con el oleaje del mar Caribe como fondo. “Aloooo, hombre, todo bien, todo tranquilo, ¿cómo la está pasando? Aquí estamos bacano”. Carlos Valderrama, inconfundible. Jura que no hay rincón del planeta donde no lo reconozcan. “Me descubren en todos lados porque todavía tengo la pinta”, bromea, camino a los 62 años, con los resortes de siempre en la cabellera, pero ahora plateados. Son días de descanso en la playa, porque el ‘Pibe’ vive en Barranquilla, donde una pared de su casa está tapizada con fotos de su carrera. Aparece acompañado por Menotti, Valdano, Burruchaga, Ruggeri, Redondo, Zanetti, Maxi Rodríguez… y Maradona, claro… y Messi, también. “Cuando veía a Diego le pedía una foto, y cuando lo volvía a ver, le pedía otra. Y si lo vuelvo a ver a Messi, le voy a pedir otra, aunque ya tenga una. Entonces cómo no voy a entender a la gente cuando me pide una foto o un saludo, si yo soy igual”, se confiesa Valderrama.
“Che… ¿y el pibe?”, preguntaba el Turco Rubén Deibe, el argentino que en los ‘60 dirigía a Unión Magdalena, cuando uno de sus jugadores, Carlos ‘Jaricho’ Valderrama, llegaba a las prácticas sin su hijo, un rubiecito de rulos. Nadie se podía imaginar que se transformaría en apodo para siempre. Ese niño creció, jugó en Europa, tres mundiales (90-94-98), se convirtió en emblema de Colombia y cerró su carrera en una liga que apenas asomaba, la Major League Soccer (MLS) casi amateur. Una liga que por estos días está atravesada por un fenómeno. “Con Messi hay un quiebre en la historia del fútbol norteamericano, pero no descubro nada, ya lo está demostrando. Los estadios se llenan con su sola presencia, y se vacían sin él… ¿lo has visto? Cuando lo sacaron en un partido faltando pocos minutos, la gente se fue. Como que ya no tenía sentido quedarse, ¿no? Ahí está la muestra, ahí está la muestra…”, analiza y retumba.
“Inter Miami nunca había llegado a una final siquiera –avanza–, y con él, en un mes ya ha salido campeón. Lo bueno es que a Messi se lo ve feliz, que es lo que él quería, y su llegada le va a quedar a la MLS como una marca para siempre. Nada ni nadie puede quedar ajeno al paso de Messi por sus vidas”, agrega Valderrama, que entre 1996 y 2002 jugó para Tampa Bay Mutiny, Miami Fusion y Colorado Rapids. Las estadísticas de la MLS recuerdan que en su recorrido repartió 114 asistencias.
“El fútbol norteamericano que yo viví y el actual son muy diferentes. Otra liga. Cuando yo llegué apenas iba a arrancar la MLS, fuimos pioneros, imagínate tu que apenas eran nueve equipos…, y los equipos no tenían estadios. Eso cambió. De a poco, se consiguió lo que se quería: que la gente viera que en los Estados Unidos se podía jugar al fútbol como lo jugábamos nosotros, ¿entiendes? Como en Sudamérica. Y se logró: ahora hay 30 equipos, y los equipos tienen estadio e hinchada propios. Valió la pena aquel comienzo, era un desafío y siento que pusimos nuestro granito de arena. Todo principia de una semilla. Hasta es un mercado atractivo para muchos jugadores que eligen jugar en Estados Unidos. Había que lograr que el fútbol fuese una actividad, digamos, cotidiana, no una rareza a ojos de los norteamericanos. Eso se logró. Y ahora con la llegada del mejor del mundo, bueno…, con Messi ya es una revolución”.
Analista del programa Fútbol De Primera, junto con Andrés Cantor, el relator de Telemundo, a Valderrama también se lo puede seguir en You Tube en el segmento ‘Un rato con el Pibe’. Por estos días, el tema es Messi, Messi y Messi. “Sólo una vez me lo crucé. En la entrega de un Balón de Oro, si no estoy mal…, en Suiza, quizás en 2012… Tengo la foto, porque como te decía, claro que se la pedí. Me lo crucé y tuve el gusto de conocerlo personalmente. Es que Messi me emociona, no llora, no se queja, juega, juega y juega”, repite y sube el tono para subrayar la sentencia.
-Vos te retiraste en los Estados Unidos, y quizás, él también.
