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El golazo de Oscar Romero de tiro libre que abrió el marcador ante Platense en La Bombonera
El paraguayo anotó a los 12 minutos del primer tiempo; después aumentó para el 2 a 0 parcial
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Tardó, pero llegó. De la mejor manera, con un número emblemático en su espalda, en el escenario ideal y para tranquilizar rápido la ansiedad de los hinchas. Óscar Romero tardó 28 encuentros en anotar su primer gol con la camiseta de Boca. Abrió el encuentro ante Platense con una pegada magistral gracias a un tiro libre que él mismo consiguió cerca del área del Calamar y luego, por si fuera poco, se destapó estirando la ventaja con una palomita.
Transcurrían 10 minutos cuando Luis Advíncula observó que el paraguayo había encontrado el hueco para filtrarse en ofensiva y lanzó el pase exacto elevándola. El hombre que porta la ‘10′ desde la salida de Eduardo Salvio, la dominó orientándola para ponerse de frente al arco, aunque se encontró encerrado entre dos defensores y resolvió bárbaro: planeó y ejecutó exitosamente el caño en la milésima de segundos que tenía y consiguió la infracción cerca de la esquina del área.
Un minuto después, no había nadie que le sacara un remate ideal para su zurda. Fijó el ángulo y le dio a la pelota el máximo efecto posible para convertir el golazo: travesaño y adentro. Era una deuda para el enlace, que hoy en día es utilizado por Hugo Ibarra como extremo derecho. Es que, además de pasar todo ese tiempo sin poder convertir, sólo acumula cinco asistencias: dos por Copa Argentina (la noche de su debut, ante Central Córdoba, de Rosario), dos por la Copa de la Liga 2022 y uno en el presente campeonato.
El partido se tornó parejo luego de semejante manera de romper el trámite. Empezaron a verse más espacios en el terreno visitante y el equipo de Ibarra lo aprovechó. A los 42, Vázquez barrió para recuperar una pelota que estaba cerca del círculo central, Sebastián Villa la tomó y empezó con su habitual corrida por izquierda. Se la llevó hasta el costado del área, generando algunos murmullos en la gente, ya que no había visto que por el otro lado Romero entraba al área con total libertad y con más necesidad de vaciar una garganta que guardó “¡Gol!” bastante tiempo.
El colombiano metió un freno, se acomodó mejor, los marcadores -que lo habían alcanzado- terminaron pasando de largo y ahí tuvo el tiempo y la visión suficiente de ver la posición del “10″. Lanzó un centro sin tanta altura que le permitió a Romero, tras el pique, definir cruzado con un cabezazo de palomita. Figura total. Un partido que necesitaba, entre lo participativo en el juego, los goles y la suma de puntos personales para el hincha.
Después del 2-1 definitivo, el paraguayo comentó: ““El equipo jugo un gran partido, lo estábamos necesitando. Antes no se nos daba en el juego y en el resultado. Hoy sacamos la victoria, que era muy importante. Y en lo personal también, me viene bien para seguir mejorando. Es lo que deseo”. Y agregó: “Debemos corregir errores, mantener ritmo e intensidad pero lo buenos es que pudimos conseguir el resultado”.
Y respecto del dispar rendimiento de Boca según juegue de local o visitante, comentó: “Tenemos el plus de la gente jugando en la Bombonera. El empuje es un extra que motiva. Pero debemos mantener la concentración como visitante. Estamos tratando de trabajar para ser un plantel más completo, en una institución que te exige ganar todos los partidos”.
Aplausos, ovación y emoción para Rossi
No era una noche más para Agustín Rossi: ante Platense, salía a defender el arco de Boca en la Bombonera tras el conflicto con el Consejo de Fútbol y el definitivo cierre a la negociación por su continuidad. Casi que pareció sentir que pudo ser su último partido en el club, por más que aún su representante no haya acercado una oferta para ser vendido y falten más de diez meses para transformarse en agente libre. Es que las reuniones con Sergio “Chiquito” Romero de las últimas horas aceleran su salida del equipo titular. Entonces, el reconocimiento de las tribunas llegó tanto a su corazón que, aunque quiso disimularlo, generó una emoción en el arquero.
Es verdad que esta vez no existió un cántico similar al que aceleró esas charlas -hoy terminadas- “¡Rossi es de Boca, de Boca no se va”, explotó la gente ante Estudiantes, en claro reclamo a Juan Román Riquelme y su gente para que activaran la renovación). Sí hubo fuertes aplausos cuando el altoparlante mencionó su titularidad y la ovación no faltó cuando el “1″ fue en dirección al arco que da al Riachuelo para comenzar el encuentro.
Rossi saludó a la gente cercana a ese sector, se tocó el corazón y los ojos comenzaron a ponerse vidriosos. Se evidenció más cuando empezó a refregar su antebrazo sobre el rostro para, evidentemente, limpiar alguna lágrima. Porque, además, en ese momento hizo su tradicional señal de la cruz y los besos a sus muñecas para mirar al cielo y recordar a su padre. Todo se le juntó. Porque si hay algo que queda claro es que, más allá del fuego cruzado y las disputas de números, el hincha lo quiere y guardará en su retina la presencia impuesta en los penales.
No pudo cerrar la noche con la valla invicta, debido a que el lateral Nicolás Morgantini sorprendió en el área de Boca a los 10 minutos del complemento y, tras nuevas distracciones y el flojo marcaje de la zona defensiva, punteó la pelota cerca del área chica, casi en la cara del propio Rossi, que no se la jugó hacia ningún costado y no pudo evitar el descuento de Platense.