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Carlos Bilardo y la historia de la convocatoria más insólita que hizo en la selección: para marcar al 9 de Brasil en un solo partido
El día que la Argentina volvió a ganarle a su clásico rival después de 13 años
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La Municipalidad había clausurado la Bombonera. “Problemas de mantenimiento”, decía el acta que obligó a Boca a jugar como local en la cancha de Atlanta, frente a Platense, por el viejo Metropolitano, el miércoles 17 de agosto de 1983. Ese día, en un 0 a 0 tedioso, Roberto Mouzo tuvo el primer mensaje: Carlos Bilardo estaba interesado en convocarlo para la selección nacional. El cuerpo técnico xeneize le advirtió que uno de los ayudantes del DT iba a evaluar su rendimiento.
Recibió la noticia con mucho asombro. “Sabía que Bilardo mandaba espías por todos lados, pero que me siguiera a mí… La verdad es que, por mi edad, no lo esperaba”, recuerda hoy el vigoroso zaguero. Era el capitán de Boca, tenía 30 años. En esos tiempos, los 30 eran considerados una edad cercana al retiro. Y el proceso que iba a desembocar en México 86 apenas empezaba. Nadie podía imaginar que un jugador con 33 años podía llegar al Mundial. De hecho, el único con esa edad en el plantel de la Copa del Mundo fue Daniel Passarella, un histórico.
Pero más sorprendente que el seguimiento fue la primera charla que tuvo con el entrenador. “Me citó en la mueblería que su familia tenía en la calle Juan B. Justo al 5000. Nos encontramos ahí y fuimos a un bar cerquita a tomar un café”. Bilardo estaba preocupado por la potencia goleadora del 9 de Brasil. Fue directo, no se anduvo con vueltas: “Necesito que lo anules a Roberto Dinamita en ese partido. No hay muchos que sepan la función de stopper y yo quiero jugar así. Pero va a ser la única vez que te llame. Te necesito para este partido, nada más. No te voy a volver a convocar porque tengo otros jugadores”, le aclaró.
La Copa América se jugaba con un formato similar al de la Libertadores, con partidos de local y visitante. La Argentina compartía el Grupo 2 con Ecuador y Brasil. En el primer encuentro, el 10 de agosto, la selección empató 2 a 2 con los ecuatorianos en Quito. Aunque empezó bien y se puso 2-0 con un par de goles de Burruchaga, la altura pesó y el equipo se replegó en la segunda mitad. Cuando los locales marcaron el descuento, los argentinos intentaron hacer tiempo. Ivo Ron trató de sacar la pelota rápido dentro del arco, pero José Luis Brown se lo impidió. Se empujaron y el árbitro los expulsó a los dos.
Para el técnico, Brown era indispensable. Le dieron dos fechas de suspensión y tenía que recurrir a alguien más. Y allí apareció Mouzo, una gloria de Boca. Sus 426 partidos con esa camiseta son un récord insuperado. Pero en ese momento le estaban pidiendo que acepte una citación por única vez, como segunda opción y por una emergencia. ¿Cuál fue su respuesta? “Acepté, por supuesto. Era la selección. Bilardo fue sincero, me dijo que me llamaba en ese momento puntual y que no me iba a convocar más. ‘No hay ningún problema, contá conmigo para lo que necesites’, le dije”.
-Otro en su lugar podía haber tomado a mal un pedido así. ¿Qué le dijeron sus compañeros en Boca cuando se enteraron?
-Que era una locura, que le tenía que decir que no.
-¿Una locura de quién?
-De Bilardo… y la verdad que un poquito mía también (se ríe). A todos les expliqué lo mismo: peor fue lo que me pasó en el 76, con Menotti. Yo estaba jugando bien y la gente me pedía para la selección. Me tuvo que convocar. Me llevó a Rusia a una gira de 45 días (N. de la R.: fueron 15), pero no me puso ni un minuto, porque estaba peleado con el Toto Lorenzo. Eso me costó digerirlo. Lo de Bilardo no me molestó, me dijo las cosas de frente.
Aquella gira del 76 fue importante para la selección. El equipo de César Luis Menotti por primera vez jugaba contra seleccionados europeos. Le ganó a Unión Soviética en Kiev (1-0), a Polonia en Chorzow (2-1) y perdió con Hungría en Budapest (2-0). Luego jugó dos partidos más con clubes: perdió 2-1 con Hertha Berlín y empató sin goles con Sevilla. Ni siquiera en esos encuentros “no oficiales” tuvo oportunidades Mouzo.
Pero no guarda rencor. Si hasta comenta con orgullo que fue la ver la final con Holanda en el Monumental, en 1978. “Conseguí una entrada y puedo decir que fui el primero en entrar. La cancha abría a las 11 y yo estaba desde antes haciendo la fila que llegaba hasta el Tiro Federal. Un policía me vio y me llevó adelante de todo. Estuve en la popular, en el paravalanchas, al lado del tipo que se hizo famoso porque estaba disfrazado de novia”.
Pero la historia regresa a 1983. Ese mismo jueves 18 de agosto Bilardo anunció la presencia de Mouzo en la convocatoria para el duelo por la segunda fecha de la Copa América con Brasil. “Mouzo siempre fue un jugador que quise tener en mis equipos. Lo llamé y le dije que lo necesito ahora. Está bien. Hace dos años que en Boca no hace esta función. De haber seguido de stopper no hubiera tenido dudas de confirmar hoy mismo que es el titular”, explicó el técnico ese día en LA NACION.
La Argentina le gana a Brasil en la Copa América de 1983
El viernes fue el primer entrenamiento y Bilardo lo mandó a seguir a Ricardo Gareca por toda la cancha. Quedó más que conforme: “Es casi seguro que será titular”, afirmó.
La prensa se preguntaba si podría llegar a México (aunque ni siquiera se había jugado la que sería una traumática eliminatoria). “Tengo 30 años y lo importante para todo deportista es llevar una vida ordenada –contestaba Mouzo–. No puedo decir si seguiré con este estado físico por tres años, pero tengo el entusiasmo para no defraudar a nadie”.
Y sobre la situación puntual de marcar a Roberto Dinamita, contó: “Ya tuve la posibilidad de marcarlo en un cuadrangular que jugamos con Boca en Venezuela. Es un jugador duro y no se le puede dar un metro de ventaja”.
El “experimento” salió muy bien. El 24 de agosto quedará marcado como un día histórico. La selección llevaba 13 años sin ganarle a Brasil y se impuso por 1 a 0 en el Monumental (gol de Gareca). Según las crónicas, Dinamita sólo una vez se le escapó a Mouzo. Pero fue una jugada sin peligro. No volvió a tocar la pelota en todo el partido.
Bilardo lo hizo jugar un partido más, la semana siguiente ante Ecuador (otro 2 a 2, pero esta vez en el Monumental). Ya no estuvo en el cierre del grupo (0-0 ante Brasil en el Maracaná) y la Argentina quedó eliminada. Y, tal como le había prometido, no lo convocó nunca más.
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