-Ahhh, uno no sabe, uno no sabe... Yo lo veo jugar y creo que todavía puede jugar muchos años. Y más con su estilo, porque si hay algo que me gustó siempre de él es que nunca dejó de ser jugador de fútbol. ¿A qué me refiero? A que a él lo que le gusta es jugar, nunca lo oí quejarse de que hay mucho sol, o que hay arena, o que está lloviendo, que hace frío o calor, que el campo está malo… No, ¡nada, nada!! Va y juega. Nunca lo oí decir no quiero ir. Va a todos lados y juega. Y es el mejor en todos lados. Entonces, nunca ha dejado de ser ese jugador de barrio, porque eso somos, somos nuestros inicios, y uno inicia en barrio. Pero algunos, cuando llegan, ponen condiciones: que aquí no, que allá tampoco, que de esta manera menos. Pero con Messi jamás, nunca lo oí poner una condición para jugar. Porque él quiere jugar. ¿Lo escuchaste quejarse de los golpes? Nunca. Porque de ‘peladito’ le pegaron y se acostumbró a recibir patadas. Al contrario, a Messi le gusta que le peguen, te diría que busca que le peguen…, entonces se agranda, va por todo y hace la diferencia. Como siempre la hizo, porque hace más de 10 años que hace la diferencia.
Carlos Valderrama was on another level. 🇨🇴 pic.twitter.com/QehZUqnQah
— Major League Soccer (@MLS) April 8, 2020
-Dijiste que creés que jugará muchos años más…
-Si quiere, jugará hasta los 40 años. Porque además, ahora está contento, está feliz, se ríe todo el tiempo, y cuando uno está feliz jugando al fútbol, mi hermano, sigue y sigue y sigue jugando. Gracias a Dios no ha tenido lesiones importantes... Míralo, está alegre, está feliz, así podrá seguir jugando mucho tiempo.
-Incluso, ¿hasta el Mundial 2026?
-Llega, pero claro que llega, mi hermano. Fijate…, ya pasaron ocho meses de la final de Qatar y está jugando todavía mejor. Y ríe todo el tiempo. Va a jugar el Mundial de los Estados Unidos y va a llegar muy bien. Ganó lo que quería, se sacó ese peso. Pero no pierde las ganas. Siempre creí que el fútbol lo iba a recompensar. Hace años dije que algún título iba a ganar con la Argentina y mira, los ha ganado todos, todos. ¿Qué le falta? ¡Nada! En su carrera lo consiguió todo, si hasta la MLS va a ganar. Lo que Messi ha hecho por el fútbol, el fútbol se lo ha regresado con premio porque él se lo merecía. Insistió, insistió, jamás bajó los brazos y ganó la Copa del Mundo. Siempre le van a exigir, pero a él le gusta eso, quiere que le exijan para decir ‘aquí estoy’. La gente del fútbol está muy contenta por todo lo que le ha pasado a Messi. ¿Por qué? Porque ha sido distinto, diferente, pero especialmente porque nunca se entregó, siempre quiso más. Y lo logró. ¿Le pedían el campeonato del mundo? Ahí está.
-¿Es el mejor de la historia?
-Está en la mesa, claro, pero usted sabe que esta mesa no es de uno, esa mesa es de varios. La mesa del fútbol es de varios porque el fútbol lleva mucho tiempo. Se fue Pelé, se fue Cruyff, se fue Diego… y apareció Messi, y apareció Messi... Y jugaba bien, pero no ganaba la Copa del Mundo. Y algunos no se lo perdonaban. Pero ya está, ahí está. Se puede sentar ahí sin ninguna clase de problemas. Esa mesa hay que pensarla muy bien, no de apuro, porque claro que deben estar Di Stefano, Pelé, Cruyff, Diego, Messi… y tampoco puede faltar Ronaldo, el ‘Fenómeno’.
-¿Confiabas en la Argentina en el Mundial de Qatar?
-Yo antes del Mundial decía que podían ser campeones porque no habían perdido, llegaban con un largo invicto. No fue fácil armar el equipo porque hubo un recambio generacional, pero lo armaron. Y aun así, después de perder en el debut, el técnico arriesga y hace varios cambios durante la competencia, y fíjese usted que los cambios le funcionan. Aparecen Mac Allister, Julián, Enzo Fernández… Tenía plantel para ser campeón y tenía al mejor en un momento increíble, porque siempre que apareció Messi, hizo la diferencia. Ganaron el campeonato merecidamente, no lo ganaron de suerte, lo ganaron jugando bien. Porque los partidos con Holanda y con Francia los dominaron hasta el minuto 80, después se descuidaron y se los empataron, pero Argentina fue superior siempre.
-Sacalo a Messi. ¿Qué otro argentino te gustó en el Mundial?
-Di María, Di María, ehhhh, Di María, Di María es bravo, Di María no es fácil. Y va, va, va, siempre está, él ayudó mucho a quedar campeón Y se lo merecía también, porque no dejó de intentarlo. Siempre fue un jugador diferente, distinto. La Argentina le exigía todo, mucho, y él insistió. Junto con Messi lo lograron, vaya si se lo merecen. Pero Di María fue muy importante.
