Boca-River. El xeneize quiere aprovechar el momento y jugar cuanto antes el primer partido en la Bombonera

Carlos Tevez atraviesa el campo de juego de la Bombonera. A su derecha lo acompaña Darío Benedetto. A su izquierda, Ramón Ábila . Son las 17 del sábado 10 de noviembre, el instante en el que tendría que haber comenzado la primera superfinal de la Copa Libertadores entre Boca y River . Pero la lluvia alteró todos los planes.

"Cayeron más de 100 milímetros de agua en 12 horas. Más que durante el resto del año, que hasta hoy habían sido 90 milímetros", declaró Christian Gribaudo , secretario general del club de la Ribera. En tanto, Daniel Angelici dio su punto de vista: "Si hubiese sido por mí, lo hubiese suspendido antes. La cancha drena bien, pero esto sobrepasa todo. Y es la Conmebol la que define. No Boca."

Es imposible especular qué puede pasar si la final pasa para el próximo sábado y se recuperan Ponzio y Scocco. Nos hubiera gustado jugar hoy, pero realmente no se podía

El malestar del público, que volvió a sus hogares completamente empapado, contrastó con una sensación generalizada: futbolistas, cuerpo técnico, dirigentes y fanáticos consideran que jugar bajo la lluvia desvirtúa las acciones y beneficia a River. "Antes Boca era barrero. Ahora ya no. Quiero jugar con sol", deslizó Gribaudo. Y aunque eso difícilmente pueda concretarse (de aquí al domingo 18 apenas el jueves estará soleado), resume el pensamiento generalizado. La cancha pesada le impide a Pavón y a Villa desplegar su mejor carta: la velocidad. Y expone a más roces al tridente del mediocampo: si reciben otra amarilla, Pablo Pérez y Nández se perderán el desquite en el Monumental. Y Barrios es una pieza clave.

En el escenario que se presentaba el partido de ayer (que probablemente se repita en la tarde del sábado, y de allí la incógnita hasta las 13 para saber si finalmente se juega hoy o no), el favorecido es River. ¿Por qué? Porque el contexto permitiría un desarrollo con más pelota dividida, menos espacios y, por deducción, menos situaciones de gol. Ideal para intentar evitar la derrota y volver a Núñez a definirlo de local.

Pero se da otra alternativa que del lado xeneize quieren evitar. Si las inclemencias climáticas impiden programarlo antes, la posibilidad de que la primera final se dispute recién el sábado próximo le da a River tiempo para recuperar al desgarrado Leonardo Ponzio, su capitán y símbolo, y a Ignacio Scocco, otra pieza que Marcelo Gallardo considera muy importante, y que fue verdugo de Boca en la final de la Supercopa en Mendoza y en la última victoria en la Bombonera, en ambos casos sentenciando el 2-0. "Es imposible especular qué puede pasar si la final pasa para el próximo sábado y se recuperan Ponzio y Scocco. Nos hubiera gustado jugar hoy, pero realmente no se podía", declaró Guillermo Barros Schelotto a la salida del vestuario. Al Mellizo se lo vio tranquilo, pero contrariado por la suspensión. El plantel que conduce reaiizó una improvisada práctica informal en la Bombonera, que según Tevez sirvió "para calmar la ansiedad".

No sé si le conviene o no a River que se pase al sábado que viene, eso es un tema del periodismo. Nosotros seguimos enfocados y es importante que nada nos saque de eso

Sobre el supuesto beneficio que le significaría al equipo de Núñez estirar la definición, el Apache fue claro: "No sé si le conviene o no a River que se pase al sábado que viene, eso es un tema del periodismo. Nosotros seguimos enfocados y es importante que nada nos saque de eso".

Aun cuando la ansiedad y la expectativa continuarán, para Boca la decisión de Conmebol de suspender el encuentro es una buena noticia. Así lo creen todos, aún cuando la mayoría no lo manifiesten en voz alta. Pero al mismo tiempo, la intención es jugar lo antes posible, para no dar ventajas, en una final que sin dudas se definirá en cada detalle.

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