Ni el azar ayuda a Boca: su rival en octavos de final será Atlético Mineiro, el mejor de la Copa Libertadores

Boca ya tiene la cabeza en otra cosa. Después de quedar eliminado de la Copa de la Liga Profesional ante Racing, por penales (4-2), lo mejor que le podía pasar era cambiar el chip 24 horas después y conocer qué rival tendrá en octavos de final de la Copa Libertadores, su máximo anhelo. Y no sólo tendrá más de un mes de trabajo para mejorar futbolísticamente el pobre desempeño del semestre, sino también para elegir bien los refuerzos que sumará, y para analizar a su futuro obstáculo internacional. Y para esta tarea todo el tiempo que tome será importante, ya que el azar escogió a Atlético Mineiro el rival que nadie quería enfrentar en los octavos de final.

Si hablamos de historia, claro, el peso de Boca se impone por mucha diferencia con respecto a los Galos: seis Libertadores contra una. Sin embargo, eso ya no resulta importante hace tiempo. De hecho, la sequía de 14 años sin volver a levantar el trofeo continental lo representa. La actualidad se ve en la cancha. Ni siquiera el peso de su localía cuenta por culpa de la pandemia de coronavirus. Enfrente tendrá el desafío más complicado, el conjunto que se destacó por encima de cualquiera en la zona de grupos, con el goleador del certamen incluido.

En este momento, es uno de los mejores equipos de Brasil. Sí, es verdad, en Boca mantendrán la sentencia de que del lado de enfrente tampoco estarán contentos de cruzarse tempranamente a un equipo con historia como el xeneize. Sin embargo, las realidades son diferentes. El plantel de Miguel Ángel Russo aún puede mostrar sus últimos campeonatos ganados (Superliga y Copa Diego Maradona 2020), pero juega cada vez peor. Los brasileños, en cambio, no sólo aparentan ser fuertes sino que lo demuestran en su tierra y en el ámbito internacional.

Es el equipo de la Libertadores que más puntos sacó en la zona de grupos (16). Es decir, se ganó la posibilidad de definir cada serie en condición de local en caso de llegar hasta la semifinal. Fue el vencedor en cinco partidos e igualó uno, logrando el mejor rendimiento de su historia en primeras fases y convirtiendo 16 goles y recibiendo apenas 3. Tiene diversas figuras con las que, además, obtuvo recientemente el Torneo Mineiro. Es decir, cumplió -al menos por ahora- en todos los objetivos con mucha contundencia.

Hay mucho morbos alrededor de esta serie. El rival es dirigido por Cuca, el entrenador que supo eliminar al elenco de Russo en la última edición copera dirigiendo a Santos, en la semifinal. Y que si bien no ha ganado aquella final (perdió con Palmeiras), ya tiene una Copa Libertadores en su historial cuando lo logró con... el Atlético Mineiro, en 2013, en el equipo que Ronaldinho deslumbraba. Es decir, conoce de sobra la institución y la competición.

Además, hay un futbolista de su plantel que es sensación del equipo y de sus hinchas: “Nacho” Fernández. El ex hombre de River, que ha logrado muchas victorias ante Boca en el equipo de Marcelo Gallardo, es apodado en Belo Horizonte como “El Cerebro” por su influencia en el equipo: es el jugador con más pases decisivos (17) y grandes ocasiones creadas (4) de su equipo en la Libertadores.

Su máxima figura, igualmente, es Hulk. El mundialista con la selección brasileña y con experiencia en Europa, arribó a Mineiro a comienzos de este año y rápidamente fue fundamental en la delantera. De hecho, es uno de los cuatro goleadores del certamen, con seis tantos. Potente por su físico, lleno de calidad y experiencia (tiene 34 años), que desparramó como trotamundo: jugó en Japón, Portugal, Rusia y China.

Además, uno de los pilares es Junior Alonso, el zaguero paraguayo que dejó Boca a mediados del año pasado acudiendo “problemas familiares” cuando el Consejo de Fútbol pretendía renovarle el contrato. Un argumento que enseguida se transformó en excusa al llegar a su actual club, algo que dejó enfurecida a la directiva boquense. Incluso, es un equipo al que le sobra recambio: otro de los argentinos es Matías Zaracho, el ex volante de Racing, y el atacante suplente es el chileno Eduardo Vargas, bicampeón de América con Chile.

“Complicadísimo”, asumen ante LA NACION los principales protagonistas que habitualmente están en el Predio de Ezeiza para estar cerca del plantel. Y tal es así que admiten que ni siquiera quieren ver más allá del rival de turno, con el que se enfrentarán el 14 de julio en la Bombonera y definirán una semana después en el estadio Mineirao: el cuadro hasta semifinales incluye a posibles rivales futuros (siempre y cuando supere a los brasileños) como Palmeiras, Racing, San Pablo y River, con el que puede haber un cruce en cuartos de final. También están Argentinos (rival del millonario) y Universidad Católica como posibilidades, pero en Boca no analizan nada más que lo certero.

Boca deberá cambiar mucho si quiere aspirar a dejar en el camino a un rival que, hoy en día, resulta uno de los más complejos. Russo debe reaccionar y definir una idea; los jugadores deben sepultar esa la actitud desganada que muestran partido tras partido; y Juan Román Riquelme y sus laderos deben entregarle al técnico refuerzos que rompan con un equipo que no parece tener la jerarquía pretendida.

Boca ya piensa en lo que viene para el segundo semestre. Con el dolor de cabeza de que tendrá enfrente al mejor de la Liberadores y que la obligación de cambiar todo radicalmente es más necesaria que nunca para no sufrir una eliminación tempranera.

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