-¿Qué análisis hiciste de la inexperiencia de Scaloni?
-La experiencia es importante, claro, pero más allá de eso yo prefiero destacar que Scaloni siempre ha sido el mismo. Cuando empezó o ahora, campeón del mundo, gane o pierda. Lo veo en las entrevistas y el man siempre es el mismo, siempre tiene el mismo estilo. Creo que lo ayuda haber sido jugador de fútbol. Siempre lo veo sensato, y ahí no importa que seas veterano o que seas joven.
-Ya empiezan las eliminatorias para 2026. ¿Qué expectativas te despierta Néstor Lorenzo como entrenador de Colombia?
-A Lorenzo lo veo bien, estamos confiados porque conoce el ambiente colombiano, conoce a los jugadores. Creo que ha sido un acierto su designación. Hasta ahora el equipo está andando bien, ha habido una renovación, los muchachos nuevos están respondiendo y a la vista está: van ocho partidos amistosos, con distintas alineaciones y el equipo ha funcionado, va invicto, juega bien. Pero como decimos todos: ahora llega la hora de la verdad. Estamos entusiasmados y tengo el optimismo de que la selección va a volver al campeonato mundial.
-¿Quién es el mejor colombiano, hoy?
-Ahora hay dos, dos… Está Lucho Díaz, que es de los nuevos, pero también todavía está Cuadrado, que es de la generación anterior, pero todavía está vigente. Está en forma…, tenemos las dos generaciones: Cuadrado, de los veteranos, y de los nuevos, Lucho Díaz.
-¿Te gusta el fútbol actual?
-El fútbol de esta época es diferente al nuestro, pero me gusta, no me aburre. Ha cambiado, sí, pero como todo en la vida. Uno tiene que adaptarse en la vida para seguir cantando, y uno se adapta al fútbol actual. Pero es bueno también.
-Cambió el biotipo del futbolista. ¿Habrá que acostumbrarse a que los premios ahora serán para un estilo como el de Mbappé o Haaland?
-Pero todavía está Messi. Es cierto que tiene 36 años, es cierto que Mbappé y Haaland ya han llegado, pero todavía está Messi, y Messi todavía hace la diferencia. Mbappé y Haaland son delanteros y hacen muchos goles, ¿pero en el medio de la cancha qué? Ahí todavía no ha aparecido otro mejor que Messi. Mientras esté Messi, y haga la diferencia, vamos a esperar para encontrar al sucesor. Todavía está Messi y él sigue mandando.
-Mbappé dijo en mayo de 2022 que el fútbol en Sudamérica no estaba tan avanzado como en Europa. Pero el campeón mundial es Argentina, el olímpico es Brasil, en el Sub 20 manda Uruguay y en el Sub 17, Brasil también.
-… No lo he oído a Mbappé decir ‘me equivoqué’. Eh, eh… Es que él nunca ha jugado en Sudamérica… Cuando uno se equivoca, después puede decir ‘si señor, me equivoqué’. Pero no lo he oído… Ahí está Sudamérica, con títulos y con fútbol, ha dicho aquí estamos presente. Espero que algún día Mbappé diga ‘disculpas, me equivoqué’.
-¿Cómo observás el crecimiento del fútbol femenino? Colombia acaba de ser el mejor representante sudamericano en el Mundial que ganó España.
-Hay que seguir apoyándolas… ¿Por qué en Brasil, en Estados Unidos y en Europa las apoyan? Y aquí no. Aquí, a las muchachas, en Colombia, les hacen apenas un campeonato de uno o dos meses, no, no. Yo pido que les hagan un campeonato de un año, porque ellas se lo ganaron. Fíjese usted lo que han hecho en el Mundial. Vamos, que las muchachas ya se ganaron ese derecho. Como en otros lugares lo entendieron, en todos los países también debemos entender que hay que apoyarlas.
-¿Quién ha sido el mejor colombiano en el fútbol argentino?
-Sería injusto decirte uno, sería injusto… Lo que hicieron los de Boca está y quedará en la historia, lo que hicieron esos tres, Jorge [Bermúdez], Oscar [Córdoba] y Chicho [Serna] no es fácil, ganaron a lo grande. Los de River también han sido muy importantes, [Juan Pablo] Ángel, Yepes, Radamel y pienso que lo que hizo Juanfer, en un partido decisivo de la Libertadores, también lo pone en el escalón de lo inolvidable… Pero sería injusto decirte ‘este’. Han pasado muchos. Lo bueno es que los muchachos que fueron, abrieron la puerta. Antes era muy difícil para nosotros jugar en la Argentina, pero llegaron estos muchachos, y los de Independiente, los de San Lorenzo y los de Racing también, y demostraron que sí se podía. Y ustedes, ahora, todos los años llevan colombianos para Argentina.
-¿Cómo recordás tu frustrada llegada a Newell´s, en 1995?
-Me quedé con las ganas, claro. Pero bueno, no hicieron las cosas bien entonces… Hicimos la presentación, me puse la camiseta y me quedé esperando ese adelanto que nunca llegó porque empezaron las excusas. Entonces pensé: ‘Si el primer día es malo, todo va a ser malo’. Me regresé y me quedó pendiente jugar en el fútbol argentino. Siempre que iba a jugar a la Argentina me encantaba ese ambiente. Uhhh, claro que me hubiera encantado jugar en Argentina, pero bueno, no me tocó.
El 4 de enero de 1995 Carlos Valderrama fue presentado como nuevo jugador de Newell's. ¿El Pibe jugó en el fútbol argentino? "Me habían prometido un adelanto. No estaba. Me pusieron excusas y pensé: 'Si el primer día es malo, todo va a ser malo'". Y se volvió para Colombia pic.twitter.com/FD0wNwaWJs
— VarskySports (@VarskySports) January 4, 2020
-En ese verano de 1995, cuando estuviste en Newell´s, ya había otro “pibe” en el club. Uno de 7 años que jugaba en las infantiles: Messi.
-Quién hubiera sabido, ¿no? Yo he visto esos videos de ‘peladito’ y los llamo a mis familiares y les digo ‘vengan, vengan a ver esto’: chick, chick, chick, se lleva a todo el mundo, no lo pueden parar, igual que ahora, y hasta canta los goles igualito todavía. No cambio nada. Increíble.
-¿En alguna otra ocasión estuviste cerca de jugar en la Argentina?
-Síiiiiiiiiiiiii, también estuve cerca de ir a Independiente cuando llegó el Flaco Menotti, en 1996. Pero para esa época yo ya había dado mi palabra para ir a la MLS, y para mí, ahí no hay negociación. Cuando yo doy la palabra, ya está. Estuve cerca dos veces, pero no tenía que ser.
-Has tenido pocos compañeros argentinos en tu carrera.
-Por fuera no compartí planteles con argentinos, ni en Montpellier, ni en Valladolid, ni en la MLS. Pero en Colombia, sí, y establecí relaciones cercanas, de amistad, por ejemplo, con Claudio Rodríguez, que jugó en los Cebollitas con Diego y en Argentinos Juniors. El papá, Perfecto Rodríguez fue el que me hizo debutar en Unión Magdalena..., él creyó en mí, me decía ‘juegue y dibuje, dibuje...’.
-¿Con qué argentino no te gustaba cruzarte en una cancha?
-Yo con el que no me quería cruzar, nunca, y me lo crucé varias veces, fue con Fernando Redondo porque jugaba mucho. Yo prefería jugar contra Simeone, que pegaba, iba y luchaba, como con Oscar [Ruggeri], pero cuando me tocaba Fernando… ayyyy, no, no. Una vez el profe Maturana me dijo: ‘Carlos, tiene que tapar a Fernando’ y yo me eché a reír durante la charla, delante de los muchachos: ‘A mí profe, justo a mí me lo va a tirar’. Es que Fernando jugaba mucho. Y ahora lo he visto a su hijo, lo vi en la Copa Libertadores, en el Mundial Sub 20, y veo que también tiene calidad.
-¿Qué sucedía en el vestuario cuando en el de enfrente estaba Diego Maradona?
-Había respeto y admiración, y se sentía en el vestuario. Porque era el mejor. Pacho, nuestro entrenador, nos decía ‘nos tocó jugar contra Argentina y contra el mejor, es así’. Jugar contra Diego era muy difícil, pero siempre hubo respeto, admiración. Diego tampoco se quejaba, él jugaba. Por suerte, establecí una amistad con él, me sentí su amigo.
-¿Qué te pasó con su muerte?
-Todavía me parece mentira, mentira, tenía sólo 60 años. Estuve en su despedida en la Bombonera, en 2001, y él vino a la mía, en 2004. La última vez que lo vi fue en un amistoso de la FIFA en los Emiratos Árabes..., nos dimos un gran abrazo. Recuerdo los momentos que viví con él, no sólo en una cancha, sino afuera. En la cancha era diferente, pero afuera era espectacular. Siempre pendiente, siempre cercano… ‘¿Qué te pasa, qué necesitas, cómo estás?’. Ese era Diego. El de la cancha era genial, sí, pero el que conocí afuera de la cancha era espectacular.